Desconocido.

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Entonces, lo aprisione con mis piernas y empecé a moverme rápidamente, sus manos las tenía a mis cotados apoyados en la cama, yo subí las mías y las puse en su espalda apretandosela en cada movimiento que se iba intensificando, no sabía como definir los sonidos que escapaban de mi boca, por la intensa excitación de sentirlo dentro, como entraba y salía de mi mientras gruñia, tenía las mismas ansías y la misma necesidada que yo. Hizo los movimientos finales para llegar al orgasmo al mismo tiempo que yo, gritamos juntos, se dejo caer encima mío y así se quedó un buen rato sin retirar su miembro de mi interior, que se lo agradecí infinitamente.

Ésa noche lo hicimos de diversas formas, con urgencia, no quedó un solo centimetro de mí cuerpo que no haya quedado cubierto por sus besos y sus caricias y, entonces comprendí que no importaba cuánto luchara, lo necesitaba y no podía dejarlo, no cuándo me brindaba todo ese universo de posibilidades que ni siquiera mi mente retorcida podía crear, era adicta a él y no me importaba irme al mismo infierno con tal de seguir disfrutando su cuerpo, de sus besos, de sus dedos acariciandome, me declare vencida y no iba a volver a alejarme de él.

Una vez más colapsamos juntos, nuestros cuerpos estaban repletos de sudor, nuestras respiraciones erráticas y el pulso hasta las nubes. Se acostó a un lado de mí mientras su ritmo cardíaco y su respiración regresaban a la normalidad al igual que los míos, nos quedamos en silenció mirando hacía el techo, yo estaba buscando la forma de preguntarle si él era quién me había llamado cuándo un fuerte trueno se escuchó seguido de una intensa lluvia, yo me abracé a él sin poder evitarlo.


—¿Te asustan las tormentas?— preguntó extrañado.

—Sí, desde chica— respondi con toda la verguenza del mundo, algo completamente absurdo después de todo lo que habíamos hecho, quizás por eso me sentía tonta al admitir mi temor.

—No pasa nada, la lluvia es algo normal, es vital para la vida, además no estas sola.

—Lo sé, es solo que— recordé las famosas reglas y me quedé callada— no importa.

—Tranquila, me quedó aca hasta que pasé— dijo acariciando mi hombro suavemente.

—¿De verdad?

—Sí, no vine en mi coche y no me quiero mojar.

Mi ilusión se desvaneció por el aire, por un segundo pensé que se iba a quedar para hacerme compañía, pero supuse que eso rompería las reglas de los lazos afectivos, así que me separé de él y me volteé dándole la espalda, me abracé a la almohada hasta que me quedé profundamente dormida.

Un ruido me despertó, me pareció que era la puerta cerrarse, pero al enfocar mi vista en ella no había nadie, miré mi reloj y eran las 10:45 de la mañana, entonces me levante a toda velocidad de la cama y cuándo terminé de vestirme caí en la cuenta de que hoy era sábado, sólo me reí y movi la cabeza. Agarré mi bolso de la mesa y encontré otra nota escrita en computadora ''Acordate que después de la tempestad viene la calma, la vida es un equilibrio y no podemos ir en contra de eso'', volví a leerla varías veces, no entendía el mensaje de trasfondo si es que lo había, lo guarde en mi bolso y salí de la habitación, no sin antes voltear hacía la cama y recordar lo que había pasado en ella, el desorden era prueba fiel de la noche más desenfrenada y placentera de mi vida, una amplia sonrisa apareció en mis labios y salí rumbo a mi departamento.

Tomé un largo baño, mientras imágenes de lo sucedido la noche anterior se repetían, sus besos, sus caricias, todo lo tenía tatuado en mí mente y en mí piel, me sentía satisfecha como nunca antes y estaba decidida a seguir con él, no podía renunciar a todo lo que me hacía sentir, quiza con el tiempo se olvidaría de las reglas y me mostraría quién era en realidad, pero extrañamente, yo no estaba muy segura de que el supiera quién era yo, me asuataba la idea de que no le agradara Samantha Carter, la chica correcta y de futuro prometedor en el mundo publicitario y ese pensamiento me llevo a Lucas, todavía lo amaba, él me completaba de una manera muy diferente, pero en ese instante recordé las palabras de Sofía ''disfruta del momento sin pensar en el después" y eso era lo que iba a hacer.

Ardiente tentación (Julián Álvarez)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora