Ardiente tentación (Julián Álvarez)✔

Juegos de amor.

—Buenas tardes— dije seria y molesta. Ambos voltearon a verme.

—Morocha, al fin llegaste— dijo Julián agarrandome de la mano y me dio un beso en los labios ante la atónita mirada de la mina que tuvo que hacerse hacia atrás—. Te presento a Jenny, una vieja amiga, ella es Samantha Carter, mi novia.

—Mucho gusto— dijo con una sonrisa falsa mientras me recorría con la mirada y yo estaba quizá más sorprendida que ella por la presentación.

—Igualmente— respondí seca.

—Un placer volver a verte Julián— enfantizo mirándolo y sonriendole coquetamente—. Cuando quieras llamame, sabes dónde encontrarme— agrego dándole un beso en el cachete.

Yo me quedé quieta, como era posible, poco le importo que Julián le allá dicho que yo era su novia y aún haci le coqueteó en mis narices, sentí que me hervía la sangre y di un paso al frente, pero Julián me frenó parándose delante de mi.

—Sam, no vas a querer hacer un escándalo en un lugar público.

—Que mina más desagradable y vos ahí como si nada dejando que te besara— dije enojada, si no iba a desquitarme con ella, me iba a desquitar con él.

—Un beso en el cachete no es un beso— me explico sonriendo.

—Pero, los vi cuando llegue y su intención no era precisamente dártelo en el cachete.

—Me encanta cuando te pones celosa— dijo abrazandome y poniendo su frente en la mía—. ¿De verdad pensaste que yo iba a dejar que ella hiciera eso?.

—Pues, le sonreías muy animadamente— dije con menos molestia por que su aliento estaba entrenado en mi fosas nasales.

—No suelo ser maleducado y menos con las mujeres, igualmente, iba a rechazarla de forma gentil, claro que fue lo mejor que vos llegaras— aclaró acariciando mi mejilla con el dorso de su mano.

—Pero, te coqueteo descaradamente— replique en tono más tranquilo.

—Y se podría haber desnudado frente a mí y sin embargo mi respuesta seguiría siendo la misma— agarró mi mentón con sus manos y me miró fijamente—. Sam, hace mucho tiempo que dejé de estar con otras mujeres, grabate esto acá— puso su dedo en mi cabeza—. Y acá— lo corrió a mi pecho a la altura del corazón—. La única que me importa sos vos, a la única a la que quiero es a vos— me dio un beso en los labios—. Con la única que me interesa compartir mi cama es con vos— susurro en mi oído y me abrazó.

Volvió a desarmarme por completo, no pude decir ni una palabra, estaba emocionada y a la vez avergonzada por haber pensado un segundo que me engañaba y que solo buscaba burlarse de mi, no quedaba duda que los celos nublaban la razón y nunca antes los había sentido con tanta fuerza, ni siquiera con Cande.

—Aunque, para serte sincero, me da gusto de que haya pasado— dijo y me solté para mirarlo—. Porque tus celos me demuestran cuanto me querés.

—¿Y todavía lo dudas?.

—No, pero me encanta confirmarlo— dijo y me volvió a dar otro beso.

—¿De verdad no ibas a dejar que te besara?.

—Por supuesto que no Sam, te lo juro, entiendo tu desconfianza, pero si de algo tenes que estar segura es de que yo nunca te engañaria, no tengo ninguna necesidad para hacerlo, haci que ya vamos a comer, dale.

Me corrió la silla para que me sentara y después él se sentó frente a mí. Los dos pedimos pasta y mientras nos la traían, Julián me acariciaba la mano, me sentí más tranquila pero aún haci le conté lo que Scott me había dicho de él y volvió a repetirme que no tenía porqué preocuparme, que no me negaba que así había sido, pero que ya había cambiado.