Carnet Azul

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Pasó otra página del libro leyendo completamente concentrado, no importaba cuantas veces lo lea, siempre  captaba toda su atención desde el inicio.

Al tratar de pasae a la siguente página, alguien se acercó parándose justo frente a él.

Levantó su mirada intentado ver de quien de trataba, pero no reconoció su rostro.

—¡Hola!—saludó la mujer animada.

—Hola, yo no te conozco.—respondió Jimin con intriga.

—Lo sé, vine hace poco y recien hoy pude salir, ya que mi doctor dice que estoy mejor—explicó—¡Oh, espera!—pidió para luego correr a corregirle el cuello de su vestimenta a una enfermera—Lo siento, estaba desviada.

—No se preocupe, gracias.

Jimin no entendió como es que ella había notado ese detalle.

—Te lo diré de frente, padezco un transtorno obsecivo compulsivo con el orden. Necesito que todo esté en su lugar, la limpieza extrema no es mi camino, por eso sigo relativamente bien, tampoco se puede confundir con simetría, solo el orden, todo en su lugar.—movió el sillón frente a él, acomodándolo derecho—Colapso de manera regular al salir a la calle porque mi cabeza me pide que arregle todo lo que me parece mal puesto, soy de mucha ayuda para las tiendas departamentales, puedo pasarme el día entero acomodando todo gratis—terminó y se sentó al lado de Jimin y acomodó su cabello.

—¿Estoy despeinado?

—Solo, un cabello no estaba en su lugar. Mi nombre es Kim Mi Do, tengo veintisiete y sufro de TOC.

—Park Jimin, tengo veinticinco y sufro de conductas suicidas producto de un estrés postraumático a causa de—no pudo terminar de hablar y ella lo entendió.

—No necesitas ser tan específico, yo tampoco te dije que causó mi transtorno, estamos a mano—amarró su cabello dejando un mechón perfectamente acomodado que caía sobre su mejilla, ella tenía muchísima destresa al arreglarse o lo había practicado demasiado.

Se levantó de su asiento y le tendió la mano.

—Salimos al jardín o seguirás leyendo tu libro.

El menor tomó su mano de inmediato, sabía que ella no desistiría.

—Tengo que dejar mi libro en mi habitación, espérame. No tardaré.—pidió.

—Te acompaño.

—Sabes que no está permitido que entremos a las habitaciones de otros pacientes.

—Cierto, no quiero bañarme con agua fria por entrar.

—¿Esa ridiculez es la penalización?

El rubio pensó que era algo peor.

—Hombre, el agua sale helada en este lugar y si no te acuerdas, tenemos que bañarnos a las 7 a.m. porque de 8 a 9 a.m. desayunamos.

Ella tenía un punto.

—Yo imaginaba que nos bañaban con mangueras a las 5 a.m.

La mayor soltó una sonora carcajada acomodando su camisón.

—¿En serio? Bueno, tengo que admitir que yo también lo pensé la primera vez, pero luego se convirtió en un refugio para mí. Esta es como una casa de retiro psra gente de todas las edades y traumas—suspiró—Aquí nadie me juzga, ni el personal se queja si me acerco inevitablemente a acomodarles alguna cosa y cuando no puedo más, solo vengo aquí por voluntad propia a calmar mis emociones para volver a intentarlo.

I WISH TO LOVE YOU [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora