Capítulo 7: Esperandote a ti.

25 16 11
                                    

Lisa decidió darse prisa esa mañana. Hacía ya muchas noches desde la última vez que tuvo una conversación con su amigo, y pensó, que si se daba prisa y le esperaba en su punto de encuentro, temprano, podrían hablar con tranquilidad.

Había nevado durante la noche pero el día se despertó soleado y sin viento alguno, aunque había un frío seco que rozaba la piel de la pequeña en su caminata, las botas de agua rojas pisaban la capa de nieve blanca creando un ruido que a ella le recordaba al algodón, la emoción de ver a Miguel hacia que se olvidara del cansancio y el mal humor matutino, llegó a su destino y comprobó en su reloj que había llegado 15 minutos antes de su hora de encuentro. "Miguel se pondrá contento de ver lo pronto que he llegado" pensó para si.

Pero el no apareció, después de esperar media hora decidió emprender su caminata al colegio, llegando aun más tarde de lo que llegaría normalmente, la profesora no la castigó ese día, ella no estaba segura de porque no lo hizo, quizá fue por la mueca triste con la que apareció en el colegio o quizá fueron esos ojos pardos y decepcionados.

A la hora del recreo Lisa vio una oportunidad para hablar con su amigo cuando el se libró de su rebaño para ir al baño, ella le esperó en la puerta. No tendría escapatoria. Después de unos minutos Miguel salió del baño y la vio cruzada de brazos esperándole, sorprendido la miro de arriba abajo.

—¿Estabas esperando a que saliera del baño?— le dijo el con un tono estupefacto y algo sarcástico.

—Si— respondió ella con prepotencia.

—¿Por que? es súper raro—respondió el.

—¿Que por qué ? Llevas evitándome desde que volviste al colegio, se supone que somos amigos, ¿Por que no me hablas?— dijo ella sintiendo todas la emociones al borde de estallar.

—Si te hablo te estoy hablando ahora, no te evito ni nada parecido, si no te he buscado es porque tengo mi propia vida y no puedo estar detrás de ti, eres una pesada.

Nada más finalizar su frase se arrepintió de lo que había dicho, pero era demasiado orgulloso para admitirlo o pedirla disculpas así que se limitó a irse y volver con sus nuevos amigos. Cuando se sentó busco a Lisa con la mirada pero no la encontró, supuso que se había ido a clase o al baño, pero después de un rato la vio aparecer con los ojos hinchados, ella no le miró. El recreo acabo y todos regresaron a sus aulas.

La estridente campana sonó anunciando la finalización de el día escolar e interrumpiendo los pensamientos de Miguel. De forma automática guardó sus libros y cuadernos en la mochila y se apresuró a salir, tomó el camino largo como llevaba haciendo desde hacía un tiempo para evitar a Lisa.

Vislumbró su pequeña casa y se fijó en que todas las cortinas estaban cerradas, al abrir la puerta principal, botellas de cristal cayeron y rodaron al suelo creando una espiral de ruido, la habitación estaba únicamente iluminada por la televisión encendida pero no sincronizada en ningún canal. Su madre estaba tirada en el suelo rodeada de distintos licores que contaminaban el aire del cuarto haciendo llorar los ojos por el escozor.

Después de la tragedia la madre se mantuvo fuerte de cara a la familia y conocidos que llegaban a la casa a entregar sus condolencias, pero una vez que eso cesó, calló por un barranco de malas compañías y aficiones, empezó a ser más y más dependiente de su hijo. Pasaron las semanas y el no lo podía soportarlo mas, por eso decidió volver al colegio tan pronto. Había cuidado tanto de su madre que se olvidó de cuidarse a sí mismo.

Subió a su cuarto sin prestar atención alguna a el estado de su madre y se metió en la cama, no cenó ni se duchó, solo se limitó a estar ahí metido mirando el techo y pensado: en su padre, en su madre, en su situación y sobre todo en por que había tratado tan mal a Lisa. Se sentía solo, no podía llegar a entender por que empujaría así a la única persona que podría ayudarle con ese sentimiento.

Quizá era una forma inconsciente de venganza, aunque ella no le había hecho nada, tenía la vida que el tanto deseaba y añoraba, el no quería que Lisa sintiera su dolor pero a la vez le fastidiaba que no lo hiciera y sobretodo pensó que el había cambiado mucho, y creyó que si ella le veía tal y como era ahora, se cansaría de él y alejaría, era mejor apartarse el a que ella fuera la que le rechazara.

Palabras sin pronunciar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora