Capítulo 3: Luna soñadora.

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Chirrió la puerta como si le causara dolor ser abierta de nuevo, la habitación estaba polvorienta y oscura pero ordenada pues parecía que el destino se ocupó de mantenerla tal y como se había dejado, albergaba los recuerdos de una historia de amor trágica ya olvidada, los sentimientos que habían sido observados por las paredes durante tantos años, los secretos que habían sido mantenidos en la madera crujiente y las verdades que nunca tuvieron el valor de salir a la luz.

Silencio absoluto reinaba entre esas paredes como si todo el mundo presentara respeto a ese lugar, la luna seguía observando la habitación esperando que un milagro ocurriese, los amantes volvieran a reunirse y alcanzaran el destino que el universo les había robado ya hacia tanto tiempo.

Las manos se posaron en el viejo baúl y con delicadeza lo abrieron como si supieran el dolor que albergaba dentro. Entre telas suaves sacó el rojo y antiguo diario que tenía escrito el nombre de Lisa Ayala. Los dedos apartaron con amor el polvo que protegía el cuaderno y después de observarlo con esos ojos oscuros y nostálgicos lo guardó dentro de su abrigo y salió del lugar.

La luna le observó expectante, quizá después de todo el universo se hubiera apiadado de los amantes o le hubiera parecido que todo aquel dolor no fue suficiente castigo.

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