No todo es color de rosa

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El tiempo siguió corriendo,y Rin ya tenía 8 meses y medio de embarazo.

Desde hace días había estado recibiendo llamadas telefónicas anónimas que la asustaban hasta cierto punto,pero no quiso darle importancia.

El día en que daría a luz llegó.Sesshoumaru estaba en la puerta algo nervioso,pues su mujer no dejaba de soltar alaridos de dolor.

Un llanto,luego otro.Esos sonidos conmovieron profundamente el corazón de Sesshoumaru.

Entró luego de que la doctora se lo indicara y allí vio la escena que conservaría en su corazón por toda la eternidad.

Su esposa,algo ruborizada por el tremendo esfuerzo físico,sostenía en cada uno de sus brazos a sus pequeñas y recién nacidas hijas,mientras esbozaba una radiante sonrisa.

Él se acercó,besó su frente y acarició a sus hijas cómo si temiera romperlas.

Towa,su primogénita.Era un poco más grande que su hermana,en su cabecita tenía un poco de cabello color plata con un mechón rojo,y al momento que abrió sus ojitos,estos eran del mismo color.

Setsuna por otro lado,era su hija menor,no sonreía como su hermana,pero su rostro reflejaba serenidad.Su cabello era castaño como el de su madre,con el característico mechón rojo y ojos violetas.

Las niñas fueron llevadas a los cuneros,y Sesshoumaru salió de la habitación por un momento,para hablar con su familia que acababa de llegar al hospital.

Unos segundos después de salir,entró una mujer vestida totalmente de blanco a la habitación donde descansaba la mujer.

Se acercó a ella y le inyectó algo en la intravenosa,sin que pudiera darle tiempo a hacer nada,lo último que escucharía sería la voz de esa chica.

¿?:Irás al infierno bastarda,y te reunirás con mi querido padre.Dijo mientras se quitaba la mascarilla y Rin vio el rostro de la joven.

Rin:¿Quién...eres?Dijo débilmente,pues la sustancia comenzaba a hacer efecto.

¿?:Yo soy Mizuki,la hija de Onigumo Hiraya.Dijo y Rin abrió los ojos enormemente.

La mujer salió,dejando a Rin casi muerta en el momento en que Sesshoumaru volvió a entrar,que al verla en ese estado corrió desesperadamente hacia ella.

Sesshoumaru(alterado):¡Rin!
¡Maldita sea Rin,¿qué demonios te sucede?!

Rin(débil):S-Sessho cariño,perdóname pero no voy a poder estar a tu lado y al de nuestras hijas-dijo mientras sentía algunas lágrimas correr por sus mejillas-escucha,Mi-Mizuki Hiraya,la hija de Onigumo,ella...

Sesshoumaru:¿Fue ella quién te hizo esto?

Rin asintió y prosiguió.

Rin:Mira,tiene el cabello negro y los ojos de mi tío,cariño,cuida de nuestras hijas,cuida de los Taisho y nunca dejes que el clan caiga.

Sesshoumaru(desesperado):No Rin,no puedes hacerme esto.

Rin:Siéntete libre de volverte a enamorar querido,solo protege siempre a Towa y Setsuna,cuídalas de M-Mizuki ahhhh.Dijo gritando con algo de dolor y Sesshoumaru se aferró a ella.

Sesshoumaru: No digas estupideces,yo solo te amo a ti,y solo te amaré a ti mi amor,no me dejes.Dijo con firmeza y Rin se sorprendió,pues el nunca la había llamado “mi amor”.

Rin:Yo nunca te dejaré,te estaré cuidando...desde abajo.Dijo haciendo referencia al infierno,y con su último aliento besó los labios de su esposo,que correspondió,sintiendo cómo las lágrimas de ambos se mezclaban entre el beso,como una despedida.

Fin

La chica de los cerezosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora