XII

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La mente de Lalisa no podía procesar lo que estaba sucediendo, pues aquellos labios que tanto había anhelado besar, estaban sobre los suyos, bailando con una suavidad que le robaba de a poco el alma y consigo, su aliento.

Había sido un día tan movido que el terminar así, no sabía como considerarlo.

¿Realmente debía buscar una respuesta?

Tenía a la mismísima Bae JooHyun besándola.

Sus cuerpos se acercaron más en un movimiento que la pelinegra hizo para estar más cómodas, aumentando más la intensidad de aquél beso.

Lalisa sabía que algo en JooHyun era adictivo para ella, pero hasta ese entonces, esa idea no era lo más mínimo de lo que sentía ahora mismo.

¿Como pretendía seguir con su vida si había tocado el cielo con tan solo la unión de sus labios?

Ya se sentía esclava de Bae JooHyun apenas la conoció, pero aquello lo había oficializado.

De a poco sus cabezas se fueron alejando, sintiendo como la respiración de ambas habían perdido el control.

Una leve sonrisa apareció en el rostro de la coreana, terminando de robarle el alma a la pobre tailandesa.

—Tus labios son mejor de lo que esperaba.

Lalisa sólo se quedó en silencio, sintiendo como sus mejillas ardían y teniendo la terrible razón de que estaban coloradas.

Tenía muchas preguntas y ni siquiera podía omitir un sonido.

La pelinegra pasó su mano por su larga cabellera, haciendo que esta cayera en capaz y le diera un aspecto calmado, terminó acomodándose nuevamente en su lugar y dejó su mirada fija en algún punto.

—No puedo decirte que esto será el comienzo de algo, sería riesgoso y estúpido de mi parte hacerte creer eso, pero sólo por hoy, me gustaría sentirlo, sin tener que esperar que algo o alguien interrumpa mi momento. — Volteó a ver a Lalisa. —Tú eres lo único que me puede mantener cuerda, la única que realmente me hace sentir... Si las cosas hubiesen sido diferentes, lo más probable es que tu y yo estuviésemos juntas, tuviese mi trabajo soñado, pero a penas y puedo sentirme orgullosa de estar en estas cuatro paredes.

Lalisa sólo notó como sus ojos volvían a ese negro profundo que ocultaba cualquier ápice de sentimiento, algo bastante impresionante ya que estaba expresándose.

—Estaba a nada de finalizar con toda esta mierda, pero en el peor momento, vuelve a aparecer. — Soltó una risa sarcástica. —Es como si estuviese cumpliendo con un karma sin sentido.

—Si realmente quieres aprovechar esta noche, empieza por dejar de hablar de eso.

Se quedó en silencio.

La tailandesa gentilmente tomó la blanquecina mano de JooHyun, la miró con una dulce sonrisa, buscando que eso le calmara todo el tormento.

—Entiendo lo que dices, tampoco pensaba presionarte para que salieras conmigo y ahora sabiendo que soy quien te mantiene con los pies en suelo, me dedicaré a darte ese momento de escape que necesitas, incluso si el día de mañana me vuelves a decir que soy una fuckgirl.

Ambas rieron.

Aquellos ojos negros formaron una encantadora media luna.

Pero seguían siendo negros.

La verdad es que no sabía que hacer, ni cómo empezar algo sin que se sintiese incómoda.

— ¿Qué te gustaría hacer? — Preguntó finalmente.

—Dormir.

— ¿Dormir? ¿Sólo eso?

— ¿Tengo cara de dormir ocho horas o más?

No refutó más.

Aún con las manos tomadas, Lalisa la lleva a su habitación, dejando las luces apagadas y dejando que la claridad de la luna fuese quien alumbre el lugar.

No recordaba cuando fue la última vez que había visitado ese lugar, pero estaba segura de que nada había cambiado.

Bueno, solo una cosa.

—Acuéstate tú primero. — Dijo JooHyun, tomando de sorpresa a la tailandesa. — ¿Por qué tienes esa cara? Dijiste que te quedarías.

—No pensé que hablabas en serio.

—Ahora entiendo porqué te he estado rechazando.

— ¿Auch?

Tras aquello, le hizo caso, soltó su mano, se quitó los zapatos si escabulló entre las sábanas, esperando a que la mayor hiciera algo.

Pero se sentía muy extraño.

Con tranquilidad, JooHyun se acostó a su lado, rodeando la cintura de la tailandesa con su brazo, acercándose a tal punto de sentir su calidez.

La paz inundó su cuerpo como no lo había hecho antes, tanto así que no sabía si rendirse por el sueño o evitar hacerlo para disfrutar de aquella sensación.

—No recuerdo la última vez que me sentí así... No sé como reaccionar o que hacer al respecto, pero me gustaría que esto sucediera todas las noches, siento que cada hora que pierdo se me hace más pesado y conciliar el sueño es casi imposible. — Lalisa escuchaba atentamente a lo que decía, mientras acariciaba algunos mechones del cabello negro de la mayor. — ¿A ti no te pasa?

—Lamento decir que no, dormir es la única opción que tengo para olvidar todo y hacer que mi cuerpo se relaje, creo que tú ya perdiste esa capacidad.

—Creo que hoy será la excepción.

—Espero que lo disfrutes, Joo.

—Buenas noches, Lis.

Su voz ya somnolienta hizo que terminara en un bostezo y sus ojos iban cerrando lentamente.

Quería mantenerse despierta lo más que podía, pero estaba lejos de que sucediera.

Finalmente cerró sus ojos, cayendo rápidamente en un sueño profundo.

Lalisa veía desde su perspectiva el cuerpo calmado de Joo y no pudo evitar esbozar una sonrisa.

—Buenas noches, Baechu.

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!!!! ♡ !!!!

che, esto casi llega a los 2k, soy llanto.
also, recuerden que estoy muy agradecida por todo el apoyo que me han dado, me hace muy feliz, les amo. ♡

◇ Oh My God - Lisrene ◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora