◇ Oh My God - Lisrene ◇

XX

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Lalisa miraba el techo, en un silencio que cada vez le desesperaba más.

Su ser entero pesaba y su pequeño gato lo notaba.

La situación empezaba a ser surrealista, se sentía de tantas maneras que le costaba enumerarlas.

Ahora sí que se encontraba en un limbo de la cual no podía salir, porque parecía no haber salida y todo dependía de algo que aún no se hacía presente.

¿Qué pretendía que hiciera?

No quería estar haciéndose ilusiones y esperando por algo que no tendría la seguridad de que vaya a suceder... Pero tampoco la seguridad de que no.

¿A qué debía hacerle caso?

¿Seguir?

¿Alejarse?

Sus objetivos con SeungWan estaban más que claros, pero su historia con JooHyun no marcaba ningún rumbo.

Bien es cierto que no tenía alas de las que puedan cortar, pero al final, no era una piedra de la que pueden hacer y deshacer sin conseguir reacción alguna.

Aunque sentía que no, era obvio que se interpuso en una situación que no le convenía.

Era la primera vez en mucho tiempo en el que por fin logró un acercamiento con la coreana y para colmo, tenía que ser de esa manera.

Literalmente se habían convertido en el "queremos pero no podemos".

Lalisa soltó un gruñido al pensar que su vida se había tornado como una de esas típicas historias de romance que tanto le daban rabia.

Pensar en aquél abrazo parecía quemarle el cuerpo entero.

Estaba harta de tantas cosas.

De mirar a los ojos de JooHyun y no saber que hay tras ellos, de que SeungWan haya vuelto por una extraña razón, de sentirse sola. Era como dar vueltas sin parar, con la esperanza de que en algún momento el camino coja un rumbo.

—Por más que pienso en alguna alternativa para salir de esto, en el proceso parece ser que hay dos personas que saldrán más lastimadas... Me temo que una de esas es ella y la otra soy yo. — Suspiró con pesadez. —Incluso si solo veo por mí, salgo mal... Suerte que tú eres un animal que sólo duerme y come.

El gatuno empezó a sobar su cabeza en la palma de la tailandesa, quien no pudo evitar sonreír ante la ternura de esa imagen.

—Gracias por estar conmigo siempre que estoy así, Louis...

Y como respuesta, escuchó un maullido.

Tal vez no iba a tener la solución a todos sus problemas en una larga, sin embargo, la pequeña luz llamada Louis, le servía de consuelo.

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—JooHyun, ya llegué. — Escuchó la voz de Yerim en la planta de abajo. —Traje a SeulGi, quiere que hablemos.

Su cabeza y cuerpo no tenían ganas de seguir recibiendo información, ni la fuerza suficiente como para moverse de su cama. Jamás había anhelado tanto sentir tranquilidad.

— ¿JooHyun? — Volvió a escuchar su nombre, pero esta vez más cerca. — ¿Qué pasa?

Sintió como la mano de SeulGi se posaba en la suya, la cual no dudo en tomar.

—No me apetece hablar, pero si vienes decidida a hacerlo, te escucho.

—Sobre SeungWan, tal vez podamos ayudarte en algo.

Cerró los ojos con molestia.

Si es que no paras de joderme.

— ¿Qué sucede? — La pelinegra se sentó, dejando espacio para que las demás hicieran los mismo.

— ¿Quieres hacer algo en contra de ella?

—Las ganas me sobran, Bear. — Dijo entre risas.

—Creo que hay un modo, el nuevo sistema que instalaron en mi trabajo me permite ver varias fichas de información, mi jefe es muy paranoico pero igual me parece genial, tal vez pueda sacar algo de allí e ir atacando.

—Y sabes que yo tengo contactos, fácilmente se podrá sacar la información, seguramente alguno quiera dinero, pero se puede negociar. — Agregó Yer.

—A ver, mucha información, aunque yo les diga que sí, no podemos solo coger información y ya está.

—Por eso vine con la corrompida. — SeulGi soltó una risa cuando sintió como la mano de la menor le pegó en su cabeza. —Tal vez consigamos un modo de poder hacerlo más fácil y sin arriesgarnos a que algo suceda.

—No lo sé... Las cosas en la oficina están muy densas y no puedo recibir información de la nada, además, hay una situación que debo resolver, pero para eso necesito días para pensar, sin embargo, aunque les diga que no lo hagan, estoy casi segura de que ya tienen una lista, ¿verdad?

Entre las dos chicas se miraron.

—No me jodan, ¿en serio lo hicieron?

Se volvieron a mirar.

—En mi defensa, Yerim me metió presión.

—Es que no aguantas una, cuanto te odio. — Dijo a regañadientes mientras miraba con fulmino a la mayor.

—A ver, les agradezco, pero ustedes también pueden meterse en un lío. Si harán cosas, sean discretas, a este paso las tendré que mantener y sólo tengo presupuesto para mí.

—Ay por Dios, no te compras tres carros porque no sabes manejar. — Refutó Yerim.

—Porque no quiero manejar, ¿tú de qué te quejas? En unos meses te irás a yo no sé dónde, capaz y ganas más que yo.

—Si bueno, no importa quién gana más dinero porque nos desviamos del tema, pero en resumen, ¿si quieres que te ayudemos?

—Mi respuesta sería un sí, pero por favor espérense a que piense bien las cosas, o al menos por hoy, ¿sí?

Las dos chicas asintieron.

—Pedimos algo para cenar, puede que llegue más tarde, así que si quieres comer, no dudes en bajar. — SeulGi mostró una expresión dulce, a lo cual JooHyun responde de la misma manera.

—Oigan, antes de que se vayan... ¿Me dan la lista?

Tanto Yerim como SeulGi, sonrieron victoriosas.

—Aquí tienes, madame.

—Muchas gracias, corrompida.

—SeulGi, afila los cuchillos porque ya no aguanto este sufrimiento.

Todas soltaron una risa, para luego dejar a JooHyun nuevamente sola en la habitación.

Prendió la pequeña lámpara que posaba en su mesa y leyó con más claridad las letras que estaban impresas en la hoja.

"SonWan Company".

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!!!! ♡ !!!!

Hola mis nenesssss, ¿como están?
Los extraño y extraño pasar más tiempo escribiendo pero aquí está su respectivo capítulo.

¿Que tal? ¿Teorías? ¿Sentimientos? 👁👁