VI

353 50 17
                                    

───── ◎  • ❖ • ◎ ─────

Lalisa se despertó, cubriendo sus ojos a causa de los rayos de luz que le pegaba directamente, causándole malestar.

Un nuevo día, un nuevo dolor de cabeza.

Se quitó la sábanas de encima y se estiró lo más que podía para luego relajar sus músculos, cuando sus ojos lograron adaptarse a la claridad de la habitación, frunció el ceño.

—Louis, ¿por qué te encanta morder mis zapatos? — Se levantó a duras penas para tomar al gato y salir de allí. — ¿Cómo es que gasto tanto dinero en juguetes y tú prefieres un zapato?

La cabeza del pequeño felino se estrujó en el pecho de la chica, sacándole un suspiro pesado, seguido de una sonrisa en un acto de rendimiento.

—Bola de pelos, no lo vuelvas a hacer.

Lo dejó caer en el piso y entró al baño.

Entró a la ducha, luego salió y se vistió, lavó sus dientes y por último, acomodó su pelo.

El negro le gustaba mucho en ella, sin embargo, ya quería un cambio.

Observó la hora en su reloj y notó que no le daba tiempo para poder hacerlo, así que tendría que esperar al fin de semana.

Tomó sus cosas que ya estaban listas y justo cuando estaba saliendo, se sintió sorprendida.

—JooHyun, ¿qué haces aquí?

La mencionada aclaró su garganta y ocultando un poco su rostro a causa de los nervios, sin embargo, volvió a colocar su cabeza en alto, mostrando seguridad.

—Me gustaría hablar contigo esta noche, si es que puedes, claro.

— ¿Para qué?

— ¿Por qué no ahora?

—Dios, Lisa. — Bufó. — ¿Puedes o no? — Aún más confundida, respondió que si. —Bien, nos vemos entonces...

Una pequeña sonrisa por parte de ella apareció a medida que se daba la vuelta y seguía su camino.

Observó como la pelinegra se alejaba a cada paso quedaba y en su mente surgía muchas preguntas que no iban a ser respondidas hasta en la tarde.

Pero no sabía si debía preocuparse o emocionarse por ello.

Terminó de salir de su casa junto al extraño sentimiento que la chica le había dejado.

Lo único que podía pensar es que debía tener bastante fuerza de voluntad, porque aquella sonrisa no parecía tener compasión con ella, aunque para ser sinceros, nunca lo tuvo, nada que provenía de JooHyun parecía afectarle a baja intensidad y lo peor es que lo sabía.

Ya las cosas estaban complicadas entre ellas como para que algo así la termine de arruinar.

— ¡Lalisa! ¡Detente!

— ¿Qué? — Dijo en un susurro mientras se volteaba. —No puede ser... ¿Qué crees que haces?

La chica de apariencia deslumbrante paró frente a ella entre jadeos, colocando su mano en el pecho en un intento de recuperar su respiración y corazón.

—Es muy temprano para cometer un suicido, Soo. — La mencionada la fulminó con su mirada, haciendo que riera. — ¿Me dirás que sucede?

— ¿JooHyun te ha dicho algo sobre SeungWan?

De todas las cosas que le han podido decir, aquello era una de esas tantas que no le gustaría escuchar y aunque solo fuese por curiosidad, sabía que aquello no traería cosas buenas.

—No, ¿qué pasó con ella?

—Ha vuelto y estoy segura de que no será para traer fiesta y diversión... No le he querido decir ni a ella ni a las demás, porque sé que todas seriamos capaces de ir a enfrentarla, pero la única con un poco más de razón, eres tú.

—Tiene sentido, pero no entiendo, ¿que pretendes que haga con saber eso? —Sólo se quedó en silencio, sabiendo que en su rostro preocupado ya le daba una respuesta a su pregunta. —SooYoung, apenas y paso tiempo con ella, además, será difícil hacer que no se entere de que está aquí, aunque quisiera evitar un desastre, es algo que no podré lograr.

—No te estoy pidiendo eso, bueno... En parte sí, pero por favor, no te separes de ella, eres la única que está más cerca y sabiendo como es SeungWan, irá por ella, si no es que ya lo está.

Lalisa pasó una mano por su cabello, desgastada.

—Bien, pero sabes que JooHyun no querrá que lo esté, ella se protege sola.

—Nadie puede enfrentar las cosas solo por más fuertes que sean. — No respondió y la menor sólo esbozó una sonrisa. —Te veré luego, Lis.

—Eso espero, Soo. — La pelinegra tomó el primer taxi que apreció y se fue.

No había pasado media mañana y ya sentía como su cabeza latía.

¿Por qué tenía que aparecer así de la nada?

¿Por qué la iría a buscar?

───── ◎  • ❖ • ◎ ─────

La oficina se sentía igual de movida, de estresante y agotador como siempre, pero tenía un mal gusto que no le dejaba ni siquiera pensar.

Nunca faltaban aquellas personas que vivían por el cotilleo, pero ese día parecía que el chisme estaba en primer plano y le cansaba pensar que era justo eso de lo que hablaban.

No podía aguantarlo más.

Se levantó de su asiento, yendo de una vez a la oficina de JooHyun.

—JooHyun, ¿es... — La chica que antes le había dedicado una dulce y pequeña sonrisa, ahora tenía aquel rostro serio e indescifrable que solía mantener casi siempre.

—Ya lo sé, Lisa. Sé que está aquí, también sé que no han parado de hablar sobre eso y que no lo dejarán de hacer hasta que suceda algo que alimente sus almas de vieja chismosa. — Su tono de voz era sereno, pero detonaba molestia. —Lo sé y lo que menos quiero es que tú hayas venido aquí solo para hablar de eso. — JooHyun levantó su mirada.

—SooYoung pretendía que se mantuviera en sólo un secreto, pero capaz y media Corea ya se haya enterado.

—Lo sé. — Se levantó y fue caminando hacia ella. —Pero cómo dije, no quiero que vengas aquí sólo por eso.

Lalisa tragó en seco y sus ojos parecían quedarse clavados.

—No es sólo eso, ¿estás segura de querer salir?

—Más que nunca.

— ¿Por qué?

—Hay cosas que hablar.

— ¿Qué cosas?

—No pienso decirlo ahora, Manoban. Vendré antes de que todos se vayan, espérame por favor.

La chica pasó por su lado hasta llegar a la puerta y cómo la otra vez, la tailandesa tomó su brazo.

— ¿A donde vas?

—Ya sabes a donde.

───── ◎  • ❖ • ◎ ─────

















!!!! ♡ !!!!

Ea, se está poniendo buena la cosa.
Pido perdón por dejarles si actualización el fin de semana, estaba en el campo sin señal, así que les recompensaré hoy y el miércoles, jiji.

a ver, ya quiero leer sus teorías mi gente.

◇ Oh My God - Lisrene ◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora