Leila
Presente
Revivo cada recuerdo como si estuviera de nuevo ahí. La sangre seca entre mis manos, los raspones en mis piernas, los grilletes sujetando mis muñecas y tobillos. Cada recuerdo es peor que el anterior.
Los años de terapia se van a la basura en cuestión de segundos. Vuelvo a sentir la misma sensación de picazón en mi cuerpo y las inmensas ganas de tallarme la piel para borrar toda la suciedad que me dejaron.
No me doy cuenta de que estoy al borde de un colapso de ansiedad hasta que, a lo lejos, percibo unas manos sacudiéndome y diciendo mi nombre. Parpadeo para aclarar mi visión a través de mis lágrimas. No había sentido la humedad en mis mejillas. Mi respiración es errática, hasta el punto de que puedo escuchar los latidos bombeando en mis oídos.
Lo primero que mis ojos captan son los ojos marrones con motas de ámbar de Jacob. Su expresión tensa está abarcada por la preocupación. En algún momento, debió moverme, porque no recuerdo cómo terminé sentada en la cajuela del carro con Jacob entre mis piernas.
—Leila. — En su voz se destila la inquietud. Sus ojos buscan los míos. Toma mi cara entre sus manos, limpiando con sus pulgares cada lágrima que cae.
Estoy en transe, entre el presente y el pasado. Intento hablar para calmarlo, para decirle que estoy bien y que no necesito su ayuda, pero lo único que sale es un fuerte sollozo cargado de tanto dolor.
—Ven aquí. — Me jala contra su pecho y lloro como no lo hacía después de años.—Shhh, todo está bien. Ellos no están aquí.
—Me rompieron. — Suelto sin aliento. Los sollozos tomaron control total de mi cuerpo, al igual que el llanto.
Me aferré a su saco, apretando fuerte el material entre mis manos. Mis lágrimas estropean su camiseta de diseñador, aunque parece no importarle. Me abraza con fuerza contra su pecho, susurrando palabras tranquilizadoras mientras me acaricia el cabello.
Me dejé envolver por la sensación, olvidándome del exterior. Los recuerdos se van esfumando y solo queda el ahora. No estoy en esa habitación, no hay hombres enmascarados y, sobre todo, no hay ninguno de los DeSantis.
Mi respiración vuelve a la normalidad. Comienzo a notar el presente y cómo me aferré a mi enemigo. Lo empujo, apartándome de él como si se tratara de una plaga. Deja que me aparte de él, su cuerpo se mantiene tenso, aprieta la mandíbula.
—¿Cómo supiste lo que me sucedió? —pregunto.
Su expresión se contrae. Aprieta los labios sin responder a mi duda. La incertidumbre me carcome, y el que se mantenga en silencio no me ayuda en nada.
—Contéstame, Jacob. —Exijo con un nudo en la garganta. Las lágrimas cesaron, pero las sensaciones aún hormiguean en mi piel.
—Vi los vídeos que tomaron en tu secuestro. —Su voz destila un sentimiento extraño de descifrar, hay una combinación de pena y furia en él.
—¿Qué videos? —pregunto, sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda.
Siento como si toda mi sangre se drenara hasta mis pies. Pensé que ese suceso ya había quedado atrás sin dejar rastro. Saca su móvil y reproduce el vídeo. Lo primero que mis oídos captan es mi voz rota pidiendo que paren. Las imágenes son muy gráficas y detalladas, se observa cada parte de mi cuerpo siendo utilizada.
Siento la necesidad de vomitar, de arrancarme la piel, como si eso pudiera liberarme de la suciedad que está impregnada en mi.
—¿Cómo carajos conseguiste eso? — Ya no estoy llorando, ahora hay una furia hirviendo que recorre mi torrente sanguíneo.
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Volveré A Verte [#1] NUEVA VERSIÓN
Romans[E-N- P-R-O-C-E-S-O] DUOLOGÍA VOLVER- Libro I --- Leila Miller regresa después de años con un solo propósito: vengarse de las personas que le hicieron daño. Vuelve más fuerte y poderosa que nunca, como dueña de una de las empresas de seguridad más...