CAPITULO. 03. Soy Alex mucho gusto

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Todos en la vida cometemos errores y yo he sobrepasado los límites. La puerta se abre lento lo que indicaba que mi abuela se aproximaba. Cierro los ojos para hacerme el dormido. La abuela todas las mañanas entra a mi cuarto a despertarme, aunque ella no lo admite le encanta hacerlo y yo solo le doy la satisfacción.

― Alex, tienes que levantarte ― exclama apoyándose de la cama.

Hacerse el dormido implica hacer varias cosas y una de ellas es no responder cuando intentan despertarte, toca mi hombro sacudiéndolo bruscamente.

― Joder Alex, llegaré tarde.

Despierto de mi falso sueño y subo ambos brazos para bostezar, miro su semblante y me estrujo los ojos en ceñar de que estaba supuestamente durmiendo.

― Buenos días abuela ― Aguanto las ganas de reír tomando un semblante serio de recién despierto.

Impacta su mano contra mi frente haciendo que mi cabeza cayera nuevamente sobre la almohada.

― Un día harás que llegue tarde y solo por estar embromando contigo ― me apunta con el dedo ― créeme que si eso llega a pasar lo pagarás, literal me pagarás el dinero que llegue a perder ― se levanta de la cama y sale.

Mi abuela es muy testadura cuando tiene muchos clientes, ella es una diseñadora de interiores y una muy buena, fue la que diseñó la sala de transmisión de Mr. Hyden, Sin embargo ella no sabe nada sobre las transmisiones a medianoche, me mataría vivo si se llegase a enterar. Para diseñar la sala de trasmisiones tuve que decirle que estaba en una clase de diseños y tenía que llevar una maqueta, lo demás solo fue guiarme de la mini maqueta y comprar en gran porción los objetos que indicó y todo lo hice mientras ella no estaba en casa.

Soy toda una mente maestra, OK no.

Me miro al espejo y tremendo desastre natural que tengo en la cabeza, era como si un ciclón hubiera cruzado por ahí y no hablemos de ni mal aliento, es como si un mono hubiese cagado en mi boca. Puta que asco

Amarro mi cabello en un moño alto y bajo a la cocina, todo está tranquilo y el sol casi sale, miro el fregadero con desaprobación.

― Maldición abuela no pudiste fregar ― llevo mis dedos al puente de la nariz en frustración.

La abuela cuando tiene trabajos en la mañana no hace ninguno de los oficios de la casa, en cambio se los deja a su sirviente personalizado. Además eso ya lo tenía que haber sabido, porque quien levanta a su nieto a las cinco de la madrugada cuando las clases empiezan a las ocho.

Limpiar los trates no es lo malo es trapear toda esta mansión de terror, es enorme.

Termino todos los oficios y estos me dejan muy cansado, quiero tirarme en la cama y no pararme hasta año nuevo. Miro el reloj de pared y aún faltan horas para irme a la escuela. Tomo el celular y entro al sitio web de los CamBoy, esa Página de internet que usa Mr. Hyden para chatear con sus seguidores y emitir sus cochinas transmisiones

Había cientos de mensajes sin responder, los cuales no me disponía a revisar, solo le echaba un vistazos a los que son VIP y eso es todo.

Resoplo los mechones de cabello que tapaban mis ojos y sigo curioseando en los chat grupales del club VIP.

‹‹Alex, sí que eres curioso››

Cansado voy hasta mi cuarto y me lanzo en la cama todo sudado para empezar a revisar los mensajes que mandaban los maniacos seguidores calenturientos.

@xeskier_fj dice: Hola Hyden, sí que haces correr a cualquiera.

Fue el primer mensaje al que le piqué, en el chat había un video de un chico de piel morena y ojos marrones, estaba sentado en una de esas sillas giratorias, se veía fornido y era un poco hermoso lo que si era impresionante era su aparato masculino lo cual estaba duro como un roble.

Mr. Hyden © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora