Mr. Hyden © +18

CAPITULO.18. ¿Verdad o Reto?

A veces pienso que me persigue la desgracia, han pasado varios días y aun sigo en lo mismo. Antes podía recordar mayor parte de lo que hacía cuando Mr. Hyden se manifestaba, pero ahora no hay nada. Mi vida va de mal en peor y con Hyden haciendo quien sabe qué sin poder recordar nada estoy perdido. Antes limpiaba sus desastres ¿Quién lo hará ahora? Si no sé dónde está el rastro.

La mayoría de las veces solía recordar todo como una clase de sueño, sueños reales que con el tiempo se transformaron en pesadillas. Mi cabeza trabaja desquiciadamente y lo que me está pasando es producto de ese trabajo, al menos espero que Hyden tampoco sepa nada de lo que haga.

― ¿Abuela estos días he salido de noche?

Al menos necesito saber si Hyden anda saliendo en las noches y preguntarle a la abuela es la mejor opción. He notado que todos ahora voltean a mirarme en la escuela y la emo se tensa cuando ando cerca de ella y el atleta.

― No que yo sepa ― se detiene cuando el semáforo está en rojo ― ¿Acaso andas saliendo de noche Alex?

― No, solo es que tanta clases me están haciendo olvidar cosas.

― Te lo he dicho Alex, leer cosas raras y estudiar tanto provoca estrés y amnesia ― Pisa el acelerador cuando está en verde.

― No es eso ― evito la conversación.

La abuela decidió llevarme a la escuela hoy porque usará el auto para realizar algunas compras, está remodelando una casa que recién ha sido comprada y los clientes quieren cambiar ese modo antiguo y viejo de su sala. De todos modos no es que use mucho este auto para que me lleve, pero no me quejo.

Me deja en frente y me despido con un beso en la mejilla, me preparo para soportar otro largo día en esta escuela.

Al entrar los pasillos no están como deberían, repletos de estudiantes codiciosos. Llego al casillero e introduzco la contraseña sacando algunos libros y guardándolos en la mochila. Me extraña que no haya casi nadie aquí, reviso la hora y confirmo mi puntualidad. Voy al salón de clase y vacío, no es que me moleste estar solo ¡pero donde diablos se fueron todos!

Entro a la biblioteca y la señora Carmen sigue con la vista puesta en la pantalla del computador, me aproximo al mostrador y la señora me hace una mirada de pocos amigos por el rabillo de los lentes.

― ¿Qué quieres esta vez Alex? ― la señora no está de buen humor hoy.

― No es que me interese mucho pero me da la intriga de saber dónde carajos está todo el mundo.

La señora se quita los lentes mirándome con pasmo.

― Me parece que no está enterado, hoy es la competencia de los chicos de natación.

La mochila me pesa y la coloco encima del mostrador.

― Suerte la mía, al menos fue eso y no que vine en vano.

Me olvidé completamente de que es en estas fechas que inicia la competencia de natación entre escuelas. Todo tiene un calendario, los del equipo de básquet, los de futbol y hasta el equipo de ajedrez tienen su mes deportivo agendado. Así que mientras los del equipo de natación estén en campeonato este club se llevara toda la atención.

Estos meses me agradan, todos están boceando como locos mientras yo y los marginados disfrutamos de un buen libro en la biblioteca, en soledad y tranquilidad pura.

― Carmen agéndame para todo el día, tendré una charla con los libros del estante catorce.

Entro todo confiado y con la mente puesta en que pasaré leyendo todo el día mientras los simios aclama a un equipos de chicos con calzones ajustados.