~ ¡¡Vegetta!! ~

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Todos en la sala estaban durmiendo a excepción de Vegetta, después de explicar lo que pasaba junto a Victoria nadie dijo nada, necesitaban un poco de tiempo para asimilarlo y esto lo entendía Vegetta así que decidieron dormir, debían de hacer guardias por si pasaba algo mientras los demás dormían.

El decidió hacer la primera guardia, estaba afuera de la casa provisional que habían hecho en medio de la montaña, miraba las estrellas, como no había mucha iluminación se podían ver las estrellas más brillantes que otros días.
¿Por qué lo hiciste Erika? ¿Realmente necesitas mi ayuda o solo quieres cumplir con tu venganza?. Pensó mientras empezaba a subir la colina.
Cuando estaba en la cima empezó a caminar por de un lado a otro.

No sé que hacer, estás cometiendo el mismo error que hace años. Pensó mientras miraba al cielo nuevamente.

Dioses, no se que hacer, no... No creo poder ayudarla y a-ahora la Isla Calabera e-esta en peligro, ¿Que hago dioses? —las lágrimas amenazaban con salir.

Siguió caminando, después de un rato se recargo en una piedra, sintió una presencia atrás de él, giró un poco y vio a Aroia, se notaba que llevaba unos minutos despierta.

¿Que haces aquí Vegetta? —el nombrado no contesto y solamente apoyo su cabeza en sus rodillas—. Oye... Deberías ir a descansar.

No tengo sueño... No puedo dormir con todo lo que está pasando, tú deberías descansar un poco más —Aroia rio levemente.

No he podido dormir bien al igual que los demás, es más al no verte nos preocupamos —Vegetta sonrió al escuchar eso.

Bueno, regresaré y me quedaré cerca está vez —se levantó, antes de bajar miro el mar, vio algunas luces de antorchas, Aroia también las noto haciendo que se preocupara—. Avísales a los demás.

Aroia bajo rápidamente, mientras ella descendía Vegetta fue a una de las orillas de la montaña, las antorchas se acercaban, pudo notar que los que venían eran algunos habitantes de Isla Calabera, aunque el sabía que no estaban en si. La falta de recursos para sobrevivir y la pequeña magia de Erika les hacía perder la cordura, pero al ver un pequeño detalle empezó a pensar en otra posibilidad.
Cuando Aroia llegó a la entrada de la cueva todos la miraron, iban a hablar pero ella dió la señal de guardar silencio.

Shh, hay personas viniendo aquí —susurro mientras miraba a la salida, ahí bajo Vegetta con su espada en mano.

Son habitantes de la Isla —susurro, todos se miraron.

¿Que hacen aquí? ¿Deberíamos ayudarlo? —preguntó Fargan.

La falta de recursos los hace salir de la Isla... Y no, no podemos ayudarlos —contesto susurrando.

¿Por qué? Es nuestro deber hacerlo como piratas —susurro un poco fuerte Willy a su lado haciéndolo saltar del susto.

No son ellos, no están dentro de su cordura, aparte hay otra posibilidad —los miro, ninguno entendió más que Victoria.

¿A qué te refieres? —preguntó Herny mientras sacaba su espada al igual que los demás.

Puede que vengan por mi —dijo mientras se asomaba, las personas estaban ahí, al parecer se estaban poniendo e acuerdo para revisar la Isla—. Erika al ser un “fantasma” puede controlar a las personas, me necesita y puede que me halla mandado a buscar.

> Una Leyenda De Piratas <Donde viven las historias. Descúbrelo ahora