• Islas •

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Vegetta había terminado por fin las tareas diarias, después de trabajar dos días por fin compraría su isla.

Estaba ansioso por saber dónde le había tocado, compro las escrituras de su isla y el mapa, Enfrente de la isla central, ¡Genial!. Pensó.
Rápidamente salió del lugar después de despedirse.

Fue a su bote y empezó a navegar, veía el fondo del mar, los peces, las algas y... Los peces creeper...

Suspiro al verlos seguirlo, esas cosas eran relamente un dolor de cabeza, diviso su isla, por la emoción se olvidó de los peces y simplemente bajo rápidamente... Y bueno, esas cosas saltan fuera del agua y pues, explotó.

Y murió.

Reapareció en su habitación, se quedó parado al lado su cama, después de unos segundos parado empezó a reírse.

«Uis»

Leyó en el chat de los piratas, siguió riendo hasta que tuvo que parar para recuperar el aire.
Su abdomen dolía por haber reído tanto, al final se calmó, saco las llaves y abrió la puerta, consiguió un barco y volvió a navegar.

Esta vez fue más cuidadoso al llegar a su isla. Bajo de su bote y se alejo de la orilla, cuando estuvo seguro giro para ver su isla, había una pequeña estructura que brindaba sombra.

Había varios árboles de jungla y una gran roca.

Bueno, vamos a empezar —dicho esto empezó a picar en la roca, en un rato ya tenía una habitación para poder pasar la noche.

Después hizo unas escaleras y después otra habitación donde sería su habitación y tendría sus cofres, solamente había tardado unas horas para hacer todo eso.

Perfecto, todo es simétrico. Pensó al estar satisfecho por su trabajo, lo único que faltaba eran los cristales.
Así que fabricó hornos y puso a cocinar la arena.

Mientras los hornos trabajaban el iba divisando que otras cosas podía hacer.

Mientras en las otras islas los otros piratas también avanzaban con sus casas e iban planeando su casa. Unas iban a ser más complicadas que otras pero con esfuerzo lograrían hacer la casa se sus sueños.

En una isla muy alejada de ahí habían una extraña formación de piedras, todas separadas a la misma distancia, eran altas lo que las hacia parecer columnas de algún templo, una hermosa piedra más pequeña que las otras con un hueco en el centro.

El lugar estaba en el centro de una pequeña isla, todas las piedras grandes eran escondidas por enredaderas que con el tiempo habían crecido.

Un lugar hermoso, pero no todos conocían la historia de aquellas piedras, ni siquiera sabían si relamente existían, simplemente para ellos había sido unas Leyenda de piratas.

Al lado contrario de aquella isla muchos Kilómetros más alejado había otra isla, está tenía un aspecto diferente, había neblina en la parte del suelo, los árboles abundaban, extrañamente el solo no era muy común ahí, el clima lluvioso lo era.

En una de las orillas había una cueva muy extensa, sin minerales en los cuales interesarse, había muchos caminos los cuales seguir, algunos llevaban a salidas al exterior, otros llevaban a callejones sin salida. Exepto uno, uno de los caminos más escondidos llevaba a otra parte de la cueva, más grande y alta, en el techo colgaban varias plantas trepadoras, había neblina por el piso, picos peligrosos que con cualquier movimiento brusco caerían y estos podrían lastimar o inclusive matar a un ser vivo.

Había varios hoyos, unos muy largos que parecían no tener fin, otros más pequeños que contenían lava la cual producía la poca luz que había, otros con los mismos picos que había en el techo, simplemente eran hoyos que si caías en ellos era seguro que no sobreviviría ni el ser más preparado del planeta.

Al final de la cueva había unas escaleras hecha con la misma piedra, la niebla subía, cerca no había ningún charco de lava, por lo que creaba oscuridad total en esa parte, en esa inmensa oscuridad había una celda. Esa celda había sido hechizada por los dioses para que aquella cosa no escapara, ni el cuerpo al que había utilizado para fines que nadie conocía.
No había forma de escapar, ni un solo hueco, solamente existía uno solamente de diez centímetros cuadrados, por ahí entraba el aire que la única persona que estaba ahí respiraba.
La puerta era de un material muy extraño que no podía conseguirse fácilmente, de hecho la probabilidad de conseguir aquel material era menos del cero porciento.

La cerradura no podía romperse ni abrirse con cualquier cosa, simplemente era posible abrirla con una llave especial la cual nadie sabía dónde estaba.

¿Vas a ir de nuevo con ese joven pirata? —hubo silencio por unos segundos—. ¿Seguís convencida de que nos ayudará?

Si, el solamente puede devolvernos la paz que nos fue arrebatada —la otra persona en la celda frunció el seño.

Tu me la quitaste —empezo a sentir ese ardor en su cuello—. ¡Sabes que es verdad!

¡Solamente quiero paz! Si el logra salvarnos mínimo tu podrás hacer tu vida —el ardor de la otra persona disminuyó, tanto tiempo estando ahí se había acostumbrado a eso—. No entiendo por qué no has muerto, es como si el tiempo no afectará en este lugar.

¡Si lograre hacer mi vida! ¡Pero no en la época que me corresponde! ¡Perdí todo gracias a ti! —volteo a ver a aquella figura con lágrimas en los ojos.

Vosotros admiraban a alguien que me arrebato todo —sin más se volvió una masa de humo y salió por aquel hueco—. Solamente quiero irme en paz.

Esa persona no podía afectar al mundo, lo hará cuando la puerta de su celda fuera abierta, mientras nada más podía aparecerse a las personas pero estás no podían escucharla, nada más verla pues seguía bajo el hechizo de la celda.

¿La llave dónde estaba?

Bueno, la llave se encuentra en tierras más lejanas en una isla donde habitaban dragones de todas las especies, solamente la persona con más experiencia podría entrar ahí, la llave se encontraba entre los montones de monedas de oro que habían ahí.

Al ser de mismo color se confundía con las monedas, era casi imposible que alguien la encontrase a menos que tuviera todo el tiempo del mundo para revisar todo lo que había ahí.

Lastima que los dioses no sabían que la llave estaba ahí en aquellas tierras a la que los piratas podían acceder al comprar con Merlón un pergamino con una moneda de oro, este los teletrasportaba a alguna parte de aquellas tierras.

Tampoco se imaginaban que esa llave iba a ser encontrada, pero no tendrían por qué preocuparse, no hasta que alguien la robase.

La persona que causó todo esto tenía sus razones.

Simplemente quiere que se sepa la verdad para poder descansar.

~~~~~•♪~~~~~•♪~~~~~•♪~~~~~•♪

:)

Los próximos capítulos están fuertes :'v me dolió escribirlos, bueno, al menos dos :'c

Adiós 💜✨

~☆Wolfi💜☆~

> Una Leyenda De Piratas <Donde viven las historias. Descúbrelo ahora