∆ Escúchame ∆

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Vegetta se despertó lentamente, estaba confundido, ¿Que fue lo que pasó? ¡Auch! Mi cabeza, pensó mientras se tocaba levemente en el lugar donde había recibido el golpe, ¿Dónde estoy?, Volvió a pensar mientras miraba a su alrededor, no reconocía nada, la noche ya reinaba en el lugar, noto que  estaba rodeado de unas piedras que tenían la misma distancia entre si y un símbolo en cada una, al centro había una más pequeña, las estructuras de los dioses...

Se levantó con cuidado y siguió observando todo, era una isla no tan grande pero tampoco tan pequeña.
Los recuerdos abrumaron su mente, Victoria había sido teletrasportada hacia sus amigos que ya habían salido de ahí, Erika quería la piedra, lo golpeó y perdió la conciencia, lo sabía pues no recordaba nada después de que sintió un golpe.

Veo que has despertado —se giro lentamente y miro a Erika—. Crei que me ayudarías.

Lo iba a hacer, pero me mentiste, cometiste el mismo error y me golpeaste, ahora... Ya, ya no se que hacer —dijo casi en un susurro, Erika lo miro indiferente.

Yo también confíe en ti Vegetta... Hay algo que me decía que tú me ayudaría y ahora... Ya no se si ese sentimiento es real —Vegetta se acercó a ella.

Erika... Escucha, esta no es la solución, nunca lo fue, se que hay otra solución aparte de está, ¡Siempre la hay! —dijo mientras le agarraba ambas manos—. Yo lo sé...

No, no es verdad —se soltó del agarre y retrocedió unos pasos—. Está es la única manera de por fin tener paz.

¡No! Puedes obtenerla de otra forma, si lo haces perderás lo que hasta ahora has ganado, Isla Calabera se destruirá, tu perderás los pocos sentimientos que te quedan, ya no habrá nada de lo que conozcas —Erika frunció el seño y desvió la mirada.

¡Ni tú ni nadie evitará que cumpla con mi plan! —le grito mirándolo fijamente.

No cometas el mismo error que Oscar cometió, lastimo a muchas personas por obtener lo que buscaba —Erika le tomo por el cuello y lo estampó con una de las piedras.

¡¡No me compares con ese monstruo!! —a Vegetta le empezó a faltar el aire, la fuerza de Erika era más grande pues era mitad “fantasma”—. El no tiene perdón —lo soltó haciéndole caer al suelo.

Vegetta estaba recuperando el aire mientras Erika miraba al mar.

No puedo matarte, al final de cuentas tu no me has hecho nada, solo no sabes que hacer —se arrodilló enfrente de el y le miro con un poco de enfado.

Si fallas, habrás perdido todo y no podrás cambiarlo, llevarás ese peso por el resto se tu vida —dijo con la voz entrecortada, ambos se miraron y Vegetta empezó a incorporarse—. Los dioses te habrán abandonado oficialmente...

Ellos lo hicieron hace mucho —su voz salió como un susurro.

No... Ellos querían ayudarte, vos no te dejaste, gracias al rencor no te pudieron ayudar —hizo una pausa—. Tu sola te condenaste...

¡Eso no es verdad!

¡Si lo es! ¿Acaso no lo vez? ¡El rencor te está cegando! —Erika se tapo los oídos.

¡No! Y-yo solo quiero paz... ¡¿Es tan difícil de entender!? —tenía lágrimas en los ojos.

¡No, no lo es! Pero tú tienes un concepto equivocado de como buscarla —se volvió a acercar a ella y la tomo de las muñecas.

¡¡Déjame!! —grito mientras empujaba a Vegetta lejos de ella—. ¡Tu solo quieres salvar a tus amigos y a tu pueblo! ¡Solo eso! ¡Yo lo perdí todo!

¡Entonces no le dejes ese pesar a otra persona! Tu eres buena, alguien te arrebato la vida, pero puedes tenerla de nuevo...

Yo no soy como tu, mi corazón dejo de latir hace mucho, mi alma dejo de seguir al bien hace mucho... Ya no hay nada que hacer —las lágrimas resbalaron—. Yo ya no tengo nada que perder Vegetta... Tus amigos vendrán a buscarte, ellos tiene la piedra y cuando la tenga en mi poder por fin podré vengarme de el...

Eso no es correcto —susurro, iba a acercarse a ella de nuevo pero algo se lo impidió.

Al ser fantasma tengo otros dones... Samuel —dijo, Vegetta miro sus manos, tenía unas cadenas que no le dejaban acercarse a ella—. Isla Calabera y todos los que habiten ahí serán una simple leyenda de tantas que hay y sabes algo, las leyendas no pueden cambiarse —lo miro por última vez para después darse la vuelta—. Tu también tiene mucho que perder Vegetta...

Sin más se alejo de ahí, Vegetta suspiro rendido, se recargo en una piedra y se dejó caer, ya no sabía que hacer, estaba perdido, abrumado... Solo...
Las lágrimas empezaron a caer, escondió su cara entre sus piernas mientras las abrazaba.

Quizás tenga razón, pensó.

Mientras sus amigos estaban entrando en pánico, Vegetita había sido capturado por Erika, estaban navegando hacia la isla en dónde estaba pero no sabían que hacer cuando estuvieran cerca, cuando empezaron a divisar la isla se quedaron quietos.

Tenemos que idear un plan, no podemos ir así nada más —habló Jesús.

¿Pero que hacemos? —pregunto Rubius—. No sabemos a qué nos enfrentamos exactamente.

Erika no puede tomar la piedra —dijo Victoria mientras miraba la piedra que le había dado a Vegetta—. Lo único que tenemos que hacer es evitar que Erika tome la piedra mientras uno de nosotros va con Vegetta y se la da para que pueda ponerla en el centro de la piedra —dijo con facilidad mientras miraba la isla.

¿Quien le llevará la piedra? —pregunto Aroia.

Victoria es la que tiene más posibilidades de dársela —dijo Lexosi.

Fargan, Jesús, Alexby, Aroia, Lexosi y yo podemos luchar contra ella mientras los otros la protegen si a nosotros nos llegará a vencer —hablo Arsilex—. Willy, Rubius, Herny y Elyas pueden ir con Victoria para protegerla.

Sería lo más conveniente, no podemos luchar todos contra ella, sería más fácil que nos derrote a todos y Victoria quedaría expuesta —exclamo Aroia.

Entonces así lo haremos, salvaremos a Vegetta e Isla Calabera —todos asintieron.

Una leyenda no puede cambiarse...

¿O si?

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Antepenultimo capítulo :)

Wow... Faltan 3 capítulos para el final...

Que rápido xD

~☆Wolfi💜☆~

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