Narrador omnisciente
Max volteó y vio disimuladamente un automóvil negro detrás de él, mirándolo fijamente. Estaban en el estacionamiento del centro comercial. Había ido a buscar a Maggie. El mensaje que había recibido acerca de que solo iban a hacer una advertencia lo hizo pensar solamente en ella y de inmediato con el corazón latiendo fuertemente y las manos frías no dudo un segundo en llamarla. Maggie no merecía que le pasara nada sobre todo porque era un asunto que solo le competía él, no iba a dejar que saliera lastimada.
Maximiliano prendió la motocicleta con toda la calma del mundo, no quería que supieran que se había dado cuenta. Salió del estacionamiento con una velocidad normal. Estaba nervioso, no lo iba a negar. El solo era un adolescente en busca de la verdad. Ahora estaba más que seguro que el responsable de la muerte de su padre, también iba detrás de él, pero estaba dispuesto a seguir pasara lo que pasara, su padre no merecía nada de lo que paso y no existía otra persona que lo averiguara sino es él mismo.
Cruzó a la segunda calle, consciente de que el auto todavía lo seguía. De una cuadra más adelante sale otro auto y ambos lo siguen, pero al ser más pequeña la moto pasaba fácilmente por el flujo vehicular. Aprovechó que se quedaron dos autos detrás de él para acelerar lo más que pudo. La brisa fría le calaba los huesos y las imágenes de los lugares pasaban borrosas, pero no podía detenerse. No se dio cuenta cuando los dos autos se posicionaron uno a cada lado y se juntaron de manera que Max estaba en el medio, golpeándolo uno de ellos. Aceleró al recibir el impacto en su pierna derecha lanzando un gruñido. Echó su cuerpo hacia atrás para darle más impluso a la moto, el viento lo hacía entrecerrar los ojos y sus manos parecían estar cada vez más inhabilitadas por el miedo y el frió. Los autos lo alcanzaron y como si tuvieran un imán se juntaron chocando a Max en el proceso. La motocicleta cayó simultáneamente Maximiliano perdió el conocimiento, y los autos se dieron a la huida.
Maggie
—Hola, te estás comunicando con Max, por favor no dejes mensaje. Tengo suficientes sin contestar— Rodé los ojos. Maximiliano no me contestaba las diez llamadas que le he hecho. Estamos en camino de vuelta al centro comercial. Estoy preocupada, no sé que podría estar pasándole a Max y los pensamientos que tengo no son los mejores, hacían mi manos temblar y tener que meterlas en los bolsillos de mi sudadera. Camila se pudo tranquilizar y así pusimos emprender nuestro rumbo.
—¿Qué tal si murió como su padre? —pregunta Camila con la voz entrecortada.
—¿Estás loca?, ¿Cómo puedes decir eso? — Definitivamente ella no era la mejor dando apoyo moral, no es que me cayera del todo bien Max pero tampoco es que quisiera que muriera. ¿Max?¿ Desde cuándo le digo Max?
—¡Oh Dios mío!— Abre los ojos mirándome, su expresión hace que le preste atención olvidándome de mis pensamientos.
—¿Qué ocurre? — Quise saber mirándola preocupada, ya nada podía ser peor.
—Lo siento mucho Maggie, lo bueno es que te queda la herencia—Dice dándome un apretón en el muslo y volviendo su mirada en la carretera.
—¿Qué? — La miro con cara de confusión.
—¿No te das cuenta? — Me mira impresionada— Has quedado viuda.
—¡Camila! — Abro los ojos lo más que puedo— Estas diciendo estupideces, no sé si te has dado cuenta— definitivamente esta chica no está bien de la cabeza primero dice que no le gustaría verme con él y ahora nos empareja.
—Lo siento, mi mente no trabaja bajo presión— Me miro alzando los hombros y con el ceño fruncido.
—Solo sigue conduciendo.
No importaba ya cuantos mensajes le había dejado en el celular, para mí no parecían suficientes. Me bajé del carro sin esperar a que estacionara y mientras llevaba el teléfono a mi oreja buscaba en el mar de gente esa cabellera que la mayoría del tiempo me irritaba, pero después de media hora ya había perdido la esperanza de encontrarlo ahí.
Cuando llegué a mi casa ya estaba oscureciendo, no sabía qué hacer y la angustia me estaba matando, Max podría estar en cualquier lugar y quien sabe bajo qué condiciones, ¿Tendría que decirle a la policía?, supongo que no, eso solo nos frenaría en la investigación, no sé por qué pensaba eso en este momento, pero siento que para Max es supremamente importante y las autoridades ya habían "cerrado" el caso. Obviamente a Camila le había advertido que no dijera ni una sola palabra sobre lo sucedido aunque al principio se rehusó la terminé convenciendo
No había nadie en casa como siempre, me senté en el sofá pasándome una mano por el rostro y mirando hacia arriba, estaba cansada pero no podía hacer otra cosa que esperar una señal. Mi teléfono sonó e inmediatamente lo saqué de mi bolsillo pensando que era Max pero solo era Liss preguntándome si la excusaba mañana en clases porque iba a faltar por un pequeño resfriado, después le contestaría. Subí las escaleras para estar más cómoda cuando mi teléfono empezó a sonar esta vez con de tono de llamada, mi corazón latió fuertemente mirándolo, número desconocido
—¿Hola? — Contesté con voz insegura, después de todo lo de hoy no me quedaron ganas de enfrentar a nadie.
—Hola Maggie— Dijo una voz gruesa que conocía bien, fruncí el ceño deteniéndome a mitad de la escalera y con la mano temblorosa.
—¿Mike?—pregunté agarrándome fuertemente del barandal.
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Levitando ©
Mystery / Thriller«Les costará sangre y lágrimas descubrir la verdad. En este pueblo donde todo es un misterio, el asesino podría ser cualquier persona, incluso ellos mismos» ¿Las pistas de su investigación los dejará en tierra firme o estarán levitando? -Comienzo 23...