Capitulo 21

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Maximiliano

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Maximiliano

Abrí la puerta con molestia que pasó a sorpresa en el momento en que vi a Mike de pie en el umbral. Entró directamente sin siquiera dirigirme un saludo, volví a rodar los ojos. Si se comportaba así solo iba a causar que Eli nos hiciera un interrogatorio y tomara medidas drásticas. Y yo solo trataba de actuar normal para que él no sospechara de la situación de mi padre, pero me incomodaba tenerlo cerca y no poder hacer nada.

—Michael, que alegría verte de nuevo—Eli lo saludó, pero a él le importó muy poco, se sentó directamente.

—¿Me necesitabas? — preguntó en un tono impaciente.

—Que jovencito más grosero, pero no te puedo culpar. Ya conmigo aquí, aprenderás modales— Espetó Elizabeth pasando su bastón directamente por la barbilla de Mike.

—Tía Elizabeth, en serio tengo cosas que hacer— manifestó Mike. Echando su cabeza hacia atrás.

—Lo que quiero decirles es que primero vamos a tener una cena los tres esta noche. Ya reservé el mejor restaurante de este pueblo. Así que los espero vestidos formales y sin ningún tipo de arrugas— Miró nuestro atuendo como si fuera la peor degradación.

—No puedo— mencionamos los dos al tiempo ganándonos una mirada furiosa.

—Nunca les pregunté, es una orden jovencitos.

—Lo mejor es que me vaya—Mike se iba a levantar, pero el bastón en su hombro se lo impidió.

—Tú me vas a hacer caso si no quieres que reclame tu custodia, que como verás tengo toda la de ganar. Y tú— me señaló—ya la tengo, así que no tendrás más opciones que caminar derecho conmigo.

—¿Puedo llevar a alguien? —me atreví a preguntar. Si decía que iba Margaret, conociendo lo clasista que es, no me querría tener cerca. Aunque para mi Margaret sea la mejor persona de este mundo.

—¿A quién? — cuestionó entrecerrando los ojos.

—Margaret Johnson, vive en la casa del enfrente— señalé la ventana.

—Pero, ahí vive el detective— mencionó confundida.

—Exactamente— manifesté con obviedad

—Ellos viven en este vecindario gracias al gobierno Maximiliano, no son personas como nosotros— explicó

—Como nosotros— remedó en modo de burla Mike que se había mantenido en silencio todo este tiempo.

—Qué pena tía, si no va ella tampoco voy yo— contento con la situación que creé me felicité mentalmente. No tendría que ir.

—Bueno, invítala.

—¿Qué? — pregunté sorprendido.

—Que la invites— explicó Mike con su tono burlón nuevamente.

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