Capitulo 15

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—¿Hola?— Contesté con voz insegura, después de todo lo de hoy no me quedaron ganas de enfrentar a nadie

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¿Hola?— Contesté con voz insegura, después de todo lo de hoy no me quedaron ganas de enfrentar a nadie.

Hola Maggie —dijo una voz gruesa que conocía bien, fruncí el ceño deteniéndome a mitad de la escalera y con la mano temblorosa.

¿Mike?

Sí, soy yo. Necesito un favor tuyo— dijo con su típica voz gruesa y ronca aunque se escuchaba un poco agitado y mucho ruido. No me dejó responder cuando continuó hablando. —Dile a tu hermano que vaya al hospital, a Maximiliano le pasó algo.

¿Qué le pasó? —pregunté alterada. Sentí que mis piernas se debilitaron así que me senté en las escaleras.

No lo sé— esperé a que siguiera hablando, pero solo se había un largo silencio.

¿No dirás más nada?— le pregunté alzando un poco la voz. Estaba muy nerviosa y me preguntaba ¿Por qué Mike me estaba llamando con esa información?.

¿Qué más debería decirte? — oí como decían su nombre— escucha me tengo que ir, no tengo tiempo para esto. Y así colgó dejándome con la palabra en la boca.

Ahora acontecían dos problemas, el primero que no sabía conducir así que no puedo ir en el auto que Liam no se llevó y segundo que aunque supiera conducir no sabía dónde quedaba el hospital ni siquiera me lo dijo. Como si escucharan mis suplicas oyó la puerta abrirse y Liam entrando. Me levanté inmediatamente yendo donde estaba él.

—Llévame al hospital— dije agarrando mi abrigo y abriendo la puerta.

—¿Hola Liam?— dijo mirándome con las manos abiertas.

—No hay tiempo, Max está allá—
respondí saliendo de la casa esperando que el se dignara a hacer lo mismo.

—¿Qué le pasó? — Preguntó cuándo estuvimos en el auto.

—Eso quisiera saber—Le dije mirando por la ventana— Espera, no sé cuál hospital es— Mike no había dicho ningún tipo de información.

—No es un pueblo grande, solo hay dos, el público y el privado—dijo mirándome— y ya sabrás donde está.

—En el privado, bien.

Cuando llegamos, nos dijeron la habitación en la que estaba y fuimos a verlo, los cuatro pisos que subimos los sentí una eternidad, de verdad estaba preocupada como si fuera alguien que quiero. Abrimos la puerta de la habitación viendo a un Max con un yeso en su pierna izquierda, un cabestrillo en su brazo derecho y algunos cortes en su rostro.

—Te dejo un día solo y pasa esto— le dijo Liam mirándolo con el ceño fruncido.

— Nunca me alegré tanto de verlos, tuve un accidente en la moto— le sonrió Max. Yo solo me quedé apoyada en el marco de la puerta, no quería que viera como me preocupaba. — ¿y tú te vas a quedar ahí? — preguntó mirándome con una ceja alzada. Suspiré adentrándome en la habitación acercándome a la camilla y ubicándome en el lado opuesto de Liam.

Levitando © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora