Capítulo 8

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Ray y Mikey estaban tumbados en el sofá viendo la televisión. Hacía un rato que Frank subió para hablar con Gerard y todavía no habían bajado.

-Oye, ya deberíamos salir de casa, ¿no?-Señaló el de gafas. Eran casi las 17:30 de la tarde y los ensayos solían durar bastante tiempo, por lo que tenían que empezar pronto para que no se les hiciese muy tarde. Ray miró el reloj que llevaba en su muñeca y asintió con la cabeza.

-Si, cierto. Avisa a Frank y Gerard.

-Oye, ¿Y por qué no los avisas tú?-Replicó Mikey. Estaba muy cómodo y no tenía intención de levantarse. Aunque más tarde tuvieran que irse, quería quedarse un rato más en el sofá.

-Porque sino puede que le diga a alguien que estás viéndote a solas con Pete...-Mikey se sonrojó al instante. No quería que nadie se enterase de eso. Les había contado a todos en la casa que tenía una nueva novia llamada Alicia, pero evidentemente no era cierto, solo era una amiga. Él llevaba meses saliendo con Pete y ambos estaban muy bien pero querían llevarlo en secreto. El problema llegó cuando hace unos días Ray quedó con sus amigos en un bar y al entrar a uno de los baños, los encontró haciendo ciertas cosas que el afro desearía no haber visto. Le pidieron que no le contase nada a nadie y cumplió, pero sacar de vez en cuando el tema era divertido (según Ray).

-¡CÁLLATE!-Suspiró y se levantó del sofá.-Está bien, está bien. Ya voy yo pero cierra la boca.

-El que no tenía la boca cerrada el otro día eras tú ehh...

-¡DIOS! ¡SILENCIO!-Y lanzó una almohada en dirección a la cabeza de Ray con todas sus fuerzas.

-¡JA, FALLASTE!-El menor de los Way decidió atacarle con otra y esta vez si que acertó-¡OUCH!

-Ahora regreso.-Subió las escaleras riéndose dejando al afro en el sofá dramatizando por el golpe que había recibido.



Frank comenzó a besar el cuello de Gerard lentamente consiguiendo erizar su piel. Todavía seguían sentados en el suelo uno encima del otro.

-Frankie...-Gimió el pelinegro.

-Te amo, Gee...-Subió a sus labios dejando un ardiente beso mientras le sacaba la camiseta.

-Yo también te amo...-Tras escuchar esas palabras, el menor lo besó mucho más apasionadamente que antes. Gerard comenzó a quitar la camiseta del contrario con manos temblorosas y este lo ayudó, regresando a su boca al instante. El castaño notó la erección de Gerard al intentar tumbarlo y trató de desabrochar su cinturón mientras continuaban sumergidos en un largo beso.

Ambos escucharon el sonido de la puerta abrirse seguido de la voz de Mikey.

-Chicos, espero no molestar pero tenemos que irnos a...-Se quedó paralizado al ver la escena. Gerard apartó de un empujón a Frank, muerto de la vergüenza.

-¿Tú nunca aprendiste a llamar antes de entrar, no?-Dijo el pelinegro. Estaba avergonzado pero a la vez molesto. Sabía que las cosas si que se pondrían complicadas ahora.

-L-lo siento...Solo quería avisar de que ya nos íbamos al ensayo...-Y cerró la puerta bruscamente, rojo de la vergüenza, dejándolos solos de nuevo. Frank estaba gélido, no sabía qué hacer ni qué decir. Gerard apoyó sus propias manos en la cabeza, suspirando con fuerza.

-¿Crees que le dirá algo a Ray?...-Dijo el castaño con un hilo de voz.

-No lo sé, Frank, no lo sé. Yo no quería que se enterase nadie, ¿Sabes?

-Pero...Pensé que...-Su corazón se había hecho pedazos. ¿Por qué si se supone que lo amaba quería esconderlo de esa manera hacia los demás?-¿Tanto te avergüenzas de mi, Gerard?

¿No te diste cuenta? (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora