Capítulo 4

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Esa noche tenían concierto.

Los días anteriores habían sido un poco incómodos en la casa, pues Frank y Gerard no habían hablado desde lo ocurrido.

Ray y Mikey lo notaron pero no quisieron meterse, así que simplemente lo dejaron pasar.

Estaban comiendo los cuatro en el comedor y había un silencio absoluto que inundaba la sala así que Mikey trató de iniciar una conversación.

-¿Cómo creen que irá el concierto?

Frank ni siquiera hizo caso, parecía estar pensando en sus cosas. Ray levantó los hombros sin saber muy bien qué decir. Por suerte Gerard si que habló.

-Seguro que todo sale bien, Mikey. -Se limpió con una servilleta las comisuras de sus labios y se levantó del asiento, llevando su plato a la pila de platos sucios que se habían acumulado en la cocina tras tantos días sin limpiar.

El moreno subió las escaleras y se encerró en su habitación.

-¿No vas a explicarnos qué ha pasado?-Ray estaba cansado de esa situación y trató de interrogar a Frank, quién se quedó con los ojos muy abiertos y las mejillas llenas de comida. La pregunta lo había pillado desprevenido.

Trató de tragar rápido tras sentirse presionado por el afro y enseguida comenzó a hablar.

-Es bastante complicado.

-Pues intenta explicarte bien porque no pienso dejar que te levantes de esta mesa hasta que hables.-Sentenció Ray.

Mikey casi se caga encima del susto tras escuchar a su amigo decir eso, nunca había visto a Ray así. Dirigió la mirada lentamente hacia Frank y se alivió un poco al ver que él también se había quedado de piedra.

-Está bien, está bien. -El menor suspiró tratando de calmarse. -El otro día me comporté mal con Lindsey, dije que no me caía bien y ella se puso a llorar. Gerard no estaba presente cuando eso ocurrió, así que cuando la vió tan triste a mi lado, preguntó enseguida por lo ocurrido. Ella comentó lo que yo había dicho y yo no fui capaz de darle un motivo por el cual dije eso, por lo que Gerard se molestó. Desde entonces no hablamos.

-Pero si Lindsey es muy amable. -Dijo Ray.

-Si, si. -Respondió enseguida Frank.-Lindsey es muy amable, Lindsey es genial, Lindsey es estupenda, todos queremos a Lindsey.

-Pero...

-¿Por qué no nos casamos todos con Lindsey? Seguro que seríamos mucho más felices. Es tan maravillosa, es tan amable.-Continuó el castaño.

-No sé que te pasa, Frank, pero me estás asustando. -Ray se había quedado con los ojos abiertos observando el comportamiento de su amigo. Mikey no tenía palabras.

-¿Qué pasa? ¿No estáis de acuerdo conmigo? -Cada vez alzaba más la voz.-Lindsey es lo mejor que le ha pasado a Gerard. Lindsey, Lindsey, Lindsey. Una belleza por dentro y por fuera. Es tan amable. ¿Cómo alguien no podría quererla?

-¿T-te gusta Lindsey? -Dijo Mikey tímidamente mientras levantaba su mano, como si estuviese pidiendo turno para hablar.

Frank gruñó de desesperación y pegó un puñetazo en la mesa, abandonando la sala y encerrándose en su habitación, dando un portazo tras él.

El castaño buscó sus auriculares y cuando por fin los tuvo en la mano, los conectó a su teléfono móvil.

Se tumbó en su cama y trató de calmarse escuchando algo de música.

Al poco rato, llamaron a su puerta.

-¿Si? -Dijo Frank. ¿En qué momento había comenzado a llorar de nuevo?

¿No te diste cuenta? (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora