𝗧𝗲𝗮𝗿𝘀 © Yeonbin

017

Su entretenida ducha combinada con el calor de sus cuerpos había terminado. Ambos se enrollaron sus toallas por la cintura, cubriéndolos así de la parte inferior de su cuerpo.

—¿Te gustó? —a pesar de haberse visto seguro de si mismo, después se empezó a preguntar si enserio le había dejado un buen gusto al mayor —.¿Lo hice bien?

—Soobin —lo regañó Yeonjun.

El pelirosa ya le había dicho como unas tres veces cuanto le había gustado pero aún así, Soobin seguía dudoso de si su trabajo había sido bueno.

—No tienes idea de cuánto me encantó. —lo tomó por la cintura —. Es más, repítelo cuando quieras.

Yeonjun lo acorraló, haciendo que la parte de atrás de Soobin chocara en el lavabo mientras el pelirosa aún posaba sus manos en su cintura.

—Se que no es la manera más romántica pero, me tienes muy... —miró a los ojos marrones del peliazul sin poder terminar de decir lo que quería.

Soobin se quedó esperando a ver que era lo que el mayor tenía para decir, pero ambos se vieron interrumpidos cuando toques a la puerta de dormitorio se escucharon.

—Dame un segundo —el pelirosa levantó su índice indicando que lo esperé —, y volvemos a lo que estábamos.

Se apartó del peliazul, pero no sin antes darle un corto beso en la comisura de sus labios, a los cuales se había vuelto adicto a sentir. Abrió la puerta del baño y salió de este, mientras se acomodaba la toalla, asegurándose de que esta estuviera bien puesta antes de responder a la puerta.

Cuando la abrió, se encontró con la chica que estaba loca por, Lea, con una gran sonrisa en su cara mientras sostenía su bolso por encima del hombro. Su cara cambió por completo cuando vio a Yeonjun con solo una toalla y algunas gotas aun cayendo por su torso y cabello entre mojado.

—Lea —dijo algo sorprendido de encontrarse a la chica frente a su puerta —¿Qué haces aquí? —no pudo ocultar lo confundió que le hacía la situación.

Recordó como nunca contestó al mensaje que le había enviado y se apenó. Aun que Lea parecía ni siquiera acordarse por estar admirando en ese momento el buen esculpido cuerpo del pelirosa.

Intentaba recuperar las palabras que había desaparecido de su boca al ver lo bien que se veía. Cuando lo logró, se aferró aún más al bolso que tenía en su hombro.

—¿Estas libre? —preguntó la rubia.

Soobin no pudo evitar salir un poco para ver quien había tocado a la puerta, pero quedaba muy a la vista de Lea, quien no pudo evitar llevar su mirada por detrás de Yeonjun, hacia el interior del cuarto donde vio al peliazul parado ahí, también con una toalla amarrada en la cintura.

Yeonjun miró por sobre su hombro para ver que era lo que la rubia veía. Al ver parado a Soobin ahí, entrecerró la puerta, evitando que lo viera a él, o más allá del cuarto.

—Quería ver si podíamos hablar. —volvió su mirada a Yeonjun.

—Este, yo... —alargó sus palabras mientras pensaba que contestar.

Era el momento perfecto para hablar con ella y dejarle saber que en realidad todo fue un mal entendido y que él no podía reciprocar sus sentimientos.

—Si —terminó diciendo —, estoy libre. Solo me cambio, espérame aquí.

Ella asintió contenta ante su respuesta, y Yeonjun cerró la puerta.

Cuando se giró vio a Soobin quien seguía parado ahí, solo escuchando y viendo un poco de la conversación.

—No tardo. —Yeonjun se acercó a su armario para ponerse algo con lo que salir, pero que fuera bastante básico.