𝗧𝗲𝗮𝗿𝘀 © Yeonbin

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En la primera clase, Yeonjun se la pasó pensando a donde iría a comer con Soobin. La segunda clase se preguntó ¿Por qué será que Soobin llora tanto en las noches?

La tercera clase se preguntó ¿Cuál será su sabor favorito de helado? Y así es como el resto de sus clases pasaron. Su mente estaba desconcentrada con una palabra clave : Soobin.

Hasta que en cierta hora de su ultima clase, una pregunta rondo por su cabeza. ¿Qué se sentirá besar a Soobin?

—Hey —una chica bajita y rubia se acercó al escritorio donde estaba sentado Yeonjun, interrumpiendo sus pensamientos.

No parecía coreana, ya que no tenía dichos rasgos. Pero no es nada nuevo para Yeonjun, ni para los demás estudiantes, pues la universidad era muy variada y con diversidad en sus estudiantes.

—Hola —el pelirosa le sonrío un tanto coqueto.

A pesar de que no quería hacerlo, era muy Yeonjun ser un tanto coqueto sin querer serlo.

—Soy Lea —le extendió la mano, la cual aceptó como saludo —. Se que no nos conocemos, pero te he visto las veces que nos cruzamos debido a esta clase. ¿Eres...Yeonjun, cierto?

El pelirosa asintió y la miró algo dudoso. —Si, soy yo. ¿Necesitas algo?

Ella soltó una risa nerviosa, y empezó a jugar con su cabello rubio y largo.

—Me preguntaba si no te gustaría salir. Podríamos ir a un bar después de las clases.

Lo más probable es que Yeonjun le hubiera dicho que si, pero ya tenía planes y no tenía intenciones de cancelarlos.

—Ya tengo planes para hoy. —dijo con un poco de pena, por la chica claro.

—Oh... —sonó decepcionada—. Entonces ¿quizás luego?

El solo asintió, sin muchas ganas de realmente salir con ella. No porque no fuera bonita o agradable, pero últimamente tenía poco interés en salir románticamente con alguien.

Lea volvió a su asiento, el cuál quedaba más al frente de la clase. Dejando así, que la mente de Yeonjun volviera a la cantidad de preguntas existenciales que tenía.

¿Sería...lindo besar a Soobin? ¿Sus labios serán suaves?

El profesor llegó al salón, cerrando la puerta detrás de él.

Después de haberse corrido en el baño de su dormitorio, con imágenes en su cabeza del ojiazul y pensando que su mano era la del chico contrario, Yeonjun empezó a dudar de muchas cosas.

Se intento convencer de que el pensar en él en ese preciso momento solo fue un pequeño error, pero nada significativo.

Pero profúndame, él sabía que no era así.

Me gustan las chicas. Me gustan las chicas... y ¿los chicos?

Pasó su última clase cuestionándolo todo.