En el bosque [FushiIta]

6. La mentira se descubre

Verano de 1995
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Vió a lo lejos esos bonitos ojos llenos de lágrimas, realmente quiso acercarse sin importar que estaba acompañado pero en cuanto conectó con esos preciosos ojos supo que pasó algo malo, pudo ver decepción y tristeza plasmados en sus ojos, no estaba ese característico brilló en ellos. Yuuji al verlo volvió a esconder su rostro en el cuello de su hermano y vió como se aferraba a él, sintió celos, quería ir y golpear al hermano y ser él a quien Yuuji abrazara como si fuera lo único en su vida; si era estúpido estar celoso del hermano de Itadori pero algo en ese tipo no le agradaba, sobre todo el tono con él que hablaba y su ceño fruncido.

Había salido del bosque como nunca lo hizo en años para buscarlo, ya habían pasado 2 días que Itadori no iba a visitarlo y se había preocupado un poco por él, le pidió a su amiga Eileen la dirección de la casa dónde lo había visto, pero no encontró nada, estuvo dando vueltas por el pueblo pero el último lugar donde se imagino verlo salir fue la biblioteca.

Eso solo era una mala señal.

Aún sentía ganas de ir tras él y quitárselo a su hermano, el quería llevarlo hasta su casa, limpiar sus lágrimas y abrazarlo hasta el día siguiente. Pero algo en esos ojos le decían que no paso algo bueno ahí dentro. Corrió hasta la biblioteca, con suerte aún encontraría a la señorita Tsumiki dentro, le pediría una explicación por todo eso.

Vió una de las luces aún prendida y aceleró aún más, sabía que Tsumiki podía verlos y de vez en cuando interactuaba con ellos, tal vez por eso la gente del pueblo la llamaba loca; pensó en qué tal vez ese sería él destino de Itadori en unos años.

Cuando entró al lugar vió a la mujer recogiendo algunos libros del suelo, pensó que tal vez el hermano de Itadori causo aquel desastre; viniendo de un tipo cómo él, realmente se lo esperaba. Se acercó a ayudar a la mujer quien parecía triste.

- Oh, Megumi, ¿Qué haces por aquí? - El tono de su voz era bajo a comparacion de otras veces, podía notarlo, estaba nerviosa.

- Buscaba a Itadori, pasaba por aquí y lo vi salir de aquí con su hermano ¿Paso algo? - Estaba un poco preocupado por el menor.

En esos días sin verlo realmente lo extraño, sus pensamientos siempre estaban vagando en los ojos del menor; era una sensación extraña, sobre todo teniendo en cuenta que estaba muerto.

- Tuvo un desmayo, su hermano vino por él - La mujer estaba evidentemente cansada, sobó sus cienes cómo tratando de disipar el dolor de cabeza - ¿Desde cuándo, Megumi?

- ¿Perdón?

- Es evidente que puedes verlo y haz convivido con él ¿Desde cuándo? - Sonaba más a un regaño que una pregunta.

- Cómo tres semanas, él y yo somos... amigos - No sabía si decirle sobré lo que había estado sintiendo en esos días y lo que había pasado entre ellos, esos besos y caricias entre ellos serían solo secreto entre ellos.

- ¿Él no sabe que tú estás muerto?

- No, no pienso decírselo aún - Si Itadori se enteraba de eso, tal vez el menor lo odiaría toda la vida.

Escucho a la mujer soltar un sonoro suspiro y lo miro con sus ojos cansados - Necesitas hablar con él, Megumi por favor no le mientas a ese muchacho.

- No es necesario que se enteré, el me odiaría.

- Pues creo que ya lo hace - Megumi dió un respingo en su lugar.

- ¿Le hablo sobre mí? - La mujer negó, le mostró uno de los libros dónde estaba el registro de varios periódicos estaba abierto y lo primero que vió fue su foto y la de Toji. Se llevó una mano a la boca y miró a la mujer.