En el bosque [FushiIta]

12. Un chico un poco raro

Verano de 1995
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Ese día a diferencia de otros hacia un calor insoportable y se arrepintió de salir con su madre al pequeño mercado que había en el pueblo, porque su progenitora era una persona que se tardaba una eternidad para escoger algo. Nada oportuno cuando él estaba muriendo de calor.

Sentía su camiseta pegarse a su torso por el sudor, odiaba esa sensación pero tenía que esperar a que su madre terminara de comprar no se sabe que cosa. Busco un lugar dónde descansar y abrió una de las botellas de agua que su madre compró, llevo todas las cosas con él y se recargo en la pared de una establecimiento que no conocía muy bien.

- Que bonita coincidencia - Se sobresalto al escuchar una voz que no logro reconocer, volteo a la puerta del establecimiento y vio al tal Yuta Okkotsu asomar su cabeza, ese gesto lo hacía ver cómo un niño, su cabello estaba un poco desordenado y sus ojeras eran más evidentes.

- Oh Hola - Él no podía decir que era una bonita coincidencia pero debía ser educado. Si bien aquel chico le parecía totalmente distinto a Aoi tampoco quería fiarse de eso porque las apariencias muchas veces engañan.

- ¿Tú eres Yuuji, no es así? - Él solo asintió, el chico le sonrió y se acercó un poco a él - Tu no das tanto miedo como tú hermano, él es un poco intimidante.

Se sorprendió por las palabras del pelinegro, no es porque jamás haya escuchado que su hermano daba miedo, si no que le sorprendía la confianza con la que hablaba ese chico, algo que no mostró aquel día.

- Lo siento no soy una persona que hablé mucho - Diablos ahora sonaba igual que Fushiguro, tal vez pasar tiempo con él estaba afectando a su personalidad.

- Puedo notarlo, por aquí no hay nadie con quien hablar, la gente por aquí parece ser bastante desagradable - El ojiazul río bajito para luego decir - No me refiero a ti, tu pareces distinto.

Yuta Okkotsu realmente parecía alguien muy raro, Yuuji río por los comentarios del pelinegro ya que en parte era cierto, él siempre pensó lo mismo. Hablaron un tiempo de trivialidades y cosas sin sentido, ahora sabía qué ambos eran amantes de la fotografía y por eso aquel día Yuta se acercó para hablar con él.

Kaori se acercó a ambos adolescentes y sonrió al verlos, parecía entusiasmada al ver qué su hijo menor parecía tener un nuevo amigo. Yuta de manera muy amable se ofreció a ayudar a los Itadori con sus compras y los acompaño hasta su auto.

- Yuuji deberías invitar un día a tú amigo a cenar - Le habló su madre muy cerca del oído.

Yuta estaba colocando las compras en la cajuela del auto mientras Yuuji sólo rogaba por qué la tierra se lo comiera y lo expulsará lejos de ahí.

- Mamá apenas lo conozco - Respondió en un susurro evitando ser visto por el pelinegro.

- Él parece ser un buen chico, es guapo, caballeroso y...

- Mamá para por favor - Se estaba avergonzado al escuchar a su madre dando tantos elogios a alguien con quién apenas había cruzado dos palabras.

- Yuta-kun te gustaría ser amigo de mi hijo que es un antipático y parece vivir en su mundo - Enserio su madre era todo un caso y lo estaba dejando en ridículo.

- Kaori basta por amor de jesucristo - Exclamó escondiendo su rostro avergonzado entré sus manos. Okkotsu río por las palabras de ambos y sólo asintió también avergonzado.

- Sería bastante divertido señora Itadori - Yuta era un chico muy amable para ser cierto. Kaori se despidió y entró al auto mientras Yuuji hacía un montón de reverencias para pedir disculpas.

- Mi mamá suele ser algo imprudente, lo siento - Ahora solo quería irse de ahí no pasar más vergüenza.

- No te preocupes Yuuji-kun tu igual me agradas - El pelinegro volvió a sonreír y se despidió con un ademán - Espero que nos volvamos a ver es bueno saber que al menos hay alguien tan lindo cómo tú en éste lugar.

Mierda ¿Acaso había escuchado bien? ni siquiera pudo reaccionar ante las palabras del contrario cuando esté se alejo del lugar, los colores se le subieron al rostro y su corazón saltó dentro de su pecho por la sorpresa; nadie le había dicho que era lindo excepto Megumi.

Entro al auto aún en shock por lo ocurrido y vió a su madre con una sonrisa divertida.

- Creo que le gustas.

- Mamá no empieces - Y ahí terminó la conversación.
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Sukuna estaba furioso.

Y no era para menos, por todo el pueblo corría el rumor de que una pareja de homosexuales de nuevo rondaba por él ahí y la gente sólo hacía comentarios bastante homofóbicos al respecto. Se supone que estaban en un país de gente de menté abierta, entonces porque ser una mierda con esa pareja.

Al parecer nadie los había visto más que un hombre de avanzada edad que no dejaba de gritar que esos hombres se irían al infierno y serían castigados de la menor manera.

Pero al ver toda esa mierda supo porque el vejestorio de Megumi Fushiguro quería lejos a Aoi Todou de su hermano.

Él muy hijo de puta le daba la razón a todas esas escorias.

Escuchaba desde su mesa en aquel bar cómo todos discutían sobre el tema, cómo si la vida privada de esas personas fuera de su incumbencia y como decían que todo eso no era más que una enfermedad. También estaba él mocoso que había estado con él, Yuta Okkotsu solo se mantenía mirando a la nada mientras daba unos cuantos sorbos a un tarro, no parecía interesarle mucho el tema pero si estaba en esa mesa era por alguna razón que desconocía.

Quería golpearlos a todos por ser una mierda; pero sabía que al final quién terminaría perdiendo sería él, así que sólo pago su cerveza y se marchó tragándose todo su enojo.

Yuuji no merecía sufrir ese odió injustificado por una estúpida creencia. Él era su adorado hermano y sabía perfectamente su orientación y jamás lo juzgaría.

Sólo necesitaba cuidarlo de esos imbéciles.

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✧ Capítulos medio aburridos bc a eso lo queda mucho.