15. Peligro Inminente

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Verano de 1995
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Esos últimos días habían sido de paz y tranquilidad para los Itadori, Sukuna pensaba que su hermano había desistido de ver al vejestorio de Megumi Fushiguro; pero Yuuji seguía visitándolo a escondidas del de ojos carmesí y de las miradas curiosas de su padres, Mientras Yuuji disfrutaba de esos últimos días del verano, había dejado de frecuentar a Yuta Okkotsu aunque cuando llegaba a verlo por el pueblo iba acompañado del desagradable Aoi Todou, aveces sentía sus miradas sobre él pero decidió ignorarlos porque pensaba que solo era cosas que su mente imaginaba.

Mientras que Megumi se volvía cada día un poco más dependiente de la compañía Itadori, pasaba sus noches abrazándolo y recordándole qué siempre iba estar enamorado de él.

Yuuji siempre pensaba que si existiera esas cosas como el volver a nacer o encontrarse en otra vida quería tener eso con Megumi Fushiguro, quería vivir ese mismo amor, en otras circunstancias y otro lugar, quería qué el azabache viviera y pudiera sentir todo lo que él siente.

Ahora tenía que empacar sus cosas de nuevo y abandonar ese lugar que para bien o para mal había cambiado su vida. No iba admitirlo en voz alta pero iba extrañar ese pueblo, y no por que fuese el mejor lugar en mundo para vivir, si no porque se quedaría ahí el recuerdo de un primer amor que era un poco trágico, bastante doloroso y ligeramente desastroso.

No sé imaginaba contando las anécdotas de su primer amor con tanta alegría cómo lo hacían otras personas porque, en el fondo de su corazón sabía que eso jamás debió de suceder, tal vez haberse enamorado de Megumi al final del día lo condenaba a algo malo; pero quería aferrarse a ese sentimiento de paz y protección que le brindaban esos delgados y fríos brazos, a ese sonrojo en sus mejillas cada que Megumi le decía cuanto lo amaba, al latir de su corazón desenfrenado cuando sus labios se unían y encajaban a la perfección como dos piezas de un rompecabezas.

Porque si, el creía que Megumi Fushiguro era su otra mitad perdida, esa que todos buscaban y muy poca gente encuentra. Pero cómo explicarle a la gente y al corazón que esa otra mitad que tanto amaba ya no pertenecía a este plano terrenal.

Yuuji estaba tan absorto en sus pensamientos, mirando hacia la nada que no se percató cuando su madre entró a su cuarto, la mujer lo miraba desde el marco de la puerta con una sonrisa en su rostro, ella siempre pensó que el menor de sus hijos era algo especial; siempre en su mundo pero brillando con esa aura especial que él tiene, a sus ojos siempre fue tan transparente y claro que era fácil saber que pasaba por esa mente tan hiperactiva y soñadora.

- ¿Te pasa algo cariño? - Yuuji se sobresalto al escuchar la voz de su progenitora, la miro por unos segundos pero solo nego - Pareces algo preocupado.

No tenía el valor suficiente para hablar de todo lo había pasado en esos días con su madre, adoraba a su madre pero no podía contar con ella en este caso, sabía que se escandalizaria y reaccionaria igual o peor que Sukuna aquel día, así que prefirió callarse y mantener ese secreto.

- Sólo estoy cansado, sabés que no quiero irme aún - Menciono con tristeza, abrazo sus piernas y volvió su mirada a la ventana.

Kaori aún no comprendía del todo el porque de la pelea de sus hijos y tampoco comprendía el repentino cambio de decisiones de ellos pero trataba de darles su espacio, ellos eran jóvenes experimentado nuevas cosas.

- ¿Es por ese chico? ¿Él tal Yuta?

- Mamá ya te dije que él no me gusta y tampoco me interesa - Mencionó un poco enojado.

- Bien cariño, sabes que me puedes hablar de lo que sea - La mujer se retiró dejando un beso en los cabellos de su hijo y lo dejo solo esperando que se acerca de nuevo a ella cómo cuando era un niño que lloraba por las travesuras de su hermano mayor.

Yuuji no podía ocultar siempre su tristeza, él era cómo un rayo de sol, siempre alegre y ocurrente, así iluminaba la vida de la gente a su alrededor.

Sólo le quedaba esperar que todo ese remolino de emociones parara.
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Caída la noche era su momento de escabullirse de casa y correr a los brazos de Fushiguro, pero ahora tenía a Yuta Okkotsu frente a él. Estaba hablando con su padre de cosas que él no entendía mientras lo miraba con cierta intriga.

Sabía que algo malo podía pasar con Yuta cerca de sus padres.

- Señor Itadori me encantaría seguir charlando con usted pero hoy vine por Yuuji - Yuta lo miro con una sonrisa en el rostro pero el estaba algo confundido.

- Oh claro a mi hijo le hace falta salir un poco más - Yuuji sólo rodeó los ojos y asintió, no quería pensar mal del ojiazul pero tenía un pequeño motivo, tenía que dejar las cosas aún más claras.

Ambos salieron caminando a paso lento, Yuuji trataba de mantenerse un poco alejado, mientras Yuta jugaba con una piedra que había encontrado en él camino.

- Escuché que te vas del pueblo. ¿Es eso cierto? - Yuuji sólo asintió y miro al suelo - Pobre de ti pareces feliz aquí ¿Existe alguna razón?

Y ahí estaba de nuevo esa sensación de riesgo tan burbujeante dentro de su pecho.

- Sólo me gusta estar aquí, es tranquilo y hay cosas buenas por aquí, el aire es fresco y no hay ruidos de la ciudad - Claro que era cierto todo eso le gustaba estar ahí es un chico de naturaleza y cosas más sencillas.

- En eso te doy la razón este lugar es lindo ¿Haz ido al bar? Es agradable ese lugar - Yuuji negó y se escuchó la risa del ojiazul, sintió su piel erizarse - Pero sabes creo que estás mintiendo, se que hay algo que te está obligando a quedarte aquí ¿Acaso no confías en mí Yuuji?

Estaba a punto de responder cuando sintió los ojos del azabache sobre él, había una nube gris en ellos, estaba demasiado cerca de él podía notar como su mirada era oscura y algo tétrica. Intento alejarse pero Yuta lo tomo del brazo evitando que el se alejara, quiso  acercarse de nuevo a él justo cómo aquel día.

Ahora sabía que Yuta Okkotsu solo era un lobo disfrazado de cordero.

Sintió un mano tomar su otro brazo y alejarlo del pelinegro, chocó con él pecho de esa persona y sintió todo su cuerpo temblar por el acto.

- Aléjate de mi hermano si no quieres que te rompa la cara - Sukuna estaba ahí arrastrándolo detrás de él para alejarlo lo más posible de Okkotsu.

- Ah él hermano mayor debe salvar al hermanito raro y gay.

- Cállate maldito hijo de...

- Oh, no no, si yo hablo tu hermanito ya no podrá regresar contigo a Quebec - El tono de voz de Yuta ahora daba un poco de miedo.

- ¿Qué estás tratando de decir maldito imbecil? - Espeto su hermano con furia.

- Creo que tú hermano debe conocer la razón, ¿No es así Yuuji?~

- Solo te advierto que si te acercas te mataré dalo por hecho maldita escoria.

- Creo que será mejor que me vaya, mi tío está esperando a unos metros de aquí.

Y dicho eso el pelinegro se alejo dejando a Yuuji con una sensación de peligro acechandolo por detrás.










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✧ Siento que esté capítulo me quedo medio meh a cómo lo había planeado en mi mente ):

Pero bueno, tal vez esto solo le quedan unos 3 capítulos más y se termina. Dicho eso ¿Qué les parece todo hasta ahora?

Gracias por leer, votar y comentar ♡♡

En el bosque [FushiIta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora