En el bosque [FushiIta]

17. La historia podrá repetirse

Verano de 1995
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Lo había arruinado todo.

Sukuna lo había amenazado con no salir y él no había hecho caso, ahora ahí estaban las consecuencias; aunque si era completamente sincero no tenía miedo de Yuta, temía por Megumi, no quería irse aún sin hacer algo contra él y Aoi. ¿Pero como hacer todo eso?

Parecía que Yuta solo buscaba la atención o aprobación de alguien, porque primero lo besaba y ahora quería molestarlo aún más, no podía entender las actitudes del azabache, pero si podía hacer algo para detenerlo. Jamás fue partidario de utilizar la violencia pero en estos casos parecía ser su única opción; no quería arriesgar a qué descubrieran a Megumi, no podía hacerle eso a alguien cómo Fushiguro.

- No hagas nada raro y vete - Hablo Megumi en un tono bajo pero él no haría caso. Miro con odió al otro azabache quien no dejaba de intimidarlo.

- Y bien, ¿Acaso no vas a responder?

- No tengo porque hacerlo - Soltó su mochila con las cosas que llevaba, si intentaba correr el peso de la mochila le causaría problemas.

- ¿Pareces nervioso? ¿Será que alguien te molesto?...

- Si, tú me molestas

- Parece cómo si hubieses visto un fantasma - Yuuji se sorprendió al escuchar eso, no podía ser cierto que Yuta también pudiera verlos, él ojiazul seguro le estaba tomando el pelo. Pero Megumi no pensó en lo mismo porque en cuanto escucho eso se acercó aún más al contrario con una cara de pocos amigos y Yuuji ya temía lo peor. Debería de actuar pronto - Pero claro esas mierdas no existen solo son inventos de la gente tonta como Tsumiki.

Por un momento Yuuji perdió de vista a Megumi y mientras Okkotsu se acercaba a él de nuevo vió una sombra moverse entre los árboles. Que debería hacer, comenzaba a sentir miedo de todo eso, no veía a Megumi por ningún lado, Sukuna no estaba y el malnacido de Yuta no parecía querer alejarse, sus ojos comenzaron a picar, se odió por un momento.

¿Cómo pretendía ayudar a Megumi si era así de cobarde?

De un momento a otro Yuta cayó al suelo debido a un golpe por una roca que salió de la nada, Yuta se quejo en su lugar y pero después comenzó a reír.

- ¿Lo sabes, cierto?

- ¿De qué hablas? - Yuuji seguía estático en su lugar templando debido al miedo.

- De lo que ha hecho Aoi, tú lo sabes - Yuta se levantó y miró en dirección a donde lanzaron esas rocas. Yuuji negó pero Yuta volvió a reír - Se qué lo sabes porque esa Tsumiki te lo ha contado, esa vieja lo sabe, por alguna extraña razón lo sabe, se ha enterado de cada cosa que hace Aoi.

- Yo no...

- Pero sabes le ha hecho un favor al mundo acabando con esas escorias.

- Pero tu eres igual, cómo puedes decir eso.

- No te importa - Grito el ojiazul con desesperación, se escucharon algunas hojas y ramas crujir detrás de Yuta pero no lograba ver nada ya que la lluvia se estaba intensificando.

Yuta se abalanzó sobre él sin siquiera notarlo y comenzó a golpearlo, puso sus brazos protegiendo su cara y pecho, intento patarlo en el estómago pero Yuta fue más rápido y con sus piernas atrapó las suyas evitando que estás se movieran. Lo tenía acorralado completamente expuesto y sin oportunidad de defenderse.

Yuuji buscaba con que defenderse y poder atacar al pelinegro que parecía no querer parar con sus golpes y arañazos, pero más tardo en pensarlo cuando de la nada, Megumi apareció y con una enorme rama le depositó un golpe a Yuta en la espalda, este golpe lo hizo caer sobre de él no inconsciente pero si confundido.