VIII. Marmore

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Jungkook salió de la biblioteca secreta y se acercó al buró del despacho. Puso el libro sobre la madera con mucho cuidado y miró a Taehyung que en ese momento llegaba a donde estaba él.

—Ábrelo tu Tae.
Jungkook estaba muy nervioso y Taehyung pudo notarlo. Se sentó frente al libro y comenzó a ojearlo. El pianista se paró encima de sus hombros e intento leer. El libro estaba bastante maltratado y lleno de anotaciones y tachones. También le faltaban muchas páginas, se notaban los restos rasgados de hojas ahora inexistentes.
—Tae, tengo miedo, creo que la página que buscamos quizás no esté aquí.
—¡Shhh! Kook, por favor no digas eso—Taehyung siguió ojeando frenéticamente. 
Cuando ya casi estaba cerca el final del libro la palabra "Marmore" los hizo detenerse y regresar varias páginas.
—Jungkook creo que ahí dice Mármol en latín—pasó sus dedos por las palabras de la página.
—¡Si! Yo también lo creo. Y ¡mira! Esto es un boceto de la estatua...no puedo creerlo—Jungkook señalaba tembloroso un pequeño dibujo garabateado que estaba en una esquina de la página. Justo al lado del boceto estaba un dibujo más grande con todo lujo de detalles, era una hermosa daga de plata con piedras preciosas en la empuñadura.

Toda la página estaba trazada, llena de anotaciones frenéticas que mezclaban el hangul* clásico con latín y debajo de estas se podían observar también las letras medio gastadas del libro original que estaban escritas en latín.

—¡Genial! Yo no entiendo nada de latín Taehyung ... y ahora ¿qué hacemos? —Jungkook comenzó a dar paseos erráticos por el despacho, cayendo pronto en uno de sus estados de desesperación que cada vez se hacían más frecuentes.  El psicólogo se levantó y le habló con voz firme.
—Jeon Jungkook, no puedes entrar en pánico y perder el control cada vez que algo se hace difícil, esa no es una correcta actitud, recuerda que nada que sea fácil es bueno. Ahora relájate que necesito tu mente fría. Yo tengo un amigo de mis tiempos de la Universidad que es experto en lenguas muertas y puede ayudarnos con esto sin duda.
 Al escuchar esto Jungkook miró a Tae y asintió con la cabeza y bajando el cabeza apenado se disculpó.
—Disculpa Tae, perdona, creo que es como la décima vez que me altero y tú me tranquilizas, no puedo pedir un psicólogo, ni un amigo mejor, gracias.
—No tienes que agradecer nada Jungkookie, solo trata de ser más positivo y no frustrarte tanto por favor— Tae se le acercó y le sonrió a Jungkook mientras ponía una mano en su hombro— Ahora vamos a dejarnos de sentimentalismos y vamos a llamar a Seokjin.
—¿Y quién es ese?
—¿Que voy a hacer contigo Jungkook? ¿Cómo que quién es ese? ¡Es mi amigo que te acabo de comentar por Dios!
—Ah sí disculpa, vamos.
 Diez minutos después Tae colgaba el teléfono y se giraba, a sus espaldas un nervioso Jungkook lo esperaba mordiéndose las uñas.
—¿Qué? ¿Qué te dijo? ¿Puede venir ya?
—Jungkook tranquilo… ¿has visto la hora? No puede venir ya es tarde. Mañana a primera hora yo mismo lo iré a buscar.
—Ok, perfecto entonces, Taehyung, ¿qué le vamos a decir a tu amigo? No me parece que sea buena idea contarle que tenemos una persona de carne y hueso encerrado en una estatua de mármol, ¿o sí?
—No Jungkook no es buena idea—Taehyung se pasó la mano por la cara—mira estoy muy cansado, mañana regresó con Jin temprano a ver si podemos de una vez por todas arreglar este misterio.
—Vale Tae muchas gracias en serio, yo también intentaré descansar.
Jungkook acompaño a Tae hasta el salón principal y lo observó marcharse. Se dio media vuelta y caminó hasta el salón de la estatua. Hizo su acostumbrado ritual de observarlo desde cada ángulo posible y cuándo llegó frente a él se le acercó y susurró cerca de su oído: 
—Mañana a esta hora tal vez ya pueda tomarte de la mano.
Se alejó de la estatua sin darle la espalda y mientras salía pudo jurar que el viento que se colaba por las ventanas le susurró "gracias".

Al otro día un impaciente Jungkook desayunaba cuando escuchó las ruedas de un carro sobre la gravilla de la entrada. Salió corriendo justo a tiempo para ver a un chico alto y delgado de hombros anchos y cabello castaño saliendo del vehículo y caminando junto a Taehyung por la entrada al edificio principal de la mansión. El chico usaba lentes y observaba todo a su alrededor con un semblante que se dividía entre lo serio y lo asombrado.
Al llegar a donde estaban Tae quien hizo las presentaciones.

—Jungkook este es Kim SeokJin mi amigo de la universidad y todo un experto en lenguas, y Jin este es Jeon Jung…
—Si, se quién es eres Jeon Jungkook el virtuoso pianista. ¡Wow! No me lo creo, soy un gran fan de tu carrera, es muy triste que te hayas retirado sin explicaciones siendo tan jov...—Jin se vio interrumpido en su entusiasmado discurso por un ademán de disgusto por parte de Jungkook.
—Por favor no me gusta hablar de eso, es un placer conocerlo y saber que es usted admirador mío, pero si no le es molestia me gustaría que fuéramos directo al grano, o al libro, más bien— y diciendo esto Kook se dio media vuelta mientras un apenado Jin y un divertido Tae lo seguían.
Al ingresar al despacho Jungkook le mostró el libro, específicamente la página donde estaban el boceto de la estatua y la daga.
Jin se sentó y observó el libro con el ceño fruncido durante un tiempo que le pareció una eternidad a la impaciencia de Jungkook.
—¿Y bien? ¿Qué dice?—el pianista se le acercó a Jin y observó el libro.
—¿Entendiste algo Jin?—dijo amablemente Tae.
Jin subió la mirada y asintió tímidamente.
—S-si, pero es todo muy extraño.
—A ver cuéntanos para ver si lo es en verdad—exigió Jungkook 
—Bueno, básicamente lo que entendí es que es una especie de ritual para convertir a personas en.… estatuas. Es todo muy oscuro y precisa de sangre de una determinada estirpe y de esta daga—Jin señaló el dibujo de la daga con un dedo tembloroso—la verdad me parece todo muy turbio, perdonen. Tae me había contado que era simple curiosidad tuya por antiguos documentos de tu bisabuelo, pues, si está es su letra me parece una persona bastante extraña.
Jungkook y Tae compartieron una mirada cargada de complicidad.
—A ver Jin olvida eso, puedes traducirnos un poco más y explicarnos mejor el ritual—Tae hablaba con suavidad empleando todas sus herramientas de psicólogo para tratar de que ante su invitado el asunto no sonara espeluznante.
—Bueno, primero debe conseguirse esta daga, derramar sangre de la persona que desea convertir a la otra en estatua en esta página de al lado, mientras se recitan estas palabras después media noche durante la Luna nueva, y para revertir este proceso es necesario hacer justo lo mismo, pero en este caso debe ser una persona pura y bondadosa que solo deseé el bien para el condenado y estar emparentado con el que lo condenó.

Al llegar a este punto de la traducción Jungkook parecía a punto de llorar de la emoción, golpeó la mesa y palmeó la espalda de Jin agradeciéndole. Este menciono un par de detalles más para concluir su traducción.

—¡Wow! de veras muchas gracias Jin era justo lo que necesitábamos oír—Tae sonreía viendo a sus amigos sin habla uno por la alegría y otro por la confusión.
—Bue-bueno de nada, supongo, espero haber sido de ayuda, ahora me voy porque la verdad me siento un poco raro—Jin se levantó y caminó con prisa hacia la salida.
—Espera Jin te llevo, bueno Jungkook nos vemos en un rato—Tae le guiño el ojo a un estupefacto Jungkook y corrió detrás de Jin.
Ahora solo faltaba una cosa, encontrar la maldita daga, en eso pensaba Jungkook mientras observaba a los dos hombres marcharse, pero él ya sabía por dónde empezar a buscar.

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*hangul:  alfabeto coreano.

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