Sus ojos ardían, estaban tan cansados que ni siquiera podía abrirlos. Una brisa fresca se sentía sobre su pecho dándole entender que estaba desnudo al menos de la parte de arriba.
Cuando sus ojos fueron abiertos, la habitación de cuarto era diferente a la propia y fue cuando captó que si estaba completamente desnudo. Veía al rededor suyo tratando de reconocer la habitación. Era la de Jae.
Se tiro completo en la cama y puso su brazo sobre su rostro, soltando un largo suspiro y luego un quejido al sentir un dolor en la espalda.
Unos segundos después, la puerta fue abierta llamando su atención.—Oh, ya despertaste. — Asintió y se sentó poniendo las sábanas sobre sus piernas las cuales pudo notar tenía pequeñas marcas en ellas.
—Siento que un camión pasó sobre mí. — Jae soltó una risa y se sentó cerca de él dejando en la mesita una pastilla y un vaso de agua.
—Sólo fui yo. Won, sobre lo de ayer...
—¿Sólo fuiste tú? Estaba borracho. ¿Y mi anillo? — Su vista estaba buscando como loco en la habitación. —¿Qué de ayer? — Bajo de la cama y buscó entre sus pantalones encontrándolo en una de las bolsas. Un ligero quejido salió de su boca cuando un dolor gigante volvió a aparecer en su espalda, espalda baja y trasero.
—¿Qué tiene de importante ese anillo? La otra vez te volviste loco cuando lo agarré.
—Es mío. ¿Qué de ayer?
—Creo que no está bien terminar. Voy a perdonarte. — El menor estaba colocando sus bóxers y pantalón cuando se detuvo al escuchar.
—¿Terminamos ayer? ¿Perdonarme?
—¿No lo recuerdas? Hyungwon te besaste con aquel chico y quien sabe qué otras cosas habrás hecho. Y quizás si, actúe como un Neanderthal, lamento haberte lastimado, pero me provocaste y sobretodo...
—Yo no hice nada con nadie, ¿qué te pasa? ¿Me golpeaste?
—¡No! ¿No recuerdas nada? ¿Pues que tanto te metiste? — Hyungwon lo miró incrédulo y soltó una carcajada mientras seguía vistiéndose.
—¿Qué me metí? Nada, pero al parecer aprovechaste que estaba hasta el copete para meterla tú, ¿no? ¡Eres un imbécil! — Jae se acercó bruscamente a sostener su brazo y soltando su mano estampándola contra su rostro mientras lo seguía estrujando del brazo.
—¡Tú te me echaste encima! ¿Qué culpa tengo yo que te prendan cosas raras? Además, ¡eres mi novio, no te tienes que preocupar!
—¿¡Cómo me iba a echar encima si estaba inconsciente, imbécil!? No tienes porque tocarme así fuera tu estúpido marido.
Y entonces recordó. Luego de ver a Han con Wonho, había ido a rellenar su vaso, luego otra vez, luego otra y otra. Dejo de hacerlo cuando Jae lo había sacado de la casa casi a rastras. Lo había subido a su auto mientras le gritaba un sin fin de groserías sobre Wonho y cosas más. Cuando llegaron a casa de su novio, este lo había jalado tan fuerte que había perdido el equilibrio y caído sobre el suelo. Y fue cuando empezó a recordar a Jae gritándole "fácil" y otras cosas hirientes.
Hyungwon estaba en shock. Lo empujó liberándose del agarre, termino de vestirse, se acercó y empujó a Jae un par de veces más gritándole lo estúpido y degenerado que era. Tomó sus cosas y salió de ahí, esperaba que Jae entendiera que sería la última vez que le vería.🐰🐢
Había llegado a casa a eso de las 5 de la mañana. Se había despedido de Han luego de burlarse sobre qué debía dormir temprano y había echo todo menos eso.
Había estado durmiendo toda la mañana hasta que unos pequeños golpes en la puerta lo sacaron de la cama.
Ni siquiera se había cambiado, seguía con la misma ropa del día anterior pero no importaba mucho en realidad.
Al abrir la puerta, Changkyun paso por esta sonriéndole y saludándole, pero evidentemente estaba igual de jodido o un poco peor que él.—Pensé que aquí estabas.
—Me quedé con Kihyun. Perdí mis llaves. — El menor fue a tirarse sobre uno de los sillones y soltó un suspiro. — ¿tú dónde estabas? Tienes la misma ropa.
—No tenía fuerzas para cambiarme, pero ya las tengo así que me iré a bañar.
—No seas mentiroso, toda la casa huele a sexo desde que abres la puerta. — Wonho soltó una carcajada para acercarse al sillón y darle un golpe en la cabeza causando un grito ahogado al otro para luego reír.
—Es tu propio hedor, porque en esta casa no ocurrió nada.
—Tu mismo lo dijiste imbécil, en esta. ¿Dónde estabas? — Wonho volvió a reír y comenzó a caminar hacia su habitación.
—Duerme y luego te bañas que hueles horrible.
—Púdrete Lee.