EPILOGO

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DOS AÑOS DESPUÉS

Hyungwon estaba sentado en la sala de espera, con su espalda recargada en el asiento y su mirada perdida.
Por su mente pasaban tantas cosas que no sabía cómo procesar.
Sus brazos estaban cruzados y sus piernas estaban estiradas, posición que cambió a una recta cuando por la puerta, pasaron Jooheon y Shownu un poco alterados.

Shownu tomó asiento enseguida de su amigo, puso sus manos sobre sus hombros y lo estrujó un poco para luego abrazarlo. Hyungwon seguía perdido en sus pensamientos pero luego miró hacia su amigo de pie. Jooheon le ofreció una sonrisa amplia y puso su mano en su hombro. El mayor terminó el abrazo y suspiro hondo.

—¿Dónde está Wonho? ¿Cómo está él? ¿Todo bien?

—Detente Shownu, literalmente Hyungwon está en shock, déjalo que procese...

—N-no, yo... é-el está dentro.

—Pensé que tú pasarías. — Jooheon mencionó y Hyungwon negó un poco dudoso.

—¿Hyungwon estás bien? ¿Es sobre...? — Hyungwon elevó sus hombros y volvió a dejarse caer sobre el asiento llevando sus manos a sus ojos. —Está bien, Won, estarán bien, lo harán bien.

—¿Chae Hyungwon? — Shownu de inmediato se puso de pie al escuchar el nombre de su amigo, quien en cambio seguía sentado.

—Es él.

—Puede pasar.

—¿Nosotros...? — La enfermera pensó un segundo y luego asintió, dándoles permiso de que pasaran los tres.

Shownu tomó la mano de Hyungwon obligándole a ponerse de pie pero de inmediato lo sostuvo. Las piernas de Hyungwon temblaban y flaqueaban, duró unos segundos para incorporarse correctamente, entonces siguió el camino de la mujer.

La puerta estaba un poco abierta, los primeros en pasar fueron Jooheon y Shownu que cuando pasaron, paseaban sus manos por su cabello, la dejaban en su boca... en fin, estaban celebrando en silencio.
No quería pasar, tenía miedo. Tomó varias respiraciones y entonces lo hizo; con lentitud entró al cuarto, recibiéndolo una imagen que consistía en Tari, una amiga de la pareja, con Wonho enseguida quien en brazos tenía un bebé.
El shock había vuelto, no se movía, podía claramente escuchar su respiración y sus latidos del corazón.

Veía como su esposo se puso de pie acercándose a él, sonriéndole, mientras decía cosas que él no podía escuchar. Su vista dio a la pequeña persona que estaba en sus brazos, quien parecía dormir. Tenía unos pequeños guantes en sus manos que recuerda perfectamente haberlos elegido él. En su cabeza había una gorrita y estaba envuelta en una frazada color roja.
Sus ojos comenzaron a arder y su barbilla a temblar, su mano fue a acariciar un poco la pequeña frente del bebé, entonces elevó su vista hacia Tari. El sonido se estaba elevando mientras él marcaba un paso lento hacia la mujer. Una vez delante de ella, la atrajo a él con cuidado y la abrazó.

—Gracias. —La chica sonrió y lo rodeó de igual forma mientras asentía.

—Es igual a ti. —Entre lagrimas, Hyungwon soltó una risa y entonces se separó del abrazo negando.

—No me mientas, sigue inflamada.

Sus palabras eran no tan claras ya que estaba llorando, riendo, y hablando al mismo tiempo. Varias risas se escucharon en la habitación. Hyungwon limpio un par de lagrimas y entonces volvió hacia donde estaba Hoseok y el bebé. Una vez enseguida, no podía dejar de apreciar al bebé. Escuchaba que sus amigos comenzaron a entablar una conversación con Tari, pero no ponía atención.

Estaba muy asustado. Lo habían hablado tantas veces, pero siempre fue puro miedo. Había veces en donde la idea le parecía grandiosa pero había otras en las que le parecía absurda y llena de terror. Wonho siempre era su consuelo y su apoyo. Cuando Tari se ofreció a ayudarlos, su entusiasmo era gigantesco pero a la vez un miedo creció.
Al iniciar el proceso, el miedo se intensificó, sólo de lado de Hyungwon. Él había sido el donador, así que cuando entregó la muestra, las ganas de echarse para atrás eran gigantes.

Pero ahora era diferente.

Ver a Wonho cargando al pequeño bebé, ver al bebé, todo lo estaba haciendo sentir la persona más feliz de todas. Ver a Sunhee, siendo cargado por su papá, lo hacía feliz.
De igual manera temía cargarle, además de que primero quería estar seguro de tener sus manos limpias, le daba miedo sostenerla, estaba temblando. Dios, era algo ridículo, emocionante, increíble.

Por la puerta, pasó su mamá y papá. Su madre no había durado ni un segundo en comenzar a llorar cuando vio a Sunhee. Primero se acercó a verla un poco, luego beso la mejilla de Wonho y luego fue a abrazar a su hijo, quien como niño pequeño, recibió el abrazo devolviéndolo más fuerte y comenzando a dejar salir más lágrimas. Su mamá lo separó un poco y lo miró.

—Mi amor, tengo una nieta. —El más alto soltó una risita y asintió.

—Mamá, tengo una hija. — La señora soltó una risita y volvió a abrazarlo.

3:02 (2WON // Hyungwonho)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora