Un año después
Wonho golpeaba justamente en el dulce punto de Hyungwon, causando que el último esbozara gritos y gemidos más alto de lo común. Consiguieron la grandiosa posición, sentando a Hyungwon en el lavamanos, mientras Wonho se recargaba con una mano en la pared que tenía un espejo descansando en ella.
Las manos del más alto se aferraban al traje negro que tenía el mayor, mientras la mano restante de esta, sostenía la espalda baja del contrario. El movimiento que causaban incluso movía el espejo, pero les servía para saber que iban muy rápido, además querían evitar que cayera y lastimara a Hyungwon.
No podían detenerse ni aunque quisieran, incluso necesitaban más de ellos mismos.Ambos pares de piernas comenzaron a hormiguear, debilitándose una vez que ambos se liberaron. El pelinegro dejó salir un suspiro alto, mientras con su mano acariciaba la espalda y nuca adversa. Sus bocas volvieron a encontrarse, teniendo un beso ahora un poco más relajado que el que empezó todo.
La respiración regularizada y secos; acomodaron sus trajes, limpiaron cualquier rastro de suciedad que pudieron dejar y salieron del baño del cuarto de hotel que tenían reservado.
Hyungwon revisó su reloj de mano y gruño.—No debí dejarme envolver, vamos tarde.
—Entonces, ¿te arrepientes? — Wonho elevó una ceja hacia él, sabiendo que la respuesta era obvia.
—No. — Se acercó, enredó sus brazos por el cuello y besó una sola vez los labios contrarios. — Pero déjame descansar otro momento, por favor.
—No creo que importe si llegamos tarde a la fiesta. No llegamos tarde a ser los padrinos que es más importante. — El menor asintió y se tiró sobre la cama soltando un suspiro. Wonho tomó asiento en un sillón individual que estaba en una de las esquinas de la habitación.
—¿Won? — El mencionado como pudo, dijo un "mhm". — Y... ¿y si nos casamos? — Los ojos de Hyungwon se abrieron al instante y dejó caer estos sobre Wonho.
—¿Me estás proponiendo matrimonio?
—No... o sea... si, pero no formalmente... me refiero a que si, ehm, pues si... quiero decir, si yo te lo pidiera, ¿dirías que si? — Hyungwon seguía viéndolo, se incorporó quedando sentado en la cama y su vista fue a dar al suelo. Se puso de pie, dio un saltito y luego camino casi corriendo para sentarse en el regazo del mayor.
—Eres un tramposo, si aún no me estás proponiendo matrimonio, ¿por qué me preguntas que respondería? — Pasó su brazo por los hombros de Wonho, dejando caer más su cuerpo sobre este. — ¿Acaso lo dudas? Si me casaría contigo, Wonho. Me encantaría que me dijeran Sr Lee, o te imaginas que te dijeran Sr Chae, por Dios, sueño de muchos, realidad para nosotros. — Wonho se carcajeó por el último comentario, lo atrajo a sí y lo besó. — Te amo Wonho, quizás casi no te lo digo, pero te amo tanto, podría jurar que eres el amor de mi vida.
—Te amo, Chae. — El menor hizo un puchero y frunció el ceño.
—Para ti soy mi amor nada más. Yo soy tu amor y tú eres mi amor. — Wonho asintió y soltó una risita.
—Te amo, mi amor.