Capitulo 6

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La noche llego, y con ello los reclutas fueron a las pequeñas cabañas donde residían, había sido un día muy ajetreado para todos, los caballeros de Athena estuvieron en guardia todo el día después de lo ocurrido y no había duda de que lo seguirían haciendo toda la noche, los aspirantes en cambio retomaron sus entrenamientos, mismo que Mavis evito, pese a la insistencia de Regulus, diciéndole que prefería entrenar solo.

Regulus no insistió más, sin embargo, buscaba acompañarle y tener conversaciones con él, haciéndole preguntas personales como de dónde provenía, por qué había elegido unirse a los caballeros de Athena, entre otras, Mavis por su parte trataba de responder simple y ambiguo, para no dar información de más o comprometedoras, no sabía decir a ciencia cierta si aquel caballero sospechaba de él o no, pero por su bien, trataría de mantenerse al margen del león.

Asi que ahora estaba en una cabaña compartida con otros dos reclutas donde los dos mencionados dormitaban tranquilos, mientras él, permanecía despierto y vigilante a cualquier movimiento amenazante suyo, no debía confiarse o bajar la guardia bajo ningún motivo o podría acabar muerto en menos de un segundo.

Para cuando la noche entro en su punto más denso se sintió sofocado y prefirió salir a caminar, tomar aire fresco le sentaría bien. Afuera, el aire corría frio y relajante, miro al cielo y puedo ver las estrellas del firmamento.

. — Vaya, el cielo se ve igual que en casa. — menciono melancólico. Aun cuando a él le parecía una vista hermosa, desde hacía mucho que el cielo había perdido brillo ante los ojos de sus hermanos. Y eso, trajo a su mente los sucesos de los últimos días

~ FB ~

. — Hermano. — llamo Mavis al mayor de sus hermanos, un joven de cabellera platinada larga que yacía de pie dándole la espalda vestido con la Sapuri alada que alguna vez perteneció a su padre. — ¿Estás seguro de esto?, es decir, entiendo que Beros quiera hacerlo, pero ustedes no tienen que seguirla, lo que es peor nadie sabe cómo nos afectara esto.

. — Tienes razón, yo también pensé que era una locura en su momento. Pero, esta puede ser nuestra oportunidad de poder cambiar las cosas. — Hablo el mayor con firmeza y algo esperanzado en sus propias palabras.

. — ¿Cambiarlas, dices?, ¿Atacando primero? — le pregunto sabiendo que aquellas acciones también llevaban consigo el deseo de venganza.

. — Así es. — dijo el mayor después de un momento.

. — No, hermano. — trato de hacerle cambiar de opinión. — Podemos hablar con ellos, tal vez no pudimos ayudar antes, pero quizás ahora sí. No es necesario lastimar a nadie.

El mayor solo se dio vuelta y acercándose hasta donde estaba él, puso su diestra sobre su cabeza y revolviéndole gentilmente el cabello le dedico una suave y sincera sonrisa

. — Sin duda te pareces a papá. — dijo con tristeza. — siempre amable, siempre pensando en los demás, siempre cálido.

Al oír eso, el menor no pudo evitar sentir un nudo en la garganta.

. — "¿Que estoy haciendo?". — se preguntó abatido, él no tenía derecho a detener o juzgar a sus hermanos, mucho menos a él, a Asterion, no cuando de los tres, él era quien más sufrimiento cargaba.

. — Hermano. — llamo ahora una tercera voz, un joven, menor que Asterion, pero sin duda mayor a él, de cabellera azur, y de Sapuri alada también. — Los preparativos están listos, Beros abrirá el portal en dos días, en el solsticio de invierno, me pidió avisarles.

. — Arian. — susurro el menor al verle llegar.

. — Descuida hermanito, estaremos bien. — hablo el peliazur palpando su hombro a modo de confort.

. — Así es, ya lo veras, regresaremos con la victoria en nuestras manos y también, con la cabeza de esa asquerosa perra y su sequito de bastardos. — menciono jactancioso el mayor con una sonrisa maliciosa y cruel, muy similar a la de su padre.

Mavis solo agacho la cabeza, sin poder dejar de sentirse preocupado por todo ese asunto. Algo de éste le daba muy mala espina.

Para cuando el solsticio de invierno llego, Beros, una mujer de gran belleza, cabellera de un intenso azul marino hasta la cadera y de armadura violácea con cuatro alas, uso su poder para transportarlos uno a uno, tanto a ella como a sus hermanos al santuario, mientras el los contemplaba de cerca.

Luego, el turno del quinto integrante de aquella travesía llego.

. — No pensé que tú también accederías a esto, Sui. — menciono tranquilo Mavis al chico de cabello azul oscuro, casi negro, de edad similar a la suya. — ¿También quieres vengarte?

. — No es venganza lo que busco. — dijo el menor bajando su mirada. — Pero peleare si es necesario.

Mavis, siendo consciente de su condición, solo le vio preocupado. — ¿Entonces?, ¿Qué es lo que te impulsa a ir?

. — Sin importar como resulten las cosas, si logramos algún cambio o no con esto, del otro lado, esta esa persona. — respondió captando así la entera atención de Mavis. — Si tengo suerte, puede que aún si es solo por un momento, logre verle, solo eso, hará que todo valga la pena...al menos para mí.

Y dicho eso, el chico se marchó.

Mavis se quedó pensativo por un momento viendo el portal a punto de cerrarse, y tomando finalmente una decisión, él también se adentró en el vórtice purpura que tenía al frente. Puede que no estuviese muy de acuerdo con ellos, pero sin duda permanecería al lado de sus hermanos y los apoyaría, pelearía por su dios y por su estirpe, sin importar qué.

Además, tal como dijo Sui, existía la posibilidad de encontrarse con "ellos", y ese simple pensamiento, le daba el valor necesario para lanzarse sin más a la oscuridad.

~ F/FB ~

. — Es cierto. — pensó mirando desde la distancia el recinto de la diosa Athena. Si bien no le gustaba pelear, ni tampoco acabar con la vida de nadie, sin duda esta vez lo haría, tomaría la cabeza de aquella diosa y le pondría fin a todo antes de siquiera tener la oportunidad de iniciar.

. — Sin duda, los protegeré. — pensó apretando su puño con determinación, no permitiría que nadie dañara a su familia, absolutamente nadie, aun si eso significaba manchar su alma de sangre. 



Conitnuaraaa.....................

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