Llevaba un rato caminando sin rumbo alguno por el santuario, buscando al divertido con lo que matar el tiempo, aunque por más que buscara realmente no había mucho que hacer ahí, los caballeros de Athena no tenían deberes u obligaciones de ningún tipo más haya de entrenar y hacer los mandados de esa inútil mujer, a diferencia de ellos, que debían administrar todo el inframundo, llenando documentos, juzgar almas, asignar castigos, ejercerlos, cubrir los puestos que se vieran faltantes por una u otra razón, y supervisar cada uno de los círculos infernales, entre las otras mil cosas que debían hacer.
Comparado con eso, el santuario se le hacia aburrido. Aunque bien podía ver su estadía ahí como unas mini vacaciones, aunque estar sin hacer nada no era exactamente lo suyo.
Estaba pensando en quizás ir al coliseo y retar a los bastardos que se habían atrevido a lastimarlo en una pelea "amistosa", pues si bien no podían matarlos, al menos podía usar eso como pretexto para aprovechar a golpearlos un poco a modo de venganza.
Pero ese pensamiento se esfumo tan rápido como llego en cuanto toco su brazo donde debía estar su herida, encontrando sobre esta el vendaje improvisado que el caballero de sagitario hizo con su cinta.
Aun ahora sentía en su piel el cosquilleo de su toque.
. — Tsk. — chito con su lengua molesto y a la vez ruborizado por ello.
Inevitablemente, el recuerdo de la sonrisa amable del caballero y su mirada penetrante se hizo presente en su cabeza provocando a su corazón latir con fuerza, asustándole.
. — "¡¿Qué mierda estoy pensando?!" — se dijo internamente sacudiendo su cabeza, frustrado consigo mismo por lo que acaba de imaginar.
Y como si de una mala broma de su mente se tratase, las palabras de Kagaho también se materializaron en sus pensamientos.
"¡Si ya terminaste de coquetear, muévete!"
. — ¡Yo no estaba coqueteando! — gritó al cielo más que molesto y azorado por el recuerdo.
¿Por qué ese idiota dijo eso? Era una estupidez. Él no era como Minos o Veronica, a él no le atraían los caballeros de Athena, mucho menos el caballero de sagitario. ¡Era ridículo!
Sí, reconocía que le agradaba Sisifo, pese a sus diferencias ambos lograron llevarse bien después de que terminó la guerra santa, era un buen tipo después todo, era amable, fuerte, carismatico y un líder nato, confiable en todos los aspectos y sabia escuchar a los demás. Sin duda un gran hombre.
Pero solo eso, de ahí a gustarle de forma romántica había kilómetros de distancia, ¡kilómetros! Además, el tipo estaba enamorado de Athena, eso no era un secreto para nadie, hasta el más ciego podía ver eso.
Así que no, no le gustaba Sisifo en ese sentido, en definitiva ¿correcto? ¡Correcto!
Y sintiéndose satisfecho por aclararse así mismo eso, continuo su camino. O eso intento cuando alguien a sus espaldas le llamo.
. — Aiacos. — Saludo amable la última persona que esperaba ver en ese momento. Sisifo
El aludido sintió petrificarse de inmediato, tanto como si la misma medusa lo hubiese hecho.
. — ¿Estas ocupado? — cuestiono sonriente el caballero quien llegaba a él con sus ropas de civil negras que sin duda le daban un toque galante a su persona.
Aiacos busco calmarse antes de responder, después de todo, no tenía razones para estar nervioso por estar cerca del caballero ¿cierto?
. — A decir verdad, no. — le dijo recobrando su actitud de siempre. — No hay mucho que hacer aquí salvo ensuciarse de tierra. — menciono mirando al suelo sacudiendo sus botas.
ESTÁS LEYENDO
PARADOX
FanfictionLa paz en la tierra se ve amenazada una vez más, el tratado de paz entre Athena y Hades corre peligro de romperse, pero ¿por quién?, y aun más importante, como afectara esto a los integrantes de ambos bandos. Secuela de "Del odio al amor se necesit...