PARADOX

Capitulo 10

Dentro del recinto del patriarca, Sage yacía sentado en su silla pensando en el suceso que hace tan pocos días habían presenciado, preocupado por lo que aquellas 7 estrellas en el cielo significaban y si Hades tenía algo que ver en eso cuando un llamado a su puerta se hizo, en la que bien ni siquiera logro dar permiso a pasar cuando la puerta se abrió con un fuerte estrepito mientras unos caballeros de plata, acompañados de otros dos en estado deplorable y gravemente heridos entraban a toda prisa.

. — ¡Gran patriarca! — gritaron alarmados logrando al mencionado prácticamente levantarse de un salto de su lugar para ir hasta ellos.

Apenas vio a los caballeros heridos, les vio reconoció enseguida, eran los guerreros que envió para investigar las zonas donde vieron caer las luces del vórtice.

. — ¿Pero qué sucedió? — cuestiono Sage buscando detener la hemorragia de sus heridas tratando de ganar tiempo a que llegaran los sanadores.

. — F-fuimos...atacados, señor. — hablo con esfuerzo el más consciente de los dos, pese a que con cada palabra sentía que le desgarraban por dentro. — Por un...un espectro — culmino tosiendo una gran cantidad de sangre para luego finalmente caer muerto sobre el brillante suelo de mármol que lentamente se fue tiñendo de sangre.

~ FB ~

Habían recibido la orden del patriarca de investigar una de las zonas donde aquellas extrañas luces colisionaron, el viaje fue ameno para todos a pesar de que una de las luces parecía haber caído más lejos de la zona indicada, más precisamente en un bosque al norte de Thermos, según los testimonios de los lugareños.

Para cuando llegaron al bosque, las últimas luces del ocaso se desvanecían en el cielo, aun así, los caballeros de plata y bronce que conformaban el grupo se adentraron con prisa al interior de aquel lugar. Pasaron un par de horas buscando algo fuera de lo común más no encontraban nada. Cansados y preocupados ante la posibilidad de haber seguido pistas falsas, estaban por retirarse del lugar.

Hasta que uno de los caballeros de bronce encontró el lugar de colisión, y yendo hasta él pudieron divisar por fin en gran cráter que se dibujaba en el suelo, junto a varios árboles caídos alrededor. Con cuidado comenzaron a buscar algo fuera de lo común, algo que les indicara aquello que provoco semejante destrozo, pero no parecía haber nada ni nadie ahí más allá de los animales propios del bosque.

O así era, hasta que el sonido de unos pasos aproximándose a ellos empezaron a escucharse. Alertados todos miraron hacia la parte del bosque donde éste era más denso, de donde la figura de una persona lentamente se iba vislumbrando.

Un atractivo joven de cabellera larga color azur vestido con una capa gris que cubría por completo su cuerpo, dejando ver solo su rostro y sus iris amatistas que parecían brillar al contrastar perfectamente con su piel clara.

. — ¿Quién eres? — Atrevió a preguntar uno de ellos colocándose en guardia ante la presencia del extraño.

El mencionado, solo se limitó a observarles con aquellos iris amatistas que parecían perforar cualquier cosa que mirase

. — Vaya. — menciono al fin afilando aún más su mirada. — Regresé aquí por que sentí la presencia de cosmos pensando que los otros habían llegado a este bosque y en su lugar solo encuentro a 11 desagradables caballeros de Athena. — dijo sin más haciendo crispar a sus oyentes.

. — Oye, ¿Cómo te atreves a hablarnos así? — pregunto uno molesto de su actitud. — Te lo preguntare otra vez ¿Quién eres?

. — Lo siento, no tengo interés en responder a sus preguntas, perros de Athena.