Capitulo 22

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Después de percibir los cosmos de unos espectros activarse, corrió hacia la dirección de donde estos provenían con la esperanza de que fuesen sus hermanos y sus amigos. Siendo uno de los que más cerca estaba del lugar en cuestión no le fue difícil llegar primero, más cuando lo hizo, los espectros ya se habían marchado.

Sin pensarlo dos veces se acercó a preguntar directamente a uno de los caballeros de bronce que yacían en el lugar sobre lo sucedido, a lo que éste sin problema le respondió que, de acuerdo a las palabras del caballero de Acuario, los recién llegados eran espectros mensajeros de Hades que venían a hablar con el patriarca, por lo que él personalmente los guio hasta el recinto sagrado.

Por un momento Mavis se sintió un poco decepcionado al no tratarse de quienes esperaba, sin embargo, al mismo tiempo, se sintió feliz de tener la oportunidad de conocer a más miembros de su estirpe.

Estaba por marcharse para buscarlos cuando el caballero de bronce menciono que no se acercara mucho a los cinco espectros, pues más allá del tratado de paz, lo mejor era no relacionarse mucho con los sirvientes de Hades.

Mavis eligió pasar por alto el final de ese comentario para enfocarse en la parte importante de en medio. El acababa de mencionar a cinco espectros, cuando él, sintió a seis.

Y entendiendo lo que eso significaba, se marchó de ahí de inmediato para buscar a ese sexto integrante el cual estaba seguro se trataba de alguien que conocía.

Paso casi más de dos horas buscando por los alrededores del santuario una cara familiar, sin éxito.

Aunque si lo pensaba con detenimiento, si fuese alguno de sus hermanos o de Beros quienes estuviesen allí, ninguno intentaría esconderse, por el contrario, estarían lanzando ataques a diestra y siniestra desde el momento en que pusieran un pie en el santuario, por lo que entonces eso le dejaba solo una opción de la identidad del recién llegado.

Asi que si quería hallarlo debía pensar bien al respecto, el cosmos extra que sintió fue leve, así como distante, pero venia de la misma dirección de donde los otros espectros llegaron, entonces, o se infiltro en el santuario o ni siquiera estaba ahí.

Y dado a que llevaba ya bastante terreno cubierto del santuario sin encontrarle podía descartar su estadía en el lugar, quedando entonces la segunda opción, por lo que sin meditarlo más salió del santuario a buscar por las villas cercanas a éste.

Por ello, ahora estaba en la aldea de Rodorio, recorriendo las calles y mirando con cautela a todos los habitantes del lugar, buscando entre ellos a quien buscaba, sin saber que éste se encontraba solo unos metros de distancia de él.

Ahí, cerca de una fuente, un joven encapuchado yacía de pie frente a uno de los habitantes del pueblo que pasaba por el lugar sosteniendo una hoja extendida frente a éste.

. — ¿Ha visto a esta persona? — preguntó al hombre, cuidando de no mostrarle su rostro, quien luego de unos segundos de analizar el dibujo que le mostraba negó.

. — Entiendo, gracias. — dijo con voz monótona dándose vuelta caminando hacia la siguiente persona y repetir su labor.

No lo parecía, pero realmente le decepcionaba no tener ningún avance en la búsqueda que él mismo emprendió desde hace ya varios días desde que llego, yendo de un lugar a otro realizando la misma pregunta una y otra vez a todo aquel que veía.

Si tan solo tuviera más información al respecto sabría dónde exactamente buscar, pero todo lo que tenía eran sus recuerdos y ni siquiera estaba seguro de que estos fuesen del todo confiables.

Sin embargo, ya había iniciado con eso así que seguiría buscando, debía hacerlo.

. — Disculpe, ¿Ha visto a esta persona? — pregunto ahora a una joven señorita que cargaba unas flores recién compradas, más la respuesta fue la misma que las otras cuatrocientas veintisiete que llevaba recibiendo hasta ahora.

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⏰ Última actualización: Sep 08 ⏰

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