Capítulo 2

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Gabriela Ortiz

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Gabriela Ortiz.

Después de ir en el auto con Marco y esa extraña escena que sigo sin comprender, desperté atada de manos y pies, y recostada en una cama. Justo unos cuantos segundos después de haber despertado y analizar en donde diablos estaba un hombre alto de cabello negro y ojos claros entro a la habitación.

—Vaya hasta que despierta la pequeña Ortiz.

Espera un momento ¿Cómo sabía cómo me llamaba?

Eras hija de un empresario famoso genia.

No dije nada no sabía quién era, y lo más importante no sabía que hacía yo ahí.

En ese momento yo estaba muy asustada, lo único que hice fue intentar zafarme del las ataduras, mientras el hombre que entró a la habitación estaba hablando por teléfono, cuando colgó su mirada se dirigió hacia mí.

—Muy bien nos están esperando abajo — habló acercándose a mi.

¿Nos estaban esperando? ¿Quiénes? 

Esas preguntas invadieron mi cabeza mientras el sujeto me desataba de los pies, momento que aproveché para patearlo, pero fue inútil.

—Oye tranquila Ortiz no te haré nada — levantó las manos en forma de rendición alejándose de mí —  solo te llevaré a bajo y de ahí nos iremos a un lugar donde van a pagar tu rescate

¿Rescate?

 Bajé las escaleras de una casa abandonada acompañada de aquel hombre, me subió a una camioneta a la fuerza y condujo por una carretera que en mi vida había visto.

Estaba demasiado asustada, empezaba a temblar y tenía muchas ganas de llorar, pero me contuve, lo que ocasionó que el pecho me doliera.

Llegamos a una casa muy grande en medio de la nada, me bajó y me metió, no les miento el miedo que sentía en ese momento era enorme, cuando entre a la casa me empujaron lo cual provocó que cayera en un sillón, estuve ahí sentada viendo unos cuantos hombres viajar de allá para acá por toda la casa.

Al paso que iban en poco tiempo se iba a ver  un hoyo

Me hubiera servido para huir, porque no quería estar ahí

Los gritos de todos los hombres me sacaron de mis pensamientos

— ¡Vámonos! — gritó uno a lo lejos —¡llego la policía entes de tiempo!

¡La policía, eso era genial!

No, no lo era.

¿Por qué?

Porque iban a escapar conmigo 

Y en efecto uno de ellos me tomó del brazo e intento correr conmigo, pero yo no lo hice lo cual provoco que él me intentara cargar a lo cual me resistí, pero cambie rápido de opinión al escuchar disparos de tras de mi, me quedé paralizada jamás había escuchado disparos, salvo en las películas claro, el hombre aprovechó mi estado y me cargó hacía un vehículo, empezaron a conducir tan rápido que ya no me preocupaban los disparos de parte de la policía en la parte trasera del carro, sino temía por mi vida pensando que ellos en cualquier momento iban a provocar  un accidente.

Déjame amarte [Completa ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora