Déjame amarte [Completa ✓]

Capítulo extra. Parte 2.

2 MESES ANTES DE LA BODA.

Esa mañana desperté en mi casa, Adam estaba viendo lo de un jardín para celebrar nuestra boda, y yo iba a comprar el vestido. 

Me iban a acompañar Camila, Gael, una amiga que había hecho en la escuela en donde daba clases, Melisa, la mamá de Adam y mi mamá. 

Bajé las escaleras en cuanto Camila me aviso que ya estaba afuera con todas en el auto de Gael.

Me asomé en la cocina en donde estaba mi mamá.

— ¿Ya estas lista? —pregunté recargada en el marco de la puerta.

— ¿Lista para qué? —respondió.

—Hoy voy a escoger mi vestido de bodas, te lo dije — balbuceé un poco, como cada que me entristecía algo.

—Ah sí, hija, es que primero voy a ir a visitar a tu padre, te alcanzo allá, solo me dices en donde estas.

—Oh, entonces te veo allá.

—Sí, cuídate y no regreses si no es con vestido.

—De acuerdo, nos vemos.

Vamos a fingir que le creemos.

Me forcé a no sentirme mal, tal vez sí iba a cumplir lo que dijo.

Salí de mi casa y me subí al carro, agradezco que nadie me preguntara por mi mamá, porque no me hubiera podido contener.

Fuimos a varias tiendas y me probé de todo tipo de vestidos, grandes, chicos, pegados, ampones, desmontables, unos que no tenían ni forma y muchos más, pero no daba con el indicado.

—Creo que se está haciendo tarde, mejor mañana regreso, no las quiero molestar de más — dije mientras caminábamos por las calles de la cuidad.

—Ni creas que te voy a dejar que te vayas con las manos vacías — exclamó Camila —mi mejor amiga se va a casar y mi propósito es que de aquí te lleves el vestido que sientas que es el indicado para ti.

—Cami tiene razón — interrumpió Gael — creo que eres la única de los tres que se va a casar en un largo tiempo, así que yo me quedo.

—Bueno, pero es la última tienda a la que entramos. Tampoco quiero quedar mal con Melisa y con la mamá de Adam.

—Por mí ni te preocupes — dijo Melisa — a mí me encantan las bodas y me gustan los vestidos.

—Y por mí, ya sabes que siempre nos apoyamos, Gabriela — la mamá de Adam me sonrió y sentí que de verdad valía la pena seguir buscando algo.

Entramos a la última tienda del día, tenía que salir algo bueno y sino pues comprar un vestido, no me podía quedar sin lo más importante para el día de la boda.

Una empleada me ayudó a buscar modelos, no quería un vestido grande, quería un vestido sencillo con poca pedrería y de tirantes, que entrara en el presupuesto que tenía.

Me llevaron cuatro vestidos que entraban en lo que pedía.

El primero era un vestido liso, sin ningún detalle, solo algunos brillos en el corset, era medio pegado y me gustó porque se me marcaba un poco la panza de mi embarazo, pero no era el indicado.

El segundo vestido era más ampón, pero en el corset solo llevaba dos pedazos de tela cruzados. Y aunque a todos les gustó yo sentía que me faltaba algo de brillos.

El tercero parecía el vestido de Aurora de "La bella durmiente" solo que traía unos detalles de encaje en el vestido. Era lindo, pero no el indicado.

El último, si el último no me gustaba en serio que me llevaba el segundo.