Capítulo 23

37 16 9
                                    

Gabriela Ortiz

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gabriela Ortiz.

Estaba en un dilema ¿iría a ver a Adam?

Ya iba en camino, pero podía arrepentirme, dar la vuelta y regresarme a mi casa. Mientras lo seguía pensando ya había llegado a la comisaria.

Supongo que fue un sí.

Se supone que Adam había salido de madrugada y en la mañana él debería de estar en la comisaria firmando algo o por lo menos eso me explicó Gutiérrez esa mañana.

Estacioné mi carro y me bajé.

—Hola, Gabriela pensé que no ibas a venir — saludó Gutiérrez al verme.

—Sí, yo pensé lo mismo — murmuré entre dientes.

—Adam esta adentro, pero no falta mucho para que salga.

—Supongo que esperare.

Pasaron unos cuantos segundos cuando Adam salió, llevaba el cabello revuelto y ya no iba en pijama – como lo habían detenido – iba de pantalón de mezclilla y una playera negra de Radiohead.

Al verme se quedó parado y sonrió, la fuerza de voluntad que tuve en ese momento fue inmensa porque quería correr a abrazarlo, sentir sus brazos a mi alrededor, oler su perfume, sentirme cerca de él, porque eso me transmitía Adam un poco de paz y tranquilidad, pero también sabía que yo le había pedido mantener distancia entre los dos y a pesar de eso me mantuve para no brincar sobre él y besarlo con todas mis fuerzas, porque también me faltaba sentir sus labios con los míos, esos labios que cada que besaba me daban ganas de no dejarlos de besar nunca, esos besos que me volvían loca en todos los sentidos...

—Me da gusto verte — susurró y me di cuenta que ya estaba enfrente de mi.

—También me da gusto verte — admití.

—Adam, tu mamá preguntó por ti — interrumpió Gutiérrez — le dije que estabas con Gabriela, espero no haya ningún problema.

Negué con la cabeza —No, ninguno, es mejor no preocuparla.

—Claro — hizo una pausa — yo los dejo tengo que ver algo en la comisaria.

Ambos asentimos y nos quedamos solos en completo silencio – sin contar que había gente pasando por ahí –

—Gracias — dijo Adam — por ayudar a que saliera.

—Te dije que no iba a dejar a ningún inocente en la cárcel.

—Lo sé, pero...

—Nada más quería saber si estabas bien y ya vi que sí, así que ya me voy — le di la espalda dispuesta a avanzar.

—Gabriela se lo que hiciste — ¿Qué?  Me giré sobre mis talones y lo miré — tu dejaste ir a tu papá, no se dio a la fuga solo.

Tragué en seco, ese podía significar un problema, pues pensé que Adam lo diría.

Déjame amarte [Completa ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora