Déjame amarte [Completa ✓]

Capítulo 15

Adam Jones.

—Te veo en el acuario entonces —rectifiqué hablando con Gabriela por teléfono.

—Sí, espero que esta vez no nos dejen solos y menos si es con niños —respondió al otro lado de la linea con su hermosa voz, ese comentario me hizo reír recordando lo de aquella vez en el cine.

— ¿Quiénes mas van a ir?

—Pues en si siempre vamos solo Camila, Gael y yo, muy pocas veces nos acompaña alguien más, pero no sé si Camila lleve a Patrick.

—De todas formas yo sí voy, pedí permiso en el trabajo — dije mientras me acomodaba las mangas de mi camisa —Entonces los alcanzo allá.

—Sí está bien, nos vemos en el acuario.

—Adiós, te quiero.

—Yo también te quiero.

Y con eso colgó, en realidad salir con Gabriela era lo mejor pues siempre encontraba la forma de hacerte reír, ella era muy linda y lo que sentía por ella ya no solo era simple atracción física, me estaba enamorando como un loco de ella y sabía que era así porque me gustaban hasta sus defectos, los cuales la hacían única y perfecta para mi, claro esta.

Aun que no  estaba planeado se dio, a lo mejor las mejores historias de amor no son las que son planeadas, sino las que salen de imprevisto, bien me lo decía mi abuela, el amor llega cuando menos te lo esperas, pero en fin.

Me estaba alistando porque ese día iba a ir con Gabriela y sus amigos (que durante ese tiempo juntos se convirtieron en amigos míos) a un acuario, me mandaron la dirección para que los alcanzará allá, ya que yo acababa de salir de mi turno y ellos habían salido  de la universidad, en realidad me emocionaba que Gabriela me tomará en cuenta para sus salidas como la que hizo con su familia, fue muy lindo ir con ella.

Me terminé de arreglar y me dirigí a la salida, sin antes despedirme de mi madre con un beso en la frente, salí de mi casa y choqué con alguien en la entrada...

Una chica rubia y con un olor a fresas que hace unos cuantos meses no olía.

Más bien años.

—Hola cariño —dijo pasando sus brazos por mi cuello.

Yo me alejé de ella quitando sus brazos de mi cuello con delicadeza, pensé que nunca me la volvería a encontrar.

— ¿Qué haces aquí Giselle? — pregunté con la voz delicada, pero algo frió.

—Quería ver como estabas —me sonrió mientras parpadeaba.

— ¿Después de un año? — era obvio que no iba a eso.

— ¿Qué tiene de malo? Además oí que te subieron de puesto después de aquella captura a unos delincuentes en el secuestro de una chica.

Ya salió.