Pov Jimin.
El destino era muy bueno en ciertas ocasiones, y eso lo estaba viviendo en carne propia.
Aunque no fuera muy bueno del todo y luchara a diario con todo, no me sentía una pésima persona, ayudaba bastante a que todo estuviera en buenas condiciones y sobre todo, siempre daba lo mejor de mí.
—El postre especial por favor.
El profesor de psicología estaba ahí, su sonrisa era demasiado brillante para mí, en esos momentos. No era malo, si no todo lo contrario.
La alegría de las personas muchas veces era como una pequeña medicina, aunque no los conocieras del todo, con que te trataran bien y mostrarán total respeto, era más que suficiente.
—En seguida... —Asentí—, ¿Algo más? —Pregunté con mucha educación.
Al final de cuentas, él era mi profesor.
—Sí... —Ladeó su cabeza—, que dejes de llamarme como si fuera un viejo canoso... —Sonrió de nuevo—, estamos casi en los mismo años y no quiero sentirme viejo.
No lo entendía, se supone que yo debía guardar respeto por él, debido a que era mi docente.
—Yo, no creo... —Hice una pequeña mueca.
—Tranquilo, no estamos en clases, así que no hay problema... —Sus ojos eran muy brillantes, parecía cómo si en realidad quisiera opacar las estrellas, sin embargo, era un pensamiento bastante curioso a mi parecer—, ¿O si lo hay?
Su pregunta me dejó un poco fuera de lugar, se supone que no debería importarme demasiado, aún así se sentía extraño.
—N-no... —Rápidamente negué—, sólo me es raro. —Sonreí con mucha pena.
—No hay porqué tenerla, al final seremos muy cercanos. —Se encogió de hombros.
—¿A qué se refiere con eso? —Parpadeé varias veces intentando aclarar mi cabeza.
—Ah olvida lo que acabo de decir, no te preocupes. —Sonrió, pero está vez sus ojos desaparecieron, era una linda forma pero solo eso.
—¡Jimin!
Me sobresaltó un poco el escuchar mi nombre ser gritado, así que me giré para poder observar de quién se trataba.
¡Oh no!
El rostro de mi jefe no era para nada amable, solo esperaba no meterme en problemas por algo así.
—¡Te necesito acá! —Apuntó hacia el mostrador, sus ojos irradiaban molestia absoluta y no sólo eso, su quijada parecía a punto de romperse de tanto apretar los dientes, él de verdad debía calmarse.
Sólo estaba llamando la atención y a mí me daba nerviosismo, ya no quería que me regañara por algo que no hice.
Me disculpé con mi profesor de psicología por esa escena. Aunque no haya sido mi culpa, no dejaba de sentirme mal por eso.
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BUTTER // Yoonmin //
FanfictionPark JiMin es un joven estudiante de universidad, trabajando en una cafetería en medio tiempo. Está a cargo de las deudas de su casa, con sus dos pequeños sobrinos y una abuela enferma, su adolescencia no fue más que esfuerzo para salir adelante. Nu...