Capítulo 10

340 23 6
                                    


Ambos resultados reposaban en la puerta de la casa de los Hwang. El cuerpo de ambos jóvenes se había resistido a cerrar sus ojos durante la noche, sabiendo que sin demora a primera hora estarían los sobres del que tanto deseaban saber los resultados.

Se encontraron en la puerta de la entrada, sus miradas se fijaron en los estragos que había dejado el desvelo pero con prisa el pomo fue capturado por ambas manos. Al ver las cartas reposando sobre el escalón sus pies ágilmente se movieron hasta capturar el papel con sus manos. Sus manos temblaban y Mackenzie salivaba sus labios con frecuencia al empezar a leer el texto; la reacción de Inyeop era incluso graciosa, ya que era inexplicable como alguien de ojos tan pequeños podía agrandarlos tanto.

Pero en sus rostros no cabía tanta sorpresa cuando la frase "felicidades... será parte de la formación de la nueva cohorte" apareció a mitad de aquel dobladillo de papel. Los gritos por parte de ambos se hicieron presentes, gritos que despertaron con angustia a la tía Hwang de su merecido descanso.

Al llegar al umbral de la puerta principal los observó mientras acomodaba el abrigo sobre su cuerpo, no dejaban de brincar mientras se fundían en un tierno y amigable abrazo. Se acercaron a ella enseñándole el contenido prometedor que profesaban las palabras de la hoja.

Mackenzie luego de hablar con la tía, fue a enviarle los resultados a su madre, quien no demoró en gritar de la emoción sin importarle que estuviera en pleno cruce peatonal rodeada de miradas extrañas por su reacción. Por otro lado, Inyeop también salió a llamar a su padre, pero éste al ver el remitente de la llamada decidió ignorarlo. Inyeop entendió que no insistiría más, se cansó de mendigar un amor que debía ser genuino.

...

Por la tarde, Injeon se apareció con un enorme arreglo floral que contaba con numerosas rosas de variados colores y algunos claveles. La tía Hwang agrandó sus ojos al ver ese hermoso cesto decorado cuidadosamente con las flores.

— ¿Y esto para quién es? Acaso, ¿vienes a presentarme a tu prometida y no lo sabía? –interrogó la tía.

Injeon rió un poco y negó mientras encontraba un lugar adecuado para colocar el regalo.

—Nada de eso, le pregunté a Mackenzie si había aprobado su examen de admisión y me dijo que sí. Entonces, le traje un presente. –comentó mientras colocaba las flores en el centro de la mesa.

— ¿Trajiste uno para Inyeop también? –preguntó con una pizca de ironía.

— ¿Por qué le traería yo un regalo a ese niñato después de faltarme el respeto?

—Pues, si le preguntaras sabrías que es por la misma razón por la cual le traes uno a Minso.

— ¿El pequeño bastardo hará algo bueno por su vida? Eso no merece regalos, ya era tiempo de que madurara.

—Lo mismo te puedo decir yo, Injeon. ¿Por qué sigues resentido con Inyeop? ¿Es porque descubriste a temprana edad la infidelidad de tu padre? O ¿Es debido a lo que pasó en ese verano con la pequeña Minso? Creo que es momento que me expliques. –exigió cruzándose de brazos.

Injeon iba por su defensa cuando escuchó las risas de ambos y entraron por la puerta.

— ¡Gomo! ¡Gomo! –gritó con emoción Inyeop. –Mac logró que le bajaran los precios en el mercado y...

Al ver la imagen de su hermano sus palabras quedaron a medias. La tía se volteó dándole una cálida sonrisa y recibiéndolos con emoción.

— ¡Tía Hwang, ahorré un veinte por ciento en compras hoy! –comentó al acercarse y saludó con una leve reverencia al mayor junto a ellos. –Iré a mi habitación, permiso. –dijo al sentir el ambiente lleno de tensiones.

Injeon quería detenerla y alardear del regalo que le había traído pero la tía lo detuvo. Y en vez de promover una linda charla familiar, los hizo hacer los quehaceres del día que quedaban pendientes para que se vieran obligados a trabajar juntos. Durante ese tiempo, no hubo palabras, algunas miradas y uno que otro momento de sabotaje que se volvía inmediatamente en una especie de guerra campal.

Terminaron sentados en el banco del patio, viendo los brazos desnudos de los árboles. Inyeop quería hablar primero, pero se mordía la lengua para no hacerlo. Ya que sabía que era justo lo que Injeon quería que hiciera. El vapor del té sobresalía en el frío tiempo.

—Jamás te aceptaré como un hermano. Eres algo que nunca debió pasar. –soltó Injeon volviendo a interior cálido de la casa.





¡Hola a todos! 

¿Meextrañaron? Espero que sí. Tal y como prometí, pero con algo de retraso lesentrego el doble capítulo. 

Recuerden votar, un comentario o compartir. 

¡En tiempo de pandemia, cuídense de las amenazas invisibles!


The Picture (Hwang In-Yeop)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora