Capítulo 11

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Sábado por la tarde, ninguno tenía planes pero Inyeop recibió una llamada de su mejor amigo, Jihoo. A penas la llamada se terminó Inyeop salió corriendo a alistarse. Mac por su parte, había salido con la tía Hwang.

Inyeop salió al punto de encuentro con su grupo de amigos, y esa salida estaba incluida Soojin, quien no demoró en demostrar felicidad al ver llegar a Inyeop solo. Algunos apretones de manos, muchas sonrisas intercambiadas y rumbo a comer algo antes de ir al pub.

En cambio Mackenzie y la tía Hwang se divirtieron en su salida juntas, además de que Mac agregó palabras nuevas a su vocabulario de coreano. Colocó las cosas nuevas en la alacena en compañía de la tía, agradeció nuevamente por la ropa que le había regalado. La ausencia de Inyeop en las paredes de la casa se hacía notar, todo en calma, nada de canciones con alto volumen que hacían retumbar la decoración de arcilla y porcelana que decoraban la pared del recibidor, nada de gritos al ver deporte en la tv ni diálogos infundados por sí mismo al creerse un personaje de su drama favorito.

Todo estaba tranquilo.

— ¿A dónde habrá ido ese chico ahora? ¿En su otra vida fue vendedor callejero acaso? Por lo menos no tiene malos hábitos. –comentó a sí misma la tía Hwang.

Se dirigió a su habitación en la mesita de la computadora había un dobladillo de papel, se acercó y lo tomó.

"Fui al comer con los chicos, estamos en la quinta avenida, en el restaurante del señor Park. Se llama Maeun-meul Masida. Si vas a ese lugar y no estamos, nos dirigiremos al pub de la sexta avenida. Hay buena música ahí, el lugar se llama La Mega." –Inyeop.

Al leer esa nota no demoró en ir corriendo a donde la tía, para informarle que Inyeop estaba bien y que estaba con sus amigos. Aprovechó en pedir permiso, ya que estaba bajo su tutela para poder ir al lugar citado.

Bañó, vistió y colocó algo de perfume. Colocó sus prendas de invierno y por suerte, había heredado el suéter que su padre que siempre le reconfortaba llamándola de calidez y gratos recuerdos. Tiró en su bolso algunas cosas y salió siguiendo el rastro de la luna.

A penas empezaba la noche para todos, pero Inyeop llamaba la atención de todas las chicas en la disco, varias le habían pedido el número pero él se negaba; invitaciones a bailar, rechazadas; los ojitos que le lanzaba Soojin, ignorados. Él tenía una persona en mente, persona que no se había reportado o avisado que iba, persona que ansiaba que entrara por la puerta.

Mac intercalaba la dirección de su teléfono con la que Inyeop le había escrito en la hoja, rascaba su cabeza y volteaba a ver a varios lados, se encontraba en una calle algo desolada con algunos faroles con inestabilidad de energía. Estaba confundida, se suponía que si la dirección era correcta la app no se equivocaría.

Siguió caminando, con pasos cautelosos y afianzando el agarre en su bolso.

Inyeop se encontraba aburrido, la espera lo tenía ansioso, por lo que le escribió un mensaje a la tía para saber si Mackenzie había abandonado la casa, mientras esperaba respuesta Soojin no desaprovechó la oportunidad de acercarse a Inyeop.

Apoyó su cabeza en el hombro del chico y agarró su mano para simular un juego con ella, la felicidad de la chica se disparó al no ser rechazada. Pero la mente del chico andaba demasiado dispersa para considerar pequeñeces como esa.

— ¿Aceptaras mi invitación a bailar? –preguntó mirándole a los ojos la esbelta pelinegra de corto cabello.

—Minho te invitó y te negaste... Si tanto querías bailar debiste ir con él.

—No me gusta Minho...

Inyeop entendía a la perfección la indirecta, pero prefería seguir haciendo caso omiso a sus peticiones.

— ¡Vamos a bailar! –insistió.

—Ya, Soojin. Está bien, ¡solo una vez! –enfatizó.

La felicidad de la chica se hizo notar con una sonrisa que se podía igualar a las que Sonriente el gato de Alicia realizaba. Lo irónico de la semejanza es que cada vez que Sonriente sonreía siempre era un indicador para hacerte sospechar.

La música retumbaba, la gente brincaba o se movía ágilmente siguiendo el compás. Inyeop solo se plantó frente a Soojin mientras ella hacía su mejor esfuerzo por seducir al chico de sus sueños con sus mejores pasos.

Soojin movía sus caderas de un lado a otro; mientras que Mackenzie estaba buscando una salida segura mientras dos hombres de semblantes sospechosos iban tras ella. Soojin sonreía por tener al chico que le gustaba frente a ella; Mackenzie trataba de pensar rápido y conservar la calma mientras corría y buscaba en su teléfono un número que le fuera de ayuda...


















Hasta aquí llega el especial, dejándolos a todos con ansias de más. 

Tambiénquiero saludar a esos lectores fantasmas, porque aprecio que se tomen el tiempode leer. Por último, saludos a mis lectores de México, Costa Rica, Perú, Chile y Argentina. 

¡En tiempo de pandemia, cuídense de las amenazas invisibles!

 Espero que esta entrega doble les haya gustado, y por favor agradecería mucho su voto, comentario o que compartieran la historia con alguien más.

Hasta la próxima entrega.

The Picture (Hwang In-Yeop)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora