Capítulo 13

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Desde aquella noche las inseguridades en Mackenzie aumentaron, siempre sentía aquella presencia extraña que la veía de lejos, cualquier chico en la calle lograba asustarla con facilidad, y en ocasiones al sentir a alguien posarse a su lado pegaba pequeños brincos en su puesto.

Un día después del suceso, la tía Hwang e Inyeop le acompañaron a la comisaría a colocar la denuncia, pero los estragos del sistema judicial coreano, a veces no protegían del todo a los extranjeros. La tía Hwang se alteró tanto que empezó a vociferar, Inyeop la sostuvo por los hombros y evitaba que se le fuera encima al oficial, el oficial por su parte, simplemente viraba con cansancio sus orbes hacia arriba, y sus dedos resonaban en la madera del escritorio.

Mackenzie en el tiempo de espera por tomar su denuncia, la cual no llegó a ninguna parte, jugueteaba con su cabello mirando a un punto fijo mientras pensaba en lo extraño de ese ataque.

...

Atenta a cualquier crujido, pero al voltear vio un gato salir entre unas bolsas. La mano que había llevado a su pecho la bajó, observó la pantalla en su teléfono y siguió avanzando, y al pasar la calle ciega que se encontraba en una esquina, minutos después, sintió los pasos de alguien detrás de ella.

Siguió caminando, con pasos cautelosos y afianzando el agarre en su bolso.

Mackenzie estaba buscando una salida segura, observaba el kakaomaps en su teléfono y decía que más adelante se encontraba la reincorporación a la calle principal. Al escuchar aquellos pasos próximos a su persona empezó a dar cortos trotes hasta correr y buscaba en su teléfono un número que le fuera de ayuda. El número de Inyeop fue el primero en aparecer, y marco pero nunca contestó.

Uno de sus agresores le alcanzó y la empujó al suelo, su cuerpo se estrelló contra el pavimento pero levantó su rostro para que este no chocara, se arrastró y su atacante le sostuvo los pies y la arrastró hasta posarse sobre ella. El otro le ayudó a colocarla boca arriba, pero este al verle a los ojos aflojó su agarre y sus ojos se sobresalieron. Mackenzie en su descuido logró golpearle en la cabeza con su bolso y corrió mientras el otro perpetuador le ayudaba a levantarse.

—Eran dos. Uno de mis atacantes... Tenía dos pequeños lunares en su ojo derecho, en ese ojo también tenía el doblé del parpado. Yo no sé quien es, porque solo logré ver sus ojos, pero él parecía conocerme.

—Lo buscaremos en la base de datos, y si tenemos algo, le avisamos...

—Pero, ¿cómo pueden encontrarlo con tan solo un rasgo físico?

—Le estaremos avisando...

La tía Hwang tomó a Mackenzie, y los tres salieron de la comisaría.

Por la tarde, Inyeop se encontraba sentado en el patio, de pronto aquel día había empezado a nevar. Él veía como unos pequeños puntos blancos se desprendían de las nubes, a Mackenzie le gustaba el invierno le hacía recordar a su padre y con ello los malos recuerdos fácilmente podían disiparse. Mas ni el hielo de las alturas podía hacerla olvidar el gesto sorprendido de su agresor, la forma almendrada de sus ojos, el color café de su iris, lo expandida que se había vuelto su pupila al tener contacto con la luz y esos dos pequeños puntos negros que le otorgaban algo de ternura a la mirada. ¿Cómo alguien con ojos angelicales era capaz de hacer eso? Y ¿Quién era el perpetrador que se arrepintió con tan solo verle?















Byeolcharidul, espero tengan una lindo fin de semana. 

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Muchas gracias a todos por su sincero apoyo. Que tengan una linda semana.

 ¡Recuerden que en tiempos de pandemia hay que cuidarnos de las amenazas invisibles!

The Picture (Hwang In-Yeop)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora