—¡No! —dijo Millie, moviendo la cabeza con incredulidad ante la bomba que Goode acababa de lanzar.
No podía creerlo, y no estaba dispuesta a creérmelo. Mis amigos no eran unos asesinos. Todos habíamos tenido nuestros problemas con Aidan, evidentemente, pero ninguno deseaba su muerte. Y en cuanto a Hannah... era dulce, divertida y fiel (Jamás pensé que escribiria eso de Hannah Macclaud, ya que tod@s sabemos que en la vida real eso no es para nada cierto) Era la mejor amiga que podías encontrar. Nadie la odiaba. Aquello había sido un ataque que no iba dirigido expresamente a ellos. Tenía que ser así. El asesino no estaba entre nosotros.
—No. Tienen que seguir investigando. El atacante tiene que haber podido entrar de alguna manera —dije, negando con la cabeza—. Ryan, tú conoces esta
casa mejor que nadie.Ryan negó también con la cabeza e inspiró hondo. Tenía los ojos muy abiertos y la mirada asustada.
—Han comprobado las puertas, Mackenzie. No hay otra forma de entrar desde fuera.
—¡No puede ser! —insistí, y me volví hacia los policías, que me lanzaron una mirada hostil—. ¡Las ventanas!
—Están todas cerradas y no hay manera de acceder desde fuera. Nadie podría entrar en la casa sin hacerlo de manera forzada —replicó Goode—, y no hay indicios de que haya sido el caso.
—No —repetí—. Sigan inspeccionando, por favor.
—La policía no tiene ninguna necesidad de seguir inspeccionando, Mackenzie. Sabemos quién lo hizo —dijo Finn, y miró fijamente a Ryan.
—No seas imbécil, Finn —dije.
Josh era hermano de Ryan. Y tenía mucho más que perder que cualquiera de nosotros. No podía haber sido él.
Noah se puso al lado de Finn para apoyarlo.
—¿Quién ha sido entonces, Mack? Vamos. Nos conoces a todos. ¿Ha sido uno de tus amigos o ese desconocido misterioso?
Ryan se cruzó de brazos y no dijo nada. Finn había lanzado una acusación muy grave contra él, y si yo estuviese en su lugar, me defendería y pondría a todo el mundo en su sitio.
—¿La policía expone una teoría y ahora empiezan a acusar? —Me eché las manos a la cabeza, exasperada. Creía que conocía mejor a mis amigos. Creía que nuestra amistad era mucho más fuerte que eso— ¿Pueden, por favor, dejar
de acusar para poder averiguar qué ha pasado con Aidan y Hannh? Se están comportando de manera asquerosa. Tenemos que estar unidos, no destrozarnos mutuamente.—Tiene razón —dijo Millie—. Me parece imposible que cualquiera de nosotros haya hecho esto.
Noté los ojos de Ryan clavados en mi sien, pero no lo miré. Me negaba a creer que me hubiese acostado con un asesino. Yo no podía haber intimado con un criminal. No podía ser.
Goode chasqueó la lengua.
—Por muy interesante que sea todo esto, necesito que suban todos a los coches patrulla —dijo, mirándonos de uno en uno. Ante aquella mirada tan intensa, me sentí desnuda. Era evidente que pensaba que el autor del crimen había sido alguno de nosotros—. Vamos a ir a comisaría, donde les formularemos algunas preguntas y les tomaremos oficialmente declaración —dijo, haciendo una mueca—, y luego mis colegas registrarán hasta el último rincón de esta casa... y de sus casas.
Indicó con un gesto la puerta de entrada y salió.
***
Tomé asiento en una pequeña sala de interrogatorios y me mordí el labio. Una de las agentes me había traído una muda e iba vestida ahora con un pantalón de chándal de color gris y una camiseta blanca. Me habían requisado la ropa para poder examinarla. A pesar de que yo no había hecho nada malo y estaba cooperando en todo, me sentía como una criminal.
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Échame la Culpa [R.G]
Mystery / ThrillerT•H•R•I•L•L•E•R •RYAN GALLAGHER• Un fin de semana de juerga en una cabaña remota es justamente lo que Mackenzie necesita. Quiere divertirse a tope con sus amigos, lejos de los padres y las obligaciones. Pero tras una noche loca dos de ellos mueren...