Fabiano Tavari se encontraba en el aeropuerto de Bari en el hangar del avión privado de su familia a punto de iniciar su viaje a Latinoamérica. Su prima y jefa Thalia, le había ordenado encargarse de los negocios de su familia en esa región.
Thalia habia hecho un buen trabajo como donna los últimos años y quería seguir expandiendo su negocio, demostrando a todos esos cabrones orgullosos de la mafia que era digna del puesto que ejercía.
En el caso de Fabiano; él estaba feliz de salir de Apulia y tener un poco de diversión.
Por lo que le habían informado, uno de los capitanes estaba pasándose de listo. Información que a lo él creía, Thalía no estaba al tanto, pues de lo contrario ya estaría muerto el imbecille. Además, como Sottocapo debía ir a presentar la nueva oferta de negocio de su prima a los proveedores de Latinoamérica, tener a su favor a los principales productores de drogas del mundo era una excelente ventaja para la mafia italiana.
Habían logrado el control de Brasil, Panamá, Colombia, Perú y Venezuela. Esta vez solo visitaría los últimos tres países, ya que los proveedores habían solicitado una reunión en persona con un representante de los Tavari, y aunque pueda ser sorpresivo él era excelente para la tarea. Su carisma y capacidad para leer a las personas y descubrir sus deseos e intereses le otorgaban gran ventaja.
Sin mencionar, que era un bastardo con un gusto peculiar por la sangre.
Por lo tanto, una vez realizado los aspectos administrativos de su trabajo se encargaría del traidor en Perú. Entre mucha de las funciones que ejercía como sottocapo, la que Fabiano más disfrutaba era hacer sangrar a cualquiera que creyera podía joder con su familia.
Para los Tavari la desobediencia tenía un precio y se pagaba con sangre.
Fabiano subió al avión.
Al entrar le sorprendió encontrar a un hombre alto y rubio entre sus 30 años, acompañado de uno más joven y moreno. Ambos hombres ejerciendo de asistente de vuelo.
Fabiano no pudo evitar voltear sus ojos.
Genial, su prima siempre se aseguraba que nunca obtuvieran un poco de diversión, pensó exasperado.
En su último viaje se había unido al "club de la milla de altura" con las dos bonitas aeromozas que se encontraban en servicio. No hace falta decir que fue malditamente caliente y Thalia estaba malditamente furiosa.
Así que ahora, su querida prima había tomado cartas en el asunto. Admiraba eso, aunque tal vez nunca se lo diría, Thalia había demostrado ser bastante astuta a su corta edad.
Para desgracia de él.
Mientras divagaba un mensaje llegó a su teléfono. Era de su prima Florencia, deseándole un buen viaje y que esperaba verlo pronto de regreso.
Fabiano sonrió.
Florecita siempre estaba preocupándose por todos, cuando incluso no debía hacerlo. No debía perder el tiempo preocupándose por personas que ya estaban condenadas.
Debía vivir su vida, disfrutarla y agradecer que estaba fuera de esta.
No lo malinterpreten, Fabiano Tavari adoraba su vida.
Vivía para la sangre, las drogas, la adrenalina, la incertidumbre de si un día fuese a un trabajo y no volvería.
Vivía para el lujo, el dinero y por supuesto, las mujeres.
Eso ultimo era un aspecto bastante recurrente en su vida.
El sexo lo hacía sentir invencible, amaba la sensación, la euforia de la pasión. Algunas personas consideraban que el sexo les hacia perder el control, el poder sobre si mismos. Para Fabiano, el sexo le daba control, le daba enfoque.
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Poder Perdido [TERMINADA ]
RomanceEl Precio de la Sangre: Libro 2 *La imagen de la portada no nos pertenece* +18 Sinopsis Fabiano Tavari siempre había tenido todo lo que quería. Siempre había tenido dinero, poder y un gusto por la matanza. Para Fabiano, el sexo se trataba de libert...