Capítulo Dos

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La fiesta siguió durante horas.

En todo ese tiempo Matías no se le había alejado ni un segundo. Raquel pensó que conociendo a su hermana tal vez le había organizado una cita y ella ni siquiera estaba al tanto. Mientras el tipo hablaba sin parar sobre su vida y los innumerables viajes que había hecho. La mente de Raquel empezó a organizar todo lo que debía a hacer en la próxima semana.

Lunes:

5:00 am debía salir a hacer su trote matutino. Estar lista a las 7:00 am si quería llegar temprano a la oficina. Había acordado con su mama y amiga Marissa sobre ir a almorzar al nuevo restaurante en el CCCT, pero eso debía ser como a la 1pm ya que su tío Antonio le había dicho que se uniera a la reunión de la junta directiva de las 10...

En ese momento, una voz interrumpió su organización mental. Lo cual, para ella era tan molesto como decir que estas leyendo un libro interesante y un idiota te interrumpe.

El idiota dijo:

- ¿Oye, estas escuchándome? pareces un poco ida - Matías llevaba una mirada de molestia en su rostro. La cual, le hizo enojar e indignar más.

Raquel le había dado un sin número de señales las últimas horas de que se alejara e incluso se lo dijo sutilmente y el imbécil ahí seguía. ¡Dios!, quería romperle la nariz, pensó con enojo.

Por lo general, ella no era una persona muy violenta, pero este imbécil ya la había hecho perder la paciencia.

-Escucha, Matías, ese era tu nombre ¿cierto? – Dijo viéndolo a los ojos con una expresión iracunda cortesía de su padre Rodrigo. - Creo que he sido más que clara toda la noche de que no te estoy prestando atención. No me malinterpretes, te ves bastante decente pero, y honestamente, siempre odio cuando mi hermana me arrincona a la pared. – Continuo con un ademan de su mano. Sus uñas con manicura perfecta brillando. - Escuchaste mi conversación con tu amigo Santiago hace un rato ¿no?

Matías asintió.

- Bien, entonces al ser amigo de Santiago, automáticamente es muy probable que no tengamos alguna compatibilidad. – Dijo de forma relajada como si simplemente estuviese señalando un hecho científico. - Además, vi cómo me desnudaste con la mirada hace un rato. – Agrego con una sonrisa sarcástica.

A esto último, el hombre abrió los ojos como platos y comenzó a excusarse.

Ella lo interrumpió.

- Tranquilo, lo que me molesta de los hombres es que, realmente solo quieren cogerte y para eso empiezan a inventar un poco de excusas y decir palabras bonitas para convencernos. Los entiendo, en realidad lo hago. Hay mujeres que lo prefieren de esa forma y eso está genial, pero yo no. Si quieres cogerme solo dímelo. Yo veré si te rechazo o no y nos evitamos 3 horas de charla basura. – Termino su diatriba verbal.

Matías se veía estupefacto, claramente no sabía qué hacer con todo lo que le acaba de decir. Ella aprovecho su momento de sorpresa y se marchó dejándolo cada vez más anonadado.

...

Mariangel Palacios de Duran observo con desaprobación como su hija menor salía de la habitación.

Sus hijas eran dos polos opuestos. Donde Mariana era calmada y lógica, Raquel era explosiva y emocional. Lo que había sido un reto para ella criarlas por ser tan diferentes y al ser tan cercanas de edad. Las épocas donde habían sido más difíciles (específicamente la adolescencia de Raquel) habían sido complicadas de llevar. Aun así, a pesar del carácter volátil de su hija menor, ambas hermanas siempre habían demostrado ser incondicionales la una a la otra.

Poder Perdido [TERMINADA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora