Claro de Luna

Capítulo 2. Un error

Desde pequeño me gustaba la música, mi papá me enseñó a tocar la guitarra, y yo podía estar horas y horas tocando miles de canciones

Aunque no era lo único que me apasionaba, también tome un gusto enorme por el deporte, sobre todo por el basketball, en el colegio estuve en el equipo y me encantaba ir a torneos

Éramos mi mamá, mi papá y yo, soy hijo único así que no tenía a nadie más con quien jugar de niño, o con quien pelear, o a quien culpar cuando hacía alguna travesura, eso nunca me preocupo, porque nunca pensé llegar a estar solo, hasta que llegó Alana, la primer esposa de mi papá

En resumen, cuando mi papá falleció ella quiso adueñarse de todos los bienes que él tenía, inicio un juicio de sucesión y eso hizo que la salud de mamá empeorará, todo lo que pasaba me estaba haciendo mal y decidí irme, deje que el abogado se encargara de todo el caso y yo me vine a Argentina, dónde mi papá tenía una residencia que le rentaba a otras personas, y que ahora me tocaba a mí administrar 

___________________________________

–Invite a Ana a venir

–¿A Ana? – dijo Pietro con un tono de sorpresa

–Si, ¿que tiene de malo?

–No, de malo no tiene nada, ¿pero no crees que será raro?

–¿Por qué sería raro?

–Dale Thiago, sabes a lo que me refiero – dijo y torci los ojos

–Lo se, pero Ana y yo somos amigos, y lo sabes... además invite a Víctor también

–¿Qué? ¿Cómo a Víctor? – dijo Pietro levantando un poco la voz

–¿Que querías que haga? Es su novio, además dudo mucho que valla a venir

–Bueno, aún así, perdón por pensar que esto es un error – dijo Pietro y negue con la cabeza, en eso Daisy iba a entrando a la cocina

–¡Hey! es la cumpleañera – dijo Pietro yendo hasta donde estaba Daisy para darle un abrazo

–Gracias, estoy muy emocionada la verdad, ya quiero que lleguen todos – dijo Daysi, en eso mi celular sonó

–Es un mensaje de Ana – dije mientras miraba mi celular

–¿Ana vendrá? que bien, tenía mucho que no la veía, desde que... – dijo y la mire, Pietro también la miro con unos ojos que hasta a mí me intimidaban –Digo, que tiene mucho que no viene ¿no?... ¿Que dice?

–Dice que Bia aceptó venir, y pregunta si pueden venir Chiara y Celeste también

–Wow, no puedo creer que Bia por fin quiera salir, cuando estaban acá nunca salía de la habitación... decile que puede traer a quien quiera, entre más gente mejor ¿no? – dijo Daisy quien se le notaba bastante emocionada, conteste el mensaje y después subí a mi habitación a cambiarme ya que no faltaba tanto para que todos llegaran

No podía dejar de pensar en lo que Pietro dijo... ¿y si en realidad fue un error haberla invitado?, la verdad lo único que quiero es volver a acercarme a ella, hemos estado muy distanciados estos últimos meses, la tensión entre nosotros se había vuelto muy grande y me duele que las cosas hayan sido así, pero algo es seguro, no se puede cambiar el pasado

Cuando baje todo el mundo ya estaba ahí, incluida Ana, cuando la ví quería correr hacia ella y abrazarla, pero solo cruzamos miradas y nos sonreímos de lejos

–¿No la vas a saludar? – me dijo Pietro en un tono de voz bajo, volteé los ojos y me acerque

–Hola a todos – dije y todos saludaron –Me alegra que hayas venido Bia – dije poniendo mi mano sobre su hombro y ella me sonrió

–Seguro te alegra más que Ana haya venido – me dijo Bia casi susurrando

–Shh... – dije con una risa algo nerviosa y ella rió

–Estoy jugando contigo, la verdad hasta yo me sorprendi de venir, tú sabes todo lo que pasó y... es difícil

–Si, lo sé – dije y le dedique una sonrisa para después irme al otro lado de la mesa

Varias veces Ana y yo cruzamos miradas, pero no me atrevía a hablarle, había algo dentro de mi que me detenía, no sé ni cómo explicarlo, y es ilógico tomando en cuenta que fui yo quien la invitó a venir, tal vez Pietro no estaba tan equivocado y todo esto era un error

Ni siquiera estaba poniendo atención a lo que los chicos decían, mi mente estaba en otro lugar, salí de la cocina y me dirigí hacia la azotea, era una noche realmente linda, había luna llena y todo el cielo estaba lleno de estrellas, algo que casi no pasa acá, mirando todo me hizo recordar algo

__________________________________

Flashback

"Estábamos en la azotea, era una noche muy linda, la verdad con ella todas las noches eran lindas

–¿Por qué no entramos ya? – dije algo fastidiado de estar afuera

–Entra si querés, nadie te tiene acá a la fuerza – dijo Ana riendo un poco

–No te puedo dejar aquí sola, que tal si pasa un helicóptero y te ve aqui sola y decide bajar... o peor, un ovni

–Me parece a mi que ves demasiada ciencia ficción – dijo y yo me reí – No va a pasar nada si me dejas sola 5 minutos

–La verdad, no me gustaría separarme de ti ni 5 minutos – le dije tomando su mano, ella me miró y me sonrió

–Ven – dijo y me guío hasta la orilla de la azotea – Mira

–¿Qué?

–Hace no mucho tiempo había una mujer, era una buena chica, pero bastante insegura de si misma, le daba miedo enfrentar lo desconocido, sobre todo porque estaba sola, temía no poder lograr nada por su cuenta, pero luego conoció a un chico, él vió en ella algo que ni siquiera ella misma podía ver, él la ayudo a creer en si misma, y le hizo ver que era mucho más capaz de lo que creía, y se enamoraron... una noche, muy parecida a esta, ella le regaló a él una pulsera con un pequeño dije de medialuna, y ella se quedó con una igual, porque creía fielmente que su amor sería eterno...

–Que linda historia – dije mientras miraba al cielo, luego volví la mirada hacia ella –¿Cómo se llamaba la chica?

–Ana – dijo mientras sacaba de su bolsillo dos pulseras con una medialuna en ellas –¿Adivinas como se llama el chico?

–Mmmm, ¿Alejandro? – dije con un tono de broma, ella rió y yo no podía quitarme la sonrisa de la cara, tomo mi mano y me puso la pulsera, luego tome la otra pulsera y se la puse a ella

–Llévala siempre contigo, y siempre recuerda cuando mires al cielo que ambos miramos la misma luna..."

__________________________________

Saque la pulsera que me había regalado Ana de mi bolsillo y me quedé mirándola un rato, aún seguía llevándola a todos lados, luego volteé a mirar al cielo

–¿Que haces acá afuera?...