Capítulo 36. Reflejo de luz, parte 2

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Salimos del médico y Bia me estaba mirando de reojo cada 10 segundos desde que estábamos en el consultorio, no le había dicho nada pero me estaba desesperando un poco

–¿Qué? – le dije y Bia me miro un segundo y luego miro hacia otro lado

–¿Que de que? – me dijo sin mirarme

–Me estás viendo raro desde hace rato, ¿que te traes? – dije y cruce los brazos, ella me miró y yo le levanté una ceja

–¿Yo? nada, ni siquiera te estoy mirando

–Te conozco Bia, ¿qué te pasa? – ella dió una risa nerviosa

–No me pasa nada, deja de ser tan dramática, ya vámonos – dijo y se subió a su bicicleta, me quedé parada ahí aún con los brazos cruzados

–No – dije

–¿Por qué no? – dijo y yo alce los hombros

–Como no te da la gana decirme que te pasa, no me da la gana de irme – dije, ella levanto las cejas

–No te digo porque no pasa nada, no tengo nada Ana de verdad, vamos – dijo, descruce los brazos y mire hacia otro lado como si estuviera pensando

–Mmm... no – dije y me senté a la banqueta mirando hacia la calle, no ví la reacción de Bia pero me la imagine, después de unos segundos Bia se sentó a mi lado, la mire y se quedó viendo a la calle también

–¿Nos vamos a quedar aquí? – dijo mientras veía a la calle

–No me voy a ir hasta que me digas que te pasa – ella suspiro

–Como quieras – dijo y recargo sus codos en las piernas y puso sus manos en su cara

–¿Es en serio? – dije y ella encogió los hombros

–Tu eres la que no te quieres ir, y yo no tengo conflicto en quedarme acá – dijo y yo me talle los ojos algo desesperada

–Solo quiero que me digas que te pasa, nada más

–No seas chismosa

–¡No soy chismosa!

–Si eres

–Solo se que tiene que ver conmigo, y si tiene que ver conmigo quiero saberlo

–No tiene nada que ver contigo

–¿Pero entonces si te pasa algo? Dime – dije mientras la tomaba del brazo y la movía de un lado a otro

–C H I S M O S A – dijo y se levantó, me levanté también detrás de ella

–¿No confías en mí? – dije poniendo una cara de puchero, Bia apretó los ojos

–Buenoo, pero te lo digo llegando a la residencia – dijo y se subió a la bicicleta, tome la mía y me subí feliz de haber logrado que me dijera, no me quería quedar con la duda, además se que tiene que ver conmigo, no nací ayer

Llegamos a la residencia y dejamos las bicicletas, avance un poco, Bia se quedó parada detrás y me seguía mirando como cuando salimos del hospital, la mire algo confundida y me acerque

–¿Ya me vas a decir que te pasa? – dije y ella asintió

–Si, vamos – dijo y avanzo, avance detrás de ella, se miraba muy sospechosa y me ponía nerviosa

Abrí la puerta de la residencia y al entrar Bia cerro y se quedó afuera, iba a regresar por ella pero note que todo por dentro se veía bastante obscuro, avance un poco y al entrar al living no había ningún mueble más que el piano, y del techo colgaban algunas luces de estrellas que iluminaban un poco todo el lugar, al igual que algunos papelitos, tome algunos con mis manos y todos tenían la misma palabra "Thiana"

Thiago entro del otro lado tocando con su guitarra, lo mire y sonreí, estaba tocando la melodía de la canción que había compuesto, me hizo una seña con la cabeza apuntando al piano, fui hacia allá y comencé a tocar la misma melodía, el se acercó y los dos comenzamos a cantar el coro

"¿Cuándo pasó?
¿Cuándo me quedé perdido en tu voz?
Y yo, que tanto le advertí al corazón
Que huyera porque eres perfecta y pasó
Caí directo en tu mirada y ya no
No hay vuelta atrás cuando se trata de amor
Dime si sientes lo mismo que yo
Dime, ¿cuándo pasó?"

Dejamos de tocar y nos quedamos mirando unos segundos, y yo no podía dejar de sonreír, el se quitó la guitarra y la puso al lado del piano, me levanté y lo abracé, el me abrazó también

–No me dijiste que venías – dije aún abrazándolo

–Se supone que era una sorpresa – nos separamos y lo mire un segundo, luego mire todo al rededor

–Todo esto es hermoso – dije y el miro también

–Me alegra que te guste, porque tengo algo que decirte – dijo y avanzo un poco hasta el centro de la sala, yo me acerque también

–¿Qué me quieres decir? – dije, el me tomo de ambas manos

–Primeramente que te amo, creo que lo sabes – agache la mirada y rei

–Y yo te amo a ti – dije y él sonrió

–Alguna vez me dijiste que somos como el sol y la luna, la diferencia entre nosotros es que nuestro complemento es más fuerte que la distancia, más fuerte que la naturaleza, y más fuerte que el universo, tú tienes una luz propia que podría iluminar hasta el cuarto más obscuro, y juntos brillamos más, más que la luz que da el sol y se refleja en la luna...

–Claro de luna... – dije en una pequeña pausa que el hizo, ambos teníamos los ojos cristalizados a punto de llorar

–Eres la persona más importante en mi vida, tu eres mi universo entero, contigo aprendí lo que es el amor verdadero, te amo, y me gustaría pasar el resto de mi vida a tu lado, y hacerte feliz el resto de tu vida, por eso y muchas cosas más... – dijo y me soltó las manos para sacar una pequeña cajita que traía en su bolsillo, en ese momento solté en llanto, el también comenzó a llorar un poco, aún no creia que todo estuviera pasando –Ana Urquiza... ¿Te quieres casar conmigo?

Me quedé callada un par de segundos, me sentía como en un sueño, las luces, la canción, él, todo era perfecto, tal como siempre lo soñé, si era un sueño, no quería despertar nunca –Si, claro que quiero – dije aún entre lágrimas, él sonrió también entre lágrimas, me puso el anillo en mi mano izquierda y rodeé su cuello con mis brazos dándole un beso, el me tomo de la cintura, luego me levantó un poco del suelo dando una vuelta, nunca en mi vida había estado más feliz

Me quedé callada un par de segundos, me sentía como en un sueño, las luces, la canción, él, todo era perfecto, tal como siempre lo soñé, si era un sueño, no quería despertar nunca –Si, claro que quiero – dije aún entre lágrimas, él sonrió también ...

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