Capítulo 32. La misma luna

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Cuando ví que Thiago colgó el teléfono, con las chicas nos dirigimos hacia la cocina, fui hasta con Thiago y lo tomé de ambas manos

–Te quiero mostrar algo – le dije y lo dirigí hasta el living de la mano, al llegar lo solté y me senté al frente del piano

–¿Qué es? – me dijo bastante intrigado pero a la vez emocionado

Comencé a tocar la melodía que toque antes, pero esta vez comencé a cantar algo que se me había ocurrido

–Sin querer, mis ojos te miraban distinto ayer, no se, yo no pedí quererte así y tal vez, lo necesitaba – deje de tocar y mire a Thiago, el me miraba con una sonrisa que poco a poco fue desapareciendo –¿No te gusto?

–No, no es eso...

–No te gustó, claro, tal vez la letra no es tan buena, y tiene sentido...

–Ana

–...La pensé recién, ¿o es la melodía?, también pensé que la melodía es horrible...

–Ana

–...¿Crees que ya no soy tan buena para la música? yo lo creo, mira esto, no puedo componer ni 3 estrofas...

–¡Ana! – dijo Thiago casi gritando, me quedé callada y lo mire, el se acercó y se sentó a mi lado –La canción es perfecta, me encanta

–¿Que tienes? – le dije mientras acariciaba su mejilla, el sonrió y tomo mi mano

–Es solo que no te quiero perder de nuevo – dijo y lo mire algo confundida

–¿Por qué dices eso? no me vas a perder, nunca más – sonrió un poco y agachó la mirada

–Logre hablar con el abogado

–¿Y que te dijo? – dije, comencé a preocuparme un poco por la cara que tenía

–Que tengo que ir a Brasil para solucionar algunas cosas – lo mire algo confundida, aún no entendía por qué estaba así –Me tengo que ir mañana mismo, y no se por cuánto tiempo

Tome su mentón y levanté su cara para verlo a los ojos que estaban llorosos –¿Pero por qué tienes esa cara?

–Es que no te quiero dejar, justo ahora que vas a iniciar tu terapia y... – interrumpí lo que estaba diciendo con un beso, el me miró y me dedico media sonrisa

–Thiago, voy a estar bien, iría contigo pero no puedo ir a Brasil en otros tres años – él asintió

–Lo se... también tengo miedo de lo que pueda pasar, Alana es capaz de hacer todo por conseguir lo que quiere – le tome de la mano

–Estuviste para mí cuando más lo necesitaba, me ayudaste y nunca me dejaste caer, es mi turno de hacer lo mismo, aunque sea a la distancia te estaré apoyando, y cuando vuelvas yo estaré aquí – dije, él suspiro y me sonrió

–Eres la mejor, ¿lo sabías?

–No lo soy, pero es lindo que lo pienses – dijo y se acercó para darme un beso, esta vez más largo que el anterior

–Gracias por estar – le sonreí y luego lo abracé

–¿Todo bien? – dijo Bia desde la puerta de la cocina, ambos volteamos

–Si, bien – dijo Thiago y me miró con una sonrisa

Ambos nos levantamos y fuimos hasta la cocina con las chicas, estaban discutiendo por algo de la colaboración que iban a hacer juntas, no les entendí mucho la verdad

Claro de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora