Capítulo 8. La canción

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–¿Vas a salir? – pregunto Pietro cuando baje rápido dirijiendome a la salida, esperaba que no me vieran para que no me preguntarán, porque en realidad no iba a ningún lado, solo quería salir a despejar la mente, no podía dejar de pensar en Ana, y el hecho de no saber nada me estaba volviendo loco

–Si, voy a comprar unas cosas que me hacen falta – dije lo primero que me vino a la cabeza

–Esta bien, cuidado que parece que está a punto de llover – dijo mientras caminaba hacia la cocina, asentí con la cabeza y salí

Caminé sin un rumbo fijo durante un buen rato, ni siquiera se por cuánto tiempo, solo pasaba mirando todo a mi alrededor, tratando de no pensar, llegué al parque y me senté en una banca, miraba a toda la gente pasar preguntándome qué pasara por su mente en ese momento, había personas apuradas, otras caminando en calma, otras con su familia, con su pareja, con su mascota...

Después de un rato decidí regresar a la residencia, di unos cuantos pasos y me encontré a la persona que menos quería ver en ese momento

–Cuánto tiempo Thiago – me dijo estirando su mano para saludarme

–Si, si, siempre es un gusto Víctor, ahora sí me disculpas – dije sin darle la mano, me iba a alejar pero antes me interrumpió

–Te dije que no te acercaras a Ana – lo mire confundido

–¿Eh?

–Te advertí que no te metieras en el medio, ¿o que? ¿ya se te olvidó?

–Y yo recuerdo haberte dicho que no lo iba a hacer, y apesar de eso la deje de ver por meses

–Y ahora vuelves a querer destruir lo que tenemos ¿no?, ¿o que pretendes?

Torci los ojos –No tengo tiempo para esto – dije caminando por un lado de él para irme, me tomo del brazo con bastante fuerza y me jalo

–Solo te voy a decir esto una vez más, aléjate de ella – jale mi brazo para que me soltara, lo mire y simplemente me aleje sin decir nada

Estaba demasiado enojado, no entiendo cómo Ana puede estar con él, tiene un temperamento tan fuerte, y no lo conozco mucho pero se nota que siempre piensa en si mismo, no me agrada para nada

Entré a la residencia y en el living ví que estaba Pietro, Daysi, Manuel, Bia... y Ana. Cuando la ví se me revolvió todo, ella me sonrió y yo desvíe la mirada hacía otro lado

–Thiago, te estábamos esperando para ver si comes con nosotros – dijo Pietro

–La verdad estoy bastante cansado, luego los veo ¿si? – dije y me fui de ahí

Entre a mi habitación y me puse a dar vueltas por todo alrededor tratando de calmar el enojo que traía encima, estaba demasiado agitado, entre al baño y me moje la cara, me mire al espejo por unos segundos tratando de controlar la respiración

Después de un rato decidi subir a la azotea a tomar aire fresco, me senté en la banca y me quedé viendo el cielo, había muchísimas nubes de lluvia, pero no parecía que iba a llover aún, estaba en calma

–¿Estás bien? – dijo Ana sentándose al lado de mi, la mire y suspire

–Si bien – dije y volví la mirada al cielo

–Te conozco, y se que te pasa algo – dijo y puso su mano en mi hombro, mire sobre mi hombro y luego la mire a ella –Esta bien si no quieres hablar, pero puedes contar conmigo, siempre

Claro de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora