Capítulo 23. Música del universo

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Han pasado 4 días desde que le mandé ese audio a Ana, 6 días desde que se fue, ella vio el audio, lo escucho, pero no contesto nada

Quizá ya no quiera saber nada, yo puedo entenderla en parte, se que fue muy difícil todo lo que tuvo que pasar sola, y lo duro que es aún tener que ocultarlo a todo el mundo, sobre todo a Bia, pero por otro lado, fue completamente contradictorio todo lo que hizo los últimos días que nos vimos, un día estábamos bien, y al otro ya no, es todo muy raro con ella, eso no lo entiendo

–¿Qué haces acá? – dijo Luan llegando a la cocina donde yo estaba

–Yo vivo acá – dije y él me miro fijamente

–Te estoy hablando en serio

–Y yo también – dije y seguí comiendo la fruta que tenía sobre la mesa

–Dijiste que ibas a ir a entrenar hoy, se supone que está semana comenzabas y solo fuiste un día

Suspire –Iba a ir, te juro que si, pero hoy no tengo muchos ánimos de entrenar

–¿Sigues mal por lo de Ana? – asentí con la cabeza –Ella va a regresar, ten paciencia

Todos siempre me decían lo mismo "Ana regresará en un mes y ahí puedes hablar con ella" pero ellos no saben lo que yo sé, un mes es justo el tiempo que el doctor le dió para pensar lo de la cirugía, después de eso no se lo que pueda pasar, así que no tenía la certeza de que fuera a regresar, o de que algún día la pudiera volver a ver

–Si tenés razón, ya sabes lo exagerado que soy a veces – dije levantandome de la mesa y yendo hacia el living, Luan fue trás de mi

–A veces... – dijo en tono sarcástico, volteé los ojos y me rei –Me tengo que ir al fundom, te dejo

–Tchau amigo – me despedí y se fue

Tome mi guitarra y me puse a tocar un poco, a veces las tardes me parecían eternas, como si el tiempo no avanzara, pero tocar siempre me ayudaba

Ana siempre decía que la música te salva, y es verdad, siempre que me siento mal la música es lo que me ayuda a seguir, siempre recuerdo mucho la frase que me decía: "la música en el alma puede ser escuchada por el universo", creo que la sacó de algún filósofo, pero me encanta

Daisy entro al living casi corriendo y me pasó un teléfono

–¿Qué pasa? – le dije tomando el teléfono algo confundido

–Alguien te llama, dijo que era urgente – me dijo, mire el teléfono algo confundido, era un teléfono inalámbrico de línea

–¿Teníamos un teléfono de línea? – le pregunté y Daisy encogió los hombros

–No tenía ni idea, ya nadie usa esos teléfonos, pero contesta que parecía urgente – dijo y salió

–¿Hola? – dije poniendo el teléfono en mi oreja

–¿Thiago? soy yo Bia – dijo, me levanté muy rápido de dónde estaba que casi que me mareé

–¿Bia? ¿Qué pasa, cómo están?

–Quiero hablar con Ana ¿puedes decirle?, no me responde el celular, bueno vos tampoco, por eso tuve que hablar por aquí

–Para, ¿Ana no está con vos? – dije algo confundido, se escuchó un silencio que duró algunos segundos

–No... Ana regreso a casa hace casi 4 días

–¡¿Qué?! – dije y sentí como toda la sangre recorría mi cuerpo, me empecé a preocupar muchísimo

Claro de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora